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Acogida en El Karpin, garantizar una vida digna y avanzar en la sensibilización

Ocho aves recién llegadas al centro El Karpin llevaron a GARA a preguntar qué cambios han visto en la acogida de animales. Constatan que algo se ha avanzado en concienciación pero aún hay un largo camino por recorrer ante un mercado que vende «de todo».


Ocho aves han encontrado cobijo estos días en el Centro de Acogida de Fauna Karpin Abentura. Se trata de un halcón abejero, un aguilucho lagunero, un alcotán, un azor, un halcón peregrino y un milano negro; y dos nocturnas, un búho real y un mochuelo. Proceden de un centro de recuperación de Asturias. «Las aves rapaces suelen ser los animales que entran en mayor número a los centros de recuperación de fauna silvestre», comentan desde el centro que gestiona Ortzadar Fundazioa.

Explican que muchas de ellas son víctimas de atropellos o choques con tendidos eléctricos... otras son irrecuperables tras haber sido tiroteadas, pese a que es conocido que la caza de especies protegidas está prohibida desde hace años.

La acogida de estas aves no es un caso excepcional para el centro de Karrantza, que ha llegado a dar acogida temporal a dos cachorros de león. En este caso procedían de un circo y tuvieron que ser trasladados a otro espacio de este tipo porque no disponen aún de un espacio para grandes felinos. Han conocido casos de tigres y leones procedentes de fincas privadas, pero también personas que tenían boas, pitones....

A El Karpin, además de fauna autóctona llegan animales silvestres procedentes de decomisos por tráfico ilegal, mascotas abandonadas... a través de las autoridades. La misión del centro es «asegurarles una vida digna y contar sus historias para que sus visitantes se sensibilicen». Desde su experiencia apelan a reflexionar sobre la responsabilidad que conlleva tener animales y estas son fechas excepcionales en esta cuestión. «La gente tiene que saber qué implica tener una serpiente, un mapache, un perro o un gato», comenta Pedro Abad, director del centro.

Cuenta Abad que en el centro se sorprenden ya poco ante las especies que pueden llegar. «Ahora mismo se vende de todo en el mercado ilegal y también en el legal, es tal la cantidad de especies que no sorprende». El problema es, según explica, que se pone de moda el cuidado de especies exóticas y en muchos casos, por falta de información o porque no han meditado suficientemente las posibilidades de hacerse cargo de gastos, cuidados... que pueden alargarse durante 15 o 20 años, en muchos casos se abandonan.

Karpin Abentura no es un centro en el que los particulares pueden dejar su mascota, porque no podría hacerse cargo de todas las peticiones que pudieran surgir. En más de veinte años atisban en su experiencia algunos pequeños cambios, ha crecido la concienciación pero no lo suficientes, aún hay un largo camino que recorrer para erradicar comportamientos como disparar a una especie protegida o el abandono de animales sin tener en cuenta su bienestar y el del entorno, según remarcan.

Son las administraciones, Ertzaintza... quienes trasladan especies intervenidas en distintas circunstancias. Desde el centro, indican también que el suyo es un espacio de acogida pero no de recuperación, algo a tener en cuenta porque el tiempo es fundamental para poder salvar la vida de un animal acudiendo al servicio adecuado.