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Notting Hill se viste de verde por las víctimas de la torre Grenfell

Las calles del barrio londinense de Notting Hill se llenaron ayer de música, baile y color para festejar su carnaval, el festival callejero más grande de Europa y que este año recordó a las víctimas de la torre Grenfell. Se rindió homenaje a las 80 personas que murieron en junio en el incendio de un edificio cerca de donde se celebra esta fiesta.


Los cantantes que participaron ayer bajaron la música como muestra de respeto a las víctimas y hubo un minuto de silencio. El presidente del Carnaval, Pepe Francis, dijo que con este gesto de silencio no pretendían dar consuelo pero sí ofrecer de algún modo «respeto y solidaridad con las víctimas».

Las muestras de cariño a las víctimas se pudieron ver a lo largo de la ruta por donde desfilaba la gente, a través de grafitis y carteles con forma de corazón en las fachadas de las casas y mensajes en las camisetas que portaban muchos asistentes para pedir «justicia» tras lo ocurrido el pasado junio.

«Es una fiesta multicultural y muy bonita», dijo Carrie Linney, de 35 años, que vino desde Blackpool (noroeste de Inglaterra) para ver el carnaval y se mostró satisfecha por el minuto de silencio como «señal de respeto» a los afectados.

En Notting Hill, los voluntarios confeccionaron días antes los adornos que tiñeron de verde ayer y hoy el carnaval mundialmente conocido de este barrio del oeste de Londres.

Recordar lo que pasó

Recortar corazones de tela color caqui, cubrir pequeños carteles con pintura verde botella, inflar globos verde esmeralda... Estas fiestas son consideradas como la mayor manifestación de calle de Europa.

Los voluntarios se reunieron en un edificio constituido como centro de recaudación de donativos para las víctimas del incendio de la torre de viviendas sociales, el 14 de junio. Al menos 80 personas murieron y cientos más acabaron en la calle en este barrio turístico, donde casas de varios millones de libras se mezclan con modestas viviendas sociales.

«El verde es un color magnífico, el color de la curación, del crecimiento y de la fuerza ante la adversidad», explicaba el viernes Toby Laurent Belson, uno de los coordinadores del centro donde se acumularon ropa y otros donativos para los afectados. «El objetivo es hacer que el carnaval sea totalmente verde. Tenemos muchos adornos, carteles, corazones verdes que se colgarán en las farolas, en los árboles. La gente puede ponerlos en sus ventanas, sus puertas, a los lados de la calle. Ahí donde haya sitio, se trata de colocar algo que recuerde a la gente lo que pasó y muestre la solidaridad», detallaba.

El color verde se convirtió en el símbolo de la torre Grenfell desde que las escuelas adyacentes a la estructura calcinada lo hicieran suyo poco después del drama para rendir homenaje a las víctimas, en un barrio marcado a fuego por la tragedia.

Canalizar la ira

«La gente debe vivir todos los días con esto. Los hay que ven (la torre) a través de la ventana haciendo la colada, otros que la ven todos los días cuando se duchan o cuya habitación de los niños da a la torre», destaca Belson. El llamamiento a los voluntarios para confeccionar la decoración movilizó a mucha gente. Para todos, se trataba de superar la ira contra las autoridades, consideradas responsables de la tragedia por su indiferencia.

«Es una oportunidad para las diferentes comunidades de ofrecer su ayuda, de unirse», estima Swarzy Macaly, una locutora de radio de 24 años llegada expresamente del este de Londres. «Creo que hay mucha ira porque la tragedia no tendría que haber ocurrido nunca. Esta ira es legítima pero debe ser canalizada», matiza.

 

Más de 600 detenidos como parte de las medidas de seguridad relativas al carnaval

En las últimas semanas y como parte de las medidas de seguridad, la Policía detuvo a 656 personas en una redada por posesión de drogas y arma blanca, supuestamente para ser utilizadas en Notting Hill. La operación la llevaron a cabo más de cien agentes con el objetivo de combatir los delitos en el festival. Scotland Yard declaró que los planes de seguridad habían sido «cuidadosamente revisados» después del ataque de Barcelona el pasado 17 de agosto, por lo que este año el carnaval ha seguido una rigurosa seguridad con tal de proteger la zona de cualquier amenaza.

Los ritmos calipso y reggae reinan por excelencia en un barrio que se transforma durante dos días, llenando de color las fachadas de las casas y embriagando las calles con el olor de platos típicos caribeños como el jerk chicken, frijoles o plátano frito. Los organizadores señalan que este año «se necesita el carnaval más que nunca» por el incendio.

Entre los dos días se calcula que asistirán a Notting Hill alrededor de dos millones de personas, más los centenares de voluntarios que participan para que la organización del carnaval discurra sin problemas. GARA