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Iruñea trabaja en un plan de eficiencia en el uso del agua en las zonas verdes

El Ayuntamiento de Iruñea trabaja en un plan de eficiencia en el uso del agua en las zonas verdes de la ciudad basado en la modernización, la reglamentación y la educación cívica. El ahorro económico, de al menos 120.000 euros al año, se reinvertirá en una estrategia circular que ahorrará también agua y energía.

El Ayuntamiento quiere mejorar el uso del agua en las zonas verdes de la ciudad.

Hoy se riegan más de 2,5 millones de metros cuadrados de zonas ajardinadas; cada metro requiere un m3 de riego al año y el agua que se emplea es el de la red, agua potable. Con estos datos, el plan propone un conjunto de medidas que se complementan entre sí con diversos objetivos, según señala el Consistorio en una nota. Por un lado, las propuestas plantean sistemas de ahorro económico que permitan la reinversión de esos ahorros en procedimientos de riego más eficientes e innovadores. Así, además de una adecuación y actualización del sistema mediante un ciclo de autofinanciación se logra el ahorro de agua y energía (sostenibilidad) y, como tercer vector, el acercamiento del paisaje urbano a las estaciones meteorológicas en un proceso de naturalización de la ciudad y de sensibilización de sus habitantes.

Todas estas actuaciones y la filosofía que transmiten, han sido presentadas por el concejal delegado de Ciudad Habitable y Vivienda, Joxe Abaurrea, y el director técnico de Parques Jardines y Zonas Verdes, Mikel Baztan, que han explicado que las propuestas son fruto de un análisis previo que se ha prolongado durante un año y que están trabajadas desde el Servicio de Jardines con los sectores implicados, como la Mancomunidad de Iruñerria o las empresas especializadas.

Las cuatro líneas de trabajo serán la aprobación de una nueva normativa sobre diseño y gestión de los sistemas de riego; un proceso de mejor dimensionamiento de los contadores de riego que ya está en marcha; la renovación y modernización de sistemas, haciendo especial hincapié en el riego centralizado y la telegestión de zonas verdes, y, como cierre del plan, una reflexión a escala de ciudad que sirva para la racionalización de las zonas regables con criterios de sostenibilidad. Todo ello, a medio plazo y con previsiones conservadoras, supondría 120.000 euros y un 10% del agua que hoy se emplea.

La nueva normativa
El Ayuntamiento iruindarra ha elaborado una nueva normativa en línea con los objetivos de excelencia en el uso del agua en las zonas verdes, que busca la flexibilidad para encarar el diseño, instalación y mantenimiento de los sistemas de riego futuros (nuevos desarrollos) y que permitirá, asimismo, ir realizando las mejoras necesarias en los riegos ya existentes de la ciudad consolidada.

La normativa, que se inspira en los criterios de las reglamentaciones y prácticas comunitarias, es transversal porque ha contado con aportaciones de distintas áreas municipales y quiere convertirse en una referencia en este ámbito. Ahora se promoverá su aprobación con rango de normativa técnica de instalaciones de riego para que sea de obligado cumplimiento en el ámbito municipal, también para proyectos privados que requieran el visto bueno municipal.

Desde el punto de vista técnico, la nueva regulación incidirá en el correcto dimensionamiento de las necesidades de riego en función del uso y características de la zona a regar, impone un riguroso cálculo hidráulico y el uso de los sistemas y materiales más avanzados y duraderos y requiere el detallado seguimiento y la realización de pruebas de los sistemas a lo largo, tanto de la instalación, como de su ciclo de funcionamiento.

Ahorros ya en marcha
Además, con el horizonte de 2018, el Ayuntamiento de Iruñea en colaboración con la Mancomunidad de Iruñerria está llevando a cabo una labor de análisis, propuestas de mejora y sustituciones en el conjunto de los contadores que abastecen los sistemas de riego de los jardines públicos de la ciudad, empezando por los de mayor tamaño. También se están anulando contadores en desuso.

Con este proceso, además de conseguir un ahorro en la factura del agua, se adaptan los contadores a normativa en vigor de SCPSA, instalando o sustituyendo los elementos de seguridad y maniobra. En los dos últimos años se ha actuado en siete contadores adaptando los contadores a los consumos reales y optimizando su programación, lo que ya supone un ahorro anual para la ciudad de 17.000 euros en tasas. Los nueve próximos contadores que van a ser sustituidos (22.000 euros más de ahorro) están en Mendillorri, Taconera, Vuelta el Castillo y calle Taxoare. El objetivo para este bienio es lograr unos ahorros de en torno a 60 o 70.000 euros en concepto de reducción de tasas.

Renovar y modernizar los sistemas de riego
Igual que en el ciclo del agua, el Ayuntamiento propone usar para nuevas inversiones el ahorro obtenido con medidas como la sustitución de contadores. En la actualidad se riegan más de 2.500.000 de metros cuadrados de zonas verdes (en torno al 90% de la superfice ajardinada de la ciudad), con cerca de 3.000 sectores de riego en funcionamiento.

Existen diversos sistemas de riego en uso en los jardines municipales que son atendidos por entre 10 y 14 personas a lo largo del año. Los hay de gestión centralizada o tele-gestión, pero en el análisis municipal se aprecia un amplio margen de mejora. Por ello se están realizando pruebas con nuevos sistemas más eficientes de cara a ir extendiéndolos por el resto de los jardines en función de los resultados.

El Consistorio ha realizado una prospectiva entre empresas del sector para conocer los sistemas considerados en la actualidad más eficientes e innovadores y ya se están realizando pruebas para determinar las características más adecuadas para los futuros sistemas de riego de los jardines municipales. Paralelamente se ha llevado a cabo un estudio del estado y tipología de los sistemas de riego que hoy están en funcionamiento en los espacios público de la ciudad.

Desde el cálculo del Ayuntamiento de Iruñea, la reinversión de los 60.000 o 70.000 euros de ahorro anuales de los contadores permitirían renovar e ir modernizando los sistemas de riego. Con ese proceso de renovación, los nuevos sistemas podrán tener en cuenta la regulación adecuada y continuada de la presión de trabajo, la medición de los caudales de agua utilizados y la detección de los problemas, tanto de los sistemas, como las fugas y consumos excesivos.