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May vive una pesadilla tratando de «renovar el sueño británico»

La primera ministra británica ofreció un angustioso discurso de cierre de la conferencia del Partido Conservador, con ataques de tos e interrupciones que echaron por tierra el objetivo de reforzar su imagen. En su intervención, May anunció inversiones en viviendas sociales y límites a las facturas de energía y dejó en segundo plano el Brexit


La primera ministra británica, Theresa May, ofreció ayer un accidentado discurso de cierre de la conferencia anual que el Partido Conservador ha celebrado estos tres últimos días en Manchester y fracasó en su objetivo de proyectar una imagen de fortaleza de su liderazgo.

Con una situación política de por sí complicada, la primera ministra quiso centrarse sobre todo en política doméstica y dejar más en segundo plano el Brexit.

Como muchos esperaban, la líder del Ejecutivo británico entonó el mea culpa por el fracaso electoral del pasado mes de junio, cuando el Partido Conservador perdió la mayoría absoluta en las elecciones anticipadas. Theresa May admitió que la campaña fue «demasiado guionizada, demasiado presidencial» y se disculpó ante los presentes.

Como parte de su discurso titulado «Renovando el sueño británico», May anunció la inversión de 2.000 millones de libras en la construcción de viviendas sociales, así como una cuantía tope para las facturas de la energía.

Sin embargo, su intervención será recordada no tanto por el fondo del discurso sino por una serie de sucesos que interrumpieron y dejaron sin fuerza el mensaje de May.

Uno de los puntos álgidos tuvo lugar cuando el comediante Simon Brodkin logró saltarse el cordón de seguridad y acceder hasta el atril de la primera ministra para entregarle con un irónico P45, un certificado británico que refleja una notificación de despido.

«De parte de Boris Johnson», dijo Brodkin, que fue rápidamente expulsado de la sala entre gritos de abucheo de los allí presentes.

Sin voz y sin lema

A partir de ahí, todo lo que podía ir mal, fue mal. A medida que hablaba, la voz de Theresa May se fue quebrando por momentos debido a un desafortunado catarro que le provocaba una tos que le impedía avanzar.

«El día anterior ofreció 26 entrevistas», justificaba su exdirectora de comunicación Katie Perrior en declaraciones a la BBC. Por si fuera poco, algunas de las letras que componían el lema del discurso de la primera ministra «Building a country that works for everyone» («Construyendo un país que funcione para todos») se fueron cayendo poco a poco a medida que May lanzaba propuestas y promesas.

Hay quien ha tomado los acontecimientos como un simbólico principio del fin político de May y hay quien lo toma como un símbolo de resistencia, pues la primera ministra logró acabar su discurso de una hora de duración.

Eso sí, los ojos de May estaban llenos de lágrimas cuando su marido Phillip subió rápidamente al escenario a darle un abrazo al final del discurso.

 

Johnson vuelve a la polémica al bromear sobre los muertos en Libia

El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, aseguró bromeando que la ciudad libia de Sirte debería «retirar los cadáveres de las calles» para convertirse en un destino turístico y de negocios como Dubai. Johnson realizó estas declaraciones en la conferencia de Manchester, tras ser preguntado sobre última su visita al país. El comentario hizo que varios miembros de su propia formación, así como del Partido Laborista, hayan exigido su destitución.M.S.