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Entrevue
KIKE MORA
BAJISTA, HOMENAJE A MARCUS MILLER

Kike Mora: «Vivimos un tiempo agitado donde todos somos comisariados de todo»

«Evolución natural» es el segundo disco en solitario del bajista Kike Mora, novedad de jazz exploratorio, íntimo, relajado y que este sábado presenta en el Palacio Euskalduna junto con un repertorio homenaje al excepcional bajista neoyorquino Marcus Miller, dentro del ciclo Izar & Star.


Este sábado 5, el barakaldarra Kike Mora actúa en el Palacio Euskalduna de Bilbo a partir de las 20.00. El concierto se parcela en tres propuestas: de inicio, repertorio original del neoyorquino Marcus Miller; después, versiones y colaboraciones más destacadas con otros artistas y, finalmente, temas de los dos discos de Mora en solitario, el último “Evolución natural” (Gaztelupeko Hotsak), y a quien le acompañarán Ibon Jordan, batería; Mikel Nuñez Lauzirika, teclados y Kike Gutman a los saxos. También se contará con la danza de Ana Capilla en juego con la música.

«Marcus Miller es el músico con mayúsculas. Multiinstrumentista, productor, compositor y por lo que me han podido decir personas que han estado con él, muy humilde y espiritual. Tiene una carrera extensa. No siempre se pueden hacer obras de arte, pero cuando todo el mundo ya empezaba a pensar que se le estaba apagando la llama de la inspiración saca “Afrodeezia” y tanto las criticas como los que le seguimos nos hemos rendido a sus pies, al ser uno de sus mejores discos».

Kike Mora de joven se veía implicado con la escena más rockera de su pueblo y Bilbao. Formó parte de Beer Mosh y Urtz. Luego siete años con Kepa Junkera y desde hace diez con Korrontxi y diversos proyectos, colaboraciones y su licenciatura en Musikene como bajista. Esto es ser un crack.

«En estos momentos me encuentro en la encrucijada de crear, trabajar duro, pero sin pasarme. Soy muy apasionado en mi trabajo, pero pasé una temporada de agotamiento crónico y un poco de colapso justo antes de “Evolución natural” y no quiero que se repita», comenta un excelente bajista, con buen gusto, y que ha concluido un disco más relajado y ambiental que el dinámico inicio.

Si se escucha su debut como solista se percibe que «Evolución natural» explica desde el título qué ha ocurrido tras haber pasado seis años desde el debut con «Jazz project».

Sí, “Jazz project” era el disco de un joven entusiasta de la música recién salido del conservatorio y listo para subirse a todos los escenarios que hiciesen falta para darlo todo. Seis años después lo escucho y me siento orgulloso, creo que está envejeciendo bien y temas como “Funketa” que abre el disco o “Mercado negro” siguen levantando elogios de la gente que lo escucha por primera vez en este tiempo. “Evolución natural” –como bien apuntas– desde el titulo viene a señalar que es otra era. Más relajada, con ganas de experimentar nuevas sonoridades y sobre todo de darle a mi música un toque espiritual.

Diría que es un disco de jazz fusión muy clásico; en consecuencia con cierta evidencia, pero muy correcto.

“Jazz project” es un disco de jazz fusión muy inspirado en la música de Weather Report (hice el trabajo de fin de carrera sobre Jaco Pastorius). Aunque también hay guiños al swing y al hardbop, estilos más clásicos. En esto de las etiquetas ya sabes, unos dicen una cosa otros otra. Vivimos un tiempo agitado donde todos somos comisariados de todo, pero mis influencias llegaron por ser la música que en esa época más consumía.

En «Evolución natural» también hay momentos donde el tapping o el bajo percutivo toma relieve (disimulado y sin ansias), como en «Nómadas», pero ni siquiera en ese corte es como el bajo de hace seis años. Ahora es como si hubiese descubierto otro yo más sensible. A nosotros nos atrae mucho más así, abierto y sensual, donde la canción vale más que los intérpretes, en el jazz a veces es al contrario.

Me gusta mucho que me preguntes por esto. Como bien dices, este segundo disco es mucho más relajado, cuidando la melodía con mimo e intentando que no haya ni una nota demás ni de menos para que no reste al propósito final que es la canción en sí misma. Hay una frase que suele salir bastantes veces cuando con otros músicos hablamos de esto, la técnica al servicio de la música y no al revés. Se necesita haber estado bajo mucha presión, girando por todo el mundo, conociendo nuevas músicas y personas, para que a nivel vital todo se coloque en su sitio y se crezca como persona.

Una de las composiciones más hermosas del disco es «New order». Un mano a mano entre bajo, que lleva toda la carga melódica, como si fuera un vocalista, el piano ayudando a la creación del clima y las percusiones en el mismo papel y sin intención de rellenar ni taponar huecos. ¿Cómo nace?, ¿qué proceso ha tenido un corte tan sugerente?

“New order” es uno de los temas con más carga emotiva del disco. Para ello me valgo del piano creando atmósfera y el bajo fretless (sin trastes) que es mucho más lírico para llevar la melodía como si fuera un chelo o una voz. La canción trata de transmitir con su melodía la tristeza de quemar lo antiguo, pero a su vez la esperanza de que lo nuevo florece. La manera de componerla fue curiosa: en un descanso entre clases me senté al piano y salió el esbozo sin más, jajaja. Lo grabé en el móvil y ya en el estudio Jagoba Ormaetxea al piano e Ibon Jordan a la percusión se encargaron de leerla a la perfección dándole el toque que necesitaba.

Mi mente percibe que toca el bajo como si fuera una guitarra solista, casi siempre en un tono muy melódico. Vuelve a pasar en «Como olas de mar», muy amable y envolvente.

Creo que básicamente es que mi forma de ver la música siempre ha sido un poco ortodoxa, a contracorriente. Cursé estudios en Musikene en especialidad de bajo, pero también toco el contrabajo. La guitarra me ha acompañado desde mis inicios y el piano tuve que aprender por narices en el conservatorio. Mi carácter influenciable permite que todo lo que se me acerque me parezca increíble y quiera tocarlo. Todo eso logra que aunque es un disco de líder bajista, toco muchos instrumentos, además de ser productor. Y la búsqueda ha ido por ahí, no queriendo poner límites sonoros o estilísticos, un lío, jajaja. «Como olas de mar» es una canción que recrea la libertad de la persona. La guitarra de Enrique “El Vaca”, percusión de Tala, y el saxo de Alain Sancho, Travelling Brothers, son perfectas.

Llama la atención que el disco se inicie con «Connection», es un gran tema, pero parece que nos encontramos en los setenta con George Harrison viajando a la India o Bangladés o cuando John McLaughlin se volvió místico. Es un «viaje» y nos recuerda la añorada sicodelia, pero no guarda relación directa con el resto, más bien parece un tema de cierre.

“Conecction” busca colocar al oyente en la vibración del disco y su energía, que no le viene un disco convencional. Entonces pensé en esta canción como terapia de choque para que de ahí en adelante se le abran las puertas al resto del viaje que es este disco. Has dicho el nombre de dos guitarristas que admiro, será porque yo también practico yoga, jejeje. Para este álbum cogí de referencia a dos bajistas de esa época de la que hablas: Carles Benavent y Jonas Hellborg (bajista durante una época de McLaughlin) de ahí también el uso de bajo de caja.

Podría hablarse de un disco de fusión, pero no de la fusión como se entendía en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta. «Ciclyc» parece una pieza de fusión, pero la vemos muy contemporánea, atmosférica, sin necesidad de que cada instrumento sea solista y deje helado al oyente, prima el clima. Me ocurre lo mismo con «Al sur», que tiene algo realmente de sur, y muy calmado.

“Ciclyc” es un tema más contemporáneo en la onda de grupos como Nerve de Jojo Mayer y para el conté con el gran teclista bilbaíno residente en Japón Juan Ortiz y el batería navarro Josu Erviti. Esta nueva rama de la fusión es muy contemporánea y mezcla el drum&bass con la electrónica y el jazz, superactual. Estoy inmerso desde hace tres años en un proyecto de danza contemporánea con jazz llamado “Feedback” acompañando a la bailarina Ana Capilla. Este tema nació de un fragmento inicial del proyecto con el cual hemos estado en varios escenarios como el festival B.A.D, y otros. “Al sur”, en cambio, giró más hacia la música relajada con toques aflamencados.

¿En qué direcciones fluye el disco? ¿Como se va ensamblando con diecinueve colaboradores?

En mi estudio K.M.T compuse toda la música en formato demo valiéndome del piano, guitarra, bajo… he hice las partitura. Después vendría la reflexión sobre qué músicos le irían mejor a cada tema. Contar con este elenco de músicos y su apoyo desinteresado, nadie ha cobrado, es casi ciencia ficción. El disco se grabó y mezcló en mi estudio y bajo mi responsabilidad. El tiempo apremiaba, pero tenía una gira extensa por Chekia con Korrontzi y opté en darle el último retoque con mis cascos en los hoteles por la noche mientras mis compañeros dormían. Para conseguirlo me valía de tres temas de artistas clave (Marcus Miller, Steve Wonder y Pat Metheny) y comparé frecuencia por frecuencia mi mix con el de tres discos. A mi vuelta de la gira me di una mañana para ver si se me había ido la cabeza, pero lo que sentí fue fantástico ante el resultado obtenido. Se lo entregué a Cesar Ibarretxe y para fábrica.