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Rusia responsabiliza a los rebeldes por el fracaso de su mini-tregua

Rusia urgió a los rebeldes de a «actuar» para hacer viable la tregua de cinco horas diarias. Pero reiteró que seguirá apoyando a Damasco contra «las no pocas fuerzas extremistas y terroristas» de Ghuta. La mayoría de estas han mostrado su «compromiso» para expulsar a Al Qaeda del enclave tras un alto el fuego real.


El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, exigió a los rebeldes del enclave damasceno de Ghuta Oriental «y a los que les apoyan» a «actuar» para que la tregua diaria de cinco horas que anunció Moscú funcione, aunque advirtió paralelamente de que Rusia seguirá apoyando al Ejército sirio para «erradicar la amenaza terrorista».

En un intento de sacudirse la presión sobre la catástrofe humanitaria en la región rebelde del extrarradio de la capital siria, Lavrov aludió a la dramática situación humanitaria en Raqa, capital del califato del Estado Islámico en Siria, liberada en octubre por una coalición kurdo-árabe con la cobertura aérea de EEUU. «Hacemos un llamamiento a la ‘coalición americana’ para que asegure el mismo acceso humanitario a las zonas bajo su control», ironizó.

El presidente ruso, Vladimir Putin, reiteró la idea de que serían los rebeldes los que violan la tregua humanitaria «lanzando hasta 50-80 obuses o morteros al día, incluso a territorio de nuestra embajada y legación comercial. ¿Qué vamos a hacer, tolerarlo eternamente? Por supuesto que no», advirtió Putin, quien añadió que «lamentablemente, en Ghuta Oriental hay no pocas fuerzas extremistas, representantes de toda una serie de organizaciones terroristas que han sido incluidas en las listas de la ONU».

Quién es quién en Ghuta

Los informes de los expertos en la compleja e interminable guerra siria distinguen entre varios rebeldes armados en Ghuta Oriental, todos ellos de corte islamista suní –pero mayoritariamente no yihadistas–.

El más importante, y que con sus 15.000 milicianos controla el 65% del enclave, incluida su capital, Duma, es la organización salafista y rival de Al Qaeda Jaish al-Islam (Ejército del Islam). Estaría apadrinado por Arabia Saudí.

El segundo grupo, y que controla el 25% de Ghuta, es la milicia islamista Faylaq al Rahman (Legión de la Misericordia). Adscrita a lo que queda del Ejército Sirio Libre, recibiría el sostén de Qatar y, al contrario que Jaish al-Islam, asegura que no buscaría imponer la sharia en una (improbable) Siria post-Al-Assad.

Sin embargo, su rivalidad con Jaish al-Islam llevó a Faylaq al Rahman a aliarse en su día con Hay'at Tahrir al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), una coalición de grupos que incluye a Jabhat Fatah al-Sham o Frente para la Conquista del Levante (antes Frente al-Nosra o sección siria de Al Qaeda). La coalición HTS, que es considerada la última marca blanca de Al Qaeda en Siria, tiene una fuerte implantación en la provincia de Idleb, lo que contrasta con su muy pequeña presencia (5% del territorio) en Ghuta. Otro tanto ocurre finalmente con el grupo rebelde y, como Jaish al-Islam, también salafista Ahrar Al Sham, que controla una pequeña franja del noroeste de Ghuta Oriental en torno a la localidad de Harasta.

Arar al Sham, en su día el principal grupo rebelde salafista de Siria, quedó casi diezmado el pasado año al desertar la mayoría de sus milicianos a la coalición HTS, a la que Rusia acusa de buscar la implantación en Siria de un califato de Al Qaeda.

Jaish al-Islam, Faylaq al Rahman y Ahrar Al Sham mostraron su «compromiso total para deportar a los grupos de la Organización para la Liberación de Levante (HTS), el Frente al-Nosra y Al Qaeda de Ghuta Oriental en 15 días desde la entrada en vigor de un alto el fuego»..

Un alto el fuego que tampoco se cumplió ayer mientras las dos partes se acusaban mutuamente de ataques aéreos, ofensivas y contraofensivas terrestres. Rusia acusó a los rebeldes de aprovechar la tregua para lanzar una ofensiva. El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó, por contra, de que las fuerzas del régimen lograron avances militares en el este del enclave rebelde.

 

Mujeres forzadas a mantener sexo a cambio de ayuda humanitaria

Numerosas mujeres en Siria se han visto forzadas a mantener relaciones sexuales con hombres que repartían ayuda humanitaria en nombre de agencias de la ONU y de ONG a cambio de poder recibir la asistencia necesaria para ellas y sus familias, según denunció la BBC. Trabajadores humanitarios aseguraron que la explotación sexual de las mujeres a cambio de ayuda está tan extendida que algunas sirias se niegan a acudir a los centros de distribución de ayuda porque se sobreentiende que aceptan vender su cuerpo a cambio. Un estudio realizado por el Fondo de la ONU para la Población en 2017 ya había concluido que se estaban produciendo casos de sexo a cambio de ayuda en varias provincias y recogió casos de mujeres o niñas que se casaron con funcionarios por un breve periodo de tiempo para «servicios sexuales» con el fin de recibir comida; distribuidores que pedían teléfonos de mujeres y niñas u otros que obtenían distribuciones a cambio de «servicios, como pasar una noche con ellas», recoge BBC. Según la cadena, agencias de la ONU y ONG endurecieron sus procedimientos para evitar estas prácticas tras constatarlas en 2015. «La mera sugerencia de que la ONU puede de alguna forma controlar la situación en una zona de guerra es más bien simplista y desconectada de la realidad de lo que es una operación de ayuda en un conflicto abierto y feroz», señaló un responsable de Acnur en defensa del organismo.GARA