INFO

Trump frena la retirada de Siria en plena entente Rusia, Turquía e Irán

Apelando al peligro del ISIS, el Pentágono y el Departamento de Estado parecen haber convencido al magnate Trump, harto de «gastar dinero para nada» en Oriente Medio, de que no retire sus tropas y deje vendidos a los kurdos. El día en que Rusia, Turquía e Irán, metidos de lleno en la guerra siria, prometían un «alto el fuego duradero».


El presidente de EEUU, Donald Trump, ha accedido a mantener de momento a sus 2.000 soldados en la misión de apoyo a los kurdos, dando así marcha atrás en sus recientes anuncios sobre una inminente retirada de Siria.

Un alto cargo de la Administración señaló que Trump se reunió el martes con su Consejo de Seguridad Nacional para debatir este tema y sus asesores le convencieron de que aún hay que esperar para sacar a los militares estadounidenses de Siria. «No nos vamos a ir inmediatamente pero el presidente tampoco quiere un compromiso a largo plazo», explicó.

Posteriormente, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que confirma que no habrá retirada inmediata. «La misión militar para erradicar al Estado Islámico (ISIS) en Siria se acerca a un rápido final», si bien EEUU y sus aliados siguen determinados «a eliminar la pequeña presencia del ISIS en Siria que (...) aún no ha sido erradicada».

El comunicado apela a cooperar los aliados en la zona, a los que promete seguir consultando antes de tomar una decisión. Este llamamiento responde sin duda a las críticas de Trump sobre el costo del mantenimiento de la misión. «Hemos gastado 7.000 millones de dólares en Oriente Próximo en los últimos siete años y hemos conseguido nada. Nada», se quejó el martes en una rueda de prensa en la Casa Blanca en la que evocó que, si Arabia Saudí «está tan interesada en que «sigamos en Siria, pues que pague la factura».

Frente diplomático y militar

Frente al impecable cálculo empresarial de Trump, y mientras el presidente insistía en salir de Siria ya, el enviado especial de la Casa Blanca para la coalición internacional contra el ISIS, Brett McGurk, insistía en un foro de Washington que la misión en Siria no ha acabado. «Y vamos a completarla»

El jefe del Comando Americano para Oriente Medio (Centcom), general Joe Votel, coincidía en que «hay zonas en las que el ISIS sigue presente y tenemos que seguir operando (...) Sigue habiendo un papel para nuestros soldados en esta fase de estabilización», aseguró en referencia a un futuro arreglo negociado de la guerra siria bajo patrocinio de la ONU.

Presencia militar sine die que era defendida por el destituido exsecretario de Estado, Rex Tillerson, y que defiende el aún jefe del Pentágono, Jim Mattis

«Alto el fuego» ruso-turco iraní

Reunidos en Ankara, los presidentes turco, ruso e iraní (Recep Tayip Erdogan, Vladimir Putin y Hassan Rohani) se comprometieron en la búsqueda de un {alto el fuego duradero» en Siria.

Putin, cuyo Ejército en colaboración con el sirio ha protagonizado una campaña de bombardeos que ha convertido la rebelde Ghuta Oriental en un amasijo de escombros, acusó a la comunidad internacional de falta de compromiso para buscar una salida al conflicto sirio. »Nadie hace prácticamente nada, salvo Irán. Turquía y Siria», señaló modesto al olvidarse de mencionar a Rusia.

Erdogan, que acaba de invadir Afrin, no vio contradicción alguna a su compromiso con una tregua al reiterar que «no pararemos antes de asegurar esas regiones (en referencia a Rojava), sobre todo Manbij.

Finalmente, Rohani, cuyo país lidera a decenas de milicias extranjeras chiíes, insistió en que «el futuro de Siria depende de los sirios». Reiteró su defensa de la identidad territorial de Siria y acusó a EEUU de apoyar al ISIS y no a sus enemigos kurdos.

 

La pérdida de Ghuta, el final para los rebeldes

Con la anunciada pérdida definitiva de Ghuta Oriental, los rebeldes sirios sufren su peor derrota, simbólicamente peor aún que la caída en diciembre de 2016 de Alepo Oriental, que marcó ya entonces el comienzo del fin para los rebeldes.

Tras sufrir cinco semanas de fuego a discrección, y tras cinco años de asedio, el último y mayor grupo rebelde islamista (Jaish al-Islam) seguía sin confirmar su rendición mientras seguía el goteo de evacuaciones de sus milicianos de la capital de Ghuta Oriental, Duma.

Analistas independientes sirios como Ahmad Abazeid confirman que tras la pérdida de su bastión en el extrarradio damasceno desde 2012 asistimos «a la mayor derrota de la revolución siria».

Y es que, además de contar con una vasta red de apoyo popular, tenían a la capital siria en el punto de mira. Ahora no les queda otra opción que enrolarse en las fuerzas rebeldes a sueldo de Turquía, lo que acaba definitivamente con la (relativa) autonomía con la que los rebeldes podían presentarse políticamente.GARA