INFO

«Infusión» tóxica en el agua dulce por el calentamiento y las hojas de eucalipto

La escasez de agua es una consecuencia del cambio climático, y si le sumamos una gran cantidad de hojas de eucalipto obtenemos una concentración importante de tóxicos que afectan a la función de fotosíntesis del biofilm, lo cual podría alterar los ecosistemas.


El efecto más notable del cambio climático que estamos viviendo es el calentamiento, que afecta de forma notable a la temperatura del agua y también a las precipitaciones, que son más escasas, lo cual hace que los ríos y lagos no cuenten con un gran flujo acuático. Esto, de por sí, ya afecta a la calidad del agua y, de rebote, a sus delicados ecosistemas. El investigador de la UPV/EHU Aingeru Martínez Gómez lideró en marzo de 2014 una investigación sobre este tema y acaba de publicar sus las conclusiones en la prestigiosa revista científica “Science of the total environment”. Su equipo, formado por otro investigador de su universidad y un compañero de Miami, descubrió que las plantaciones de monocultivo de la variedad Eucalyptus Grandis afecta negativamente a la calidad del agua.

«Por separado, tanto el calentamiento global como las hojas de eucalipto también afectan al agua; ahora con el cambio climático habrá poca agua en los sistemas, tanto en los ríos como en los lagos, pero las hojas llegarán de igual manera al agua. Las hojas de eucalipto tienen muchas sustancias secundarias, como aceites y sustancias tóxicas, que se quedan en el agua como si hiciéramos una infusión. Al haber menos agua, las sustancias estarán más concentradas», explicó el científico.

En su estudio han observado que existen periodos cada vez más pronunciados y prolongados de escasez de agua en los sistemas acuáticos, lo cual es normal en regimenes áridos y mediterráneos, pero se están danto también en zonas de ambiente templado como la nuestra. Por ello, realizaron un experimento sumergiendo sustratos artificiales colonizados por biofilm –verdín que les sale a las rocas– en cinco diferentes concentraciones de lixiviados (o «infusiones») de eucalipto «a fin de simular las concentraciones que se pueden encontrar en los sistemas naturales según el grado de escasez de agua».

Afectaría a los animales acuáticos

El biofilm es fundamental en los ecosistemas porque se ocupa de realizar la fotosíntesis; limpia el CO2 del agua y lo transforma en oxígeno. Ayuda a que el agua se mantenga dentro del grado de alcalinidad adecuado para los seres vivos. Sin embargo, la alta concentración de las sustancias tóxicas del eucalipto en el agua producen cambios en el metabolismo del biofilm. «Respira más y hace menos fotosíntesis. En lugar de coger CO2 y transformarlo en oxigeno, ocurre lo contrario, cogen más oxigeno y liberan más CO2», explicó Martínez.

Con estos resultados, su hipótesis es que puede pasar que la concentración de CO2 aumente en el agua a nivel mundial. «Alteraciones en el metabolismo del biofilm podrían generar una reacción en cadena, y afectar al funcionamiento de los ecosistemas de agua dulce. El PH del agua se volvería más ácido y ciertos invertebrados y peces no podrían vivir en ese medio», aseguró. El cambio del ciclo de carbono sería una evidencia más de que «nuestras actividades están produciendo cambios en los ciclos de nutrientes a nivel global».

El eucalipto, procedente de Australia, ha sido plantado masivamente en los últimos años por todo el mundo para producción de madera y celulosa. Las asociaciones ecologistas llevan años denunciando esta práctica pues es un problema para la conservación de la fauna y flora locales, para los espacios protegidos y para la correcta ordenación del territorio, entre otras cosas. Además, en las zonas áridas estos árboles tienen un problema añadido, que es que absorben mucha agua –en Kenia se les describe como «chupadores de agua»– y nutrientes para poder adaptarse a un medio que no es el suyo.