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El cambio climático ya está aquí, pero se le puede combatir

El cambio climático es una realidad que ya pocos, poquísimos, cuestionan y a la que habrá que hacer frente en los próximos años, ya que afecta a todos los ámbitos. El Gobierno navarro tiene elaborada una hoja de ruta para hacer frente a este fenómeno y tratar de que sus efectos sean lo menos perjudiciales.


La temperatura en Nafarroa subirá cuatro grados para 2100 en el más grave de los escenarios que maneja Aemet. En el más conservador de los escenarios, el incremento será de dos grados. En lo que se refiere a las precipitaciones, la tendencia es que cada vez sean menores.

El incremento de la temperatura se ha acelerado. En Iruñea, se tienen recogidos datos desde 1880 y muestran que desde la década de 1950 la temperatura ha aumentado un grado.

El modelo de precipitaciones señala que el modelo mediterráneo, caracterizado por lluvias torrenciales e irregulares en el tiempo, se desplaza hacia el oeste, ampliando su ámbito de influencia. Nos pilla de lleno.

Por tanto, el cambio climático tendrá entre nosotros el efecto de que las temperaturas subirán y que lloverá menos –o al menos de una manera diferente, más irregular– que la que tenemos actualmente.

Son datos que Peio Oria, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Nafarroa, y Rafael Alday, especialista en cambio climático de Lursarea, expusieron ayer en un encuentro con agentes y medios de comunicación en el que también ha participado la consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, Isabel Elizalde. El mensaje fue que el cambio climático ya está aquí, es una realidad entre nosotros, pero no se puede caer en el fatalismo, ya que sus efectos se pueden minimizar con políticas globales y también con acciones cotidianas.

Nadie duda de que este cambio climático está provocado por la acción humana. El clima –que no se debe confundir con los fenómenos meteorológicos, que son los que se registran en un momento concreto– es un concepto que afecta a largos periodos de tiempo y ha experimentado cambios debido a fenómenos naturales como el movimiento de las placas tectónicas o las erupciones volcánicas. Lo novedoso del fenómeno actual es la aceleración.

La principal razón de esta aceleración son la emisión de gases de efecto invernadero. El Gobierno navarro se ha marcado como objetivo mitigar los efectos del cambio climático y, para ello, busca reducir estas emisiones un 20% para 2020, un 45% para 2039 y un 80% para 2050. Por sectores de actividad, la industria genera el 27,9% de estas emisiones de gases de efecto invernadero, aunque en los últimos años se ha experimentado una tendencia a la baja. El transporte supone el 21,2% de las emisiones, aunque la tendencia es al alza.

Entre las vulnerabilidades potenciales del cambio climático en Nafarroa se encuentran una menor disponibilidad de agua y un mayor estrés hídrico; la reducción de la productividad en agricultura y ganadería y la irrupción de plagas emergentes; afecciones a la biodiversidad, especialmente en la montaña con hayas y abetos; el aumento de la frecuencia de eventos extremos como incendios o inundaciones; el aumento de afecciones por patologías cardiorrespiratorias, asmáticas o alérgicas; cambios en el turismo, con retroceso del esquí e incremento de las visitas a la montaña; y afecciones en el medio urbano como inundaciones más frecuentes, olas de calor más intensas y habituales o el efecto isla de calor, con especial incidencia en los colectivos más vulnerables