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La justicia británica mantiene en vigor la orden de detención contra Julian Assange

Un tribunal británico ha decidido mantener en vigor la orden de detención que pesa sobre el activista australiano Julian Assange, refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012.

Julian Assange, en una imagen tomada en 2016. (Ben STANSALL / AFP)

La sentencia de la Corte de Magistrados de Westminster, que se puede apelar ante instancias superiores, respalda una orden que se dictó cuando Julian Assange «violó las condiciones de su libertad condicional» al entrar en la delegación diplomática.

El fundador de WikiLeaks se refugió en la embajada para evitar ser extraditado a Suecia, que le reclamaba por supuestos delitos sexuales, aunque la justicia del país nórdico cerró el caso el pasado mayo. Sus abogados argumentaron ante el tribunal que la orden «ha perdido su propósito», dado que Estocolmo ya no pide su búsqueda internacional y su extradición.

A pesar de la clausura del caso, la policía británica comunicó en mayo que arrestaría a Assange si ponía un pie fuera la embajada, dado que todavía debe responder por no haberse presentado ante un juez británico cuando le reclamó para comparecer el 29 de junio 2012.

Ante una sala repleta de público, la juez Emma Arbuthnot dictaminó que la negativa del australiano a presentarse ante la justicia cuando así lo requerían los términos de su libertad condicional continúa siendo una transgresión de la ley. «Si no aporta una causa razonable será culpable de un delito», afirmó la magistrada.

«Una vez esté ante un tribunal, el acusado tendrá la oportunidad de argumentar esa causa razonable», ha añadido Arbuthnot.

El activista ha rehusado salir de la legación por el temor a que EEUU emita una orden de extradición para cuestionarle por la filtración de miles de cables diplomáticos e información confidencial a través de WikiLeaks. Su equipo legal ha criticado que las autoridades británicas se niegan a confirmar o negar si Washington ha enviado a Londres una petición en ese sentido.

En diciembre, el Gobierno de Quito concedió a Assange la nacionalidad ecuatoriana y pidió para él estatus diplomático, en un intento por desbloquear la situación y que el activista pudiera salir de su encierro. El Ministerio de Exteriores británico negó ese estatus diplomático y señaló que «el caminó para resolver este problema pasa por que Julian Assange abandone la embajada y se enfrente a la justicia».