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El PT seguirá defendiendo la candidatura de Lula, pese al riesgo de ser encarcelado

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva tiene hasta el martes para presentar un último recurso ante la Justicia para evitar la prisión, después de que el Supremo rechazara por 6 votos contra 5 un «habeas corpus». El Partido de los Trabajadores adelantó que defenderá la candidatura de Lula hasta «las últimas consecuencias».


Tras once horas de debate, el Tribunal Supremo Federal de Brasil rechazó el miércoles el habeas corpus presentado por los abogados del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado el 12 de julio de 2017 a 9 años de prisión por «corrupción pasiva y blanqueo de capitales». El pasado 24 de enero, el Tribunal Federal Regional de la Cuarta Región (TRF4) con sede en Porto Alegre confirmó la sentencia en segunda instancia, elevando la condena a 12 años.

«La presunción de inocencia no puede llevar a la impunidad», manifestó la presidenta de la Corte, Cármen Lúcia Antunes, que aportó el voto que selló el resultado, hasta ese momento empatado a cinco votos.

El juez Edson Fachin, instructor en el Supremo del «caso Lava Jato», por el que Lula fue hallado culpable de corrupción en esta causa, abrió el camino hacia el rechazo del habeas corpus.

El instructor recordó que el mismo Supremo, en 2016, ya declaró constitucional que una pena comience a ser ejecutada una vez que se ratifique en segunda instancia, como es el caso del exmandatario.

Según Fachin, un recurso de esa naturaleza solo puede concederse «en favor de alguien que tenga amenazada su libertad por alguna ilegalidad o abuso de poder», que «no es el caso», agregó.

Con el habeas corpus, los abogados de Lula buscaban que conservara su libertad hasta que se agoten otras dos apelaciones que aún le restan, una ante el Superior Tribunal de Justicia y otra ante el propio Supremo, un trámite que podría consumir unos dos años.

El que fuera el presidente más popular de la historia reciente de Brasil, aclamado internacionalmente por sacar de la pobreza a millones de brasileños, siguió el debate en una sala del Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, cinturón obrero de Sao Paulo.

La decisión de enviar a Lula a prisión queda ahora en manos del TRF4. El expresidente tiene de plazo hasta el próximo martes para presentar un último recurso ante la Justicia para intentar evitar su encarcelamiento.

Esta fórmula jurídica, conocida como el «embargo del embargo aclaratorio», no entra a debatir el contenido de una decisión judicial, tan solo busca aclaraciones de la misma. Sin embargo, la gran mayoría de los magistrados brasileños acostumbra a rechazar este tipo de último recurso.

Fuentes consultadas por Efe, indicaron que los jueces tendrán que decidir primero si aceptan analizar este último recurso y, en caso de que así sea, tendrán que fijar una sesión para pronunciarse sobre la petición de la defensa, lo que se prevé que puede aplazar el proceso al menos hasta finales de abril.

Tan sólo cuando los miembros del tribunal de segunda instancia se pronuncien sobre la última solicitud de la defensa, la decisión podrá ser comunicada al juez en primera instancia que determinó la condena, a quien corresponde expedir la orden de encarcelamiento.

El juez de primera instancia en este caso es Sergio Moro, titular del decimotercero juzgado federal de Curitiba y el instructor de la «Operación Lava Jato», la investigación iniciada hace cuatro años y que puso al descubierto una gigantesca red de corrupción que desviaba recursos de la petrolera estatal Petrobras.

Moro condenó a Lula precisamente tras dar por hecho que el exmandatario recibió un lujoso apartamento en un balneario del estado de Sao Paulo a cambio de favorecer a la constructora OAS con millonarios contratos con Petrobras.

Según penalistas, una vez concluido todo el trámite en segunda instancia, la defensa aún tiene un plazo de 15 días para presentar un primer recurso contra la condena ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) en un intento de que Lula fuera absuelto y liberado, pero no hay plazo para que esta corte de tercera instancia se pronuncie.

En esta nueva apelación, en la que las pruebas no son nuevamente examinadas sino que tan solo se analiza la legalidad del juicio, los abogados pueden pedir el efecto suspensivo de la condena, lo que puede permitir la liberación de Lula en caso de que ya esté preso.

El Partido de los Trabajadores (PT), que Lula cofundó en 1980, prometió defender en las calles y ante todas las instancias su candidatura presidencial «hasta las últimas consecuencias».

La legislación brasileña inhabilita electoralmente a cualquier condenado en segunda instancia, como ya lo fue Lula, por lo que el exjefe de Estado no podría disputar las elecciones de octubre para intentar un tercer mandato.

«Un día trágico para Brasil»

«Nuestra Constitución fue rasgada por quien debería defenderla y la mayoría del Tribunal Supremo sancionó una violencia más contra el mayor líder popular del país, el expresidente Lula», denunció el PT en su perfil oficial de Twitter.

Pocos minutos después de conocerse el dictamen de la máxima corte del país, afirmó que el miércoles fue «un día trágico para la democracia y para Brasil». «No hay justicia en esta decisión. Hay una combinación de intereses políticos y económicos, contra el país y su soberanía, contra el proceso democrático, contra el pueblo brasileño», resaltó. Incidió en que «Lula es inocente y eso será proclamado en un juicio justo».

En ese sentido, el PT aseguró que «la nación y la comunidad internacional saben que Lula fue condenado sin pruebas, en un proceso ilegal, con jueces notoriamente parciales».

En opinión de la senadora Vanessa Grazziotin, del Partido Comunista de Brasil, la decisión constituye «una continuidad del golpe» que terminó con la destitución de Dilma Rousseff en 2016 porque «Lula fue condenado sin ninguna prueba».

El Movimiento de los trabajadores rurales Sin Tierra (MST) se sumó a las críticas en Twitter: «No es solo a Lula al que quieren arrestar, sino también al sueño de un país más justo. Jamás lo permitiremos. La lucha continúa». El líder del MST Alexandre Conceição planteó la ocupación de «espacios públicos y tierras», con un acción de «protesta, guerra y lucha».

Pero también hubo fuegos artificiales y festejos en Brasilia, sede del tribunal, de los detractores de Lula. El PSDB del exmandatario Fernando Henrique Cardoso, que perdió las últimas cuatro elecciones que disputó contra el PT, emitió un comunicado firmado por su líder en la Cámara baja, Nilson Leitao: «El expresidente no está por encima de la ley, sino al alcance de ella como todos los brasileños. Una decisión en sentido contrario frustraría a la sociedad y sería un retroceso en el combate a la impunidad».

De la pobreza a la Presidencia

De niño, Lula conoció lo más dramático de la pobreza del árido nordeste, su región natal. Séptimo hijo de un matrimonio analfabeto, fue abandonado por su padre antes de que la familia emigrara a la industrial Sao Paulo. Fue vendedor ambulante y limpiabotas, a los 15 años inició su formación de tornero, perdió un meñique en una máquina y al final de la década de 1970 lideró una histórica huelga que desafió a la dictadura (1964-85).

Brasilia, sin embargo, se hizo esperar y fue derrotado en tres ocasiones como candidato presidencial del PT.

El político al que la revista “Foreign Policy” calificó como una «estrella del rock de la escena internacional» alcanzó la Presidencia en 2003.

Durante su gestión, empujada por el viento a favor de la economía mundial, 38 millones de brasileños salieron de la pobreza. Y coronó su doble mandato consiguiendo la sede del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos de Rio-2016.

 

Detenido durante 31 días por «atentar contra el orden nacional» en plena dictadura

En 1980, el influyente líder de una masiva huelga de metalúrgicos brasileños, Luiz Inácio Lula da Silva, fue detenido durante 31 días por «atentar contra el orden nacional», en plena dictadura militar (1964-85). 

Lula fue arrestado el 19 de abril a las seis y media de la madrugada en su domicilio de Sao Bernardo dos Campos, en las afueras de Sao Paulo, y conducido a la sede paulistana de la Dirección de Orden Política y Social (Dops), donde fueron torturadas centenares de personas durante la peor fase de la dictadura. Entre quienes sufrieron la tortura está la expresidenta Dilma Rousseff.

En 2014, en su declaración ante la Comisión Nacional de la Verdad, Lula afirmó que fue «tratado con dignidad». Le fueron permitidas un par de salidas para visitar a su familia y para ir al funeral de su madre; podía leer periódicos e incluso una vez le permitieron ingresar un televisor para ver un partido de fútbol de su equipo favorito, el Corinthians de Sao Paulo. 

Durante la primera semana de reclusión, mantuvo una huelga de hambre en apoyo a sus seguidores, aún de brazos cruzados en las fábricas. 

La huelga se diluyó durante su estancia en prisión, pero para Lula fue una victoria política. «Si los militares hubiesen sabido lo que iba a ocurrir después de mi detención, ciertamente más les hubiera valido no prenderme», afirmó años después.

Tras ser liberado en mayo, Lula fue elegido presidente del recién fundado Partido de los Trabajadores (PT), con el que alcanzaría la Presidencia de la República en 2003 y el reconocimiento internacional.

En 1981, fue condenado en un tribunal militar a tres años y medio de cárcel por violar la entonces vigente Ley de Seguridad Pública con los llamamientos a la huelga, pero fue absuelto poco después.GARA

 

Reacciones

«A la oligarquía no le interesa ni la democracia ni la justicia. La verdadera razón de la condena al hermano Lula es impedir que vuelva a ser presidente. La derecha jamás le perdonará haber sacado de la miseria a 38 millones de pobres»

EVO MORALES

Presidente de Bolivia

«No solo Brasil, el mundo entero te abraza. Duele el alma esta injusticia, que representa un intento de la derecha por amedrentar a las fuerzas populares por el camino judicial»

NICOLÁS MADURO

Presidente de Venezuela

«Todos sabemos que su crimen es haber sacado a 38 millones de brasileños de la pobreza, sin someterse a las élites brasileñas. El poder popular volverá con la fuerza de un huracán»

RAFAEL CORREA

Expresidente de Ecuador