San Mamés deberá empujar para verse en los playoffs
Los leones fueron mejores en la primera mitad, imponiendo su ritmo y control, pero a raíz del 1-1 tuvieron muchos más problemas para sujetar a un Dinamo Bucarest, impulsado por su ruidoso público y cuyo técnico, Cosmin Contra, se la jugó con varios cambios ofensivos.
DINAMO B. 1
ATHLETIC 1
El aliento de San Mamés será imprescindible para que el Athletic esté en el bombo de los playoffs, después de lograr un trabajado empate en un escenario de infausto recuerdo para los leones. Esta vez se llevaron un buen marcador en un choque de alternativas y con un tiempo para cada equipo. Los vascos fueron mejores en la primera parte, pero acusaron el diferente estado físico –el Dinamo Bucarest ya ha disputado dos jornadas ligueras– tras el descanso, aunque apretaron los dientes para obtener un positivo resultado de cara a la vuelta.
Fue la escuadra vizcaina la que quiso imponer su mayor calidad desde el principio, haciéndose con el control del esférico. Sin embargo, ese dominio de la pelota resultó más testimonial que práctico, con mayor número de toques de balón en propio campo que en el rival, pues a los de Ziganda, que volvía a disputar competición continental después de hacerlo con Osasuna hace más de una década, les costó lo suyo superar la línea de cuatro del medio campo establecida por Cosmin Contra.
De hecho, el desequilibrio en el marcador tuvo que llegar de estrategia, una de las facetas a la que el cuadro rojiblanco tiene pensado sacarle más partido en esta próxima temporada. Al más puro estilo coral, el buen saque de esquina botado por Beñat fue reorientado de cabeza por Etxeita –Raúl García bloqueó al marcador del de Zornotza– hacia el segundo palo, donde Laporte, también con la testa, picó ante la salida a la desesperada de Penedo.
Golazo de Rivaldinho
El Athletic había hecho lo más difícil –marcar fuera de casa– y, ante el marcador adverso, los anfitriones se vieron obligados a reaccionar ante su público, pero estuvieron controlados hasta la reanudación. No así tras el paso por vestuarios, pues la entrada de Rivaldinho –hijo del que fuese estrella del Deportivo y Barcelona– revolucionó la contienda hasta el punto de que los rumanos consiguieron igualar el encuentro, tras aprovecharse de su mayor fe en un balón dividido en tres cuartos, que fue percutido como un obús por el brasileño.
Lo pasó mal en esta fase el cuadro vizcaino, con más pérdidas de las necesarias, que derivaron en ocasiones para el contrario, quien estuvo en un tris de obrar la remontada, aunque por centímetros Nemec materializó en fuera de juego el que pudo ser el 2-1, pero que no subió al luminoso.
Sin sacudirse el miedo del cuerpo, el duelo sí que entró en un periodo de alternativas, donde bien pudo caer de un lado u otro. El ayer muy activo y escurridizo Muniain tuvo en su testa el que hubiese sido definitivo 1-2, pero un defensa consiguió sacar bajo palos su remate. San Mamés impartirá justicia.
Ziganda, «satisfecho» con sus jugadores
Se mostró «satisfecho» Kuko Ziganda en su debut oficial como técnico del Athletic, tanto en lo referente a la disposición como a la actitud de sus pupilos. «Nuestra idea es proponer un estilo, pero es difícil tener siempre la pausa del primer tiempo y la realidad es que tampoco el rival nos ha generado muchas ocasiones», destacó.
El Dinamo Bucarest trató de sorprender con un dibujo táctico poco habitual –4-1-4-1–, «que nos obligaba a tener paciencia a la búsqueda de espacios y no permitir huecos que ellos aprovechasen en salidas al contragolpe», analizó. N.M.