INFO

El V4 boicotea la minicumbre y se reserva ir a la del Consejo Europeo

Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia anunciaron ayer que no participarán en la minicumbre informal del domingo en Bruselas para consensuar una política migratoria, a la que no fueron inicialmente invitados y a la que Italia amenaza con no ir, y dijeron no haber decidido aún si acudirán a la del Consejo Europeo.


El primer ministro húngaro, Viktor Orban, aseguró ayer que ninguno de los líderes del Grupo de Visegrado (V4) –Hungría, República Checa, Polonia y Eslovaquia– asistirá a la minicumbre informal sobre inmigración convocada para el domingo por la Comisión Europea para abordar el asunto de la inmigración de cara a la del Consejo Europeo de los días 28 y 29 de junio.

Sus jefes de Gobierno cuestionan su legitimidad, porque creen que ha sido convocada para apoyar a la canciller alemana, Angela Merkel, y dijeron reservarse su presencia en la cita de la próxima semana. Roma también elevó las apuestas antes de confirmar su presencia y amenazó con boicotear la minicumbre del domingo al estimar que su postura no es tomada suficientemente en cuenta.

El presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, convocó inicialmente a los jefes de Estado y de Gobierno de Alemania, Italia, Grecia, Bulgaria, Austria, Malta y los estados español y francés, y dejó abierta la participación, por lo que se sumaron Bélgica y Países Bajos.

Aunque pocos contaban con los países del Este, Orban dejó claro que no habrá presencia del Grupo V4, abiertamente crítico con las políticas migratorias impulsadas en los últimos años, como por ejemplo el sistema de cuotas de reparto de refugiados.

Durante un encuentro con sus homólogos del bloque regional y el jefe de Gobierno de Austria, Sebastian Kurz, que sí acudirá el domingo a Bruselas, Orban advirtió de que este tipo de citas deberían estar organizados por el Consejo Europeo y no por la Comisión, incidiendo así en su postura de que en el tema migratorio la UE no puede imponer criterios a sus miembros. Orban, uno de los líderes europeos más opuestos a la llegada de refugiados e inmigrantes, reconoció «que hay pánico» en relación al tema migratorio, aunque opinó que «la prisa no es buena», un día después de que el Parlamento húngaro aprobase una ley que castiga con cárcel a quienes ayuden a inmigrantes en situación irregular y que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos calificó de «vergonzosa» y de «descaradamente xenófoba». Además, la consideró «un ataque a los derechos humanos y a las libertades» que «aviva el odio».

Amenaza de Italia

También Italia amenazó con boicotear la minicumbre. Su titular de Interior, Matteo Salvini, dijo que «o hay una propuesta útil sobre la defensa de las fronteras y la seguridad o diremos que no». «Si vamos para recibir una tarea ya preparada por franceses y alemanes, es mejor ahorrarse dinero para el viaje», añadió el líder ultraderechista.

En su comparecencia junto a Kurz, alineado con el líder húngaro y crítico con Merkel, que defiende una política de migración más flexible, Orban dijo que su país dará a conocer su postura sobre su presencia en la cumbre del Consejo Europeo. Su presidente, Donald Tusk, visitará hoy Austria y Hungría.

El V4 y Austria comparten su apoyo a un refuerzo de las fronteras exteriores de la UE y al procesamiento de los migrantes fuera del territorio comunitario.

Kurz, cuyo partido gobierna en coalición con el ultraderechista FPÖ, agregó que es importante asegurar «la ayuda en el lugar de partida». Y prometió que Austria, que asumirá la Presidencia rotativa de la UE en julio, se centrará en crear una «Europa que protege».

 

La CE defiende centros de desembarco en África

La Comisión Europea pidió ayer a los Veintiocho «explorar un compromiso mayor» con los países del norte de África como Argelia, Egipto, Libia, Túnez, Níger y Marruecos y socios como Acnur y la OIM sobre la posibilidad de crear un «esquema regional de desembarco» que se combinaría con el retorno voluntario a sus países de origen y mayores esfuerzos financieros y de reasentamiento. Bruselas prevé aumentar la financiación y el apoyo material para mejorar la gestión de sus fronteras y la lucha contra las mafias, y evitar las salidas al mar. Los Veintiocho podrían buscar pactos regionales para el desembarco y la búsqueda y rescate en el mar, que, dijo, darían a los migrantes «la protección y dignidad que merecen». Bruselas propondrá una legislación que «transforme» la guardia costera y de fronteras en una «verdadera» policía fronteriza europea y convierta la Oficina Europea de Ayuda al Asilo en una «auténtica autoridad de asilo que evalúe en la frontera quién tiene derecho al asilo y quién debe ser devuelto». GARA