INFO

Merkel carga sobre el SPD aceptar su pacto migratorio con Seehofer

El acuerdo entre la canciller, Angela Merkel, y su ministro de Interior, Horst Seehofer, se ha convertido en la patata caliente que el SPD tiene que tragarse ahora. El problema es que los puntos esenciales ya los rechazaron los socialdemócratas en 2015, pero su debilidad les hará ceder. Así la Gran Coalición seguirá su curso en un ambiente envenenado.


Con su compromiso migratorio que contempla el rechazo de los refugiados registrados en otros países de la Unión Europea (UE), la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller, Angela Merkel, y la Unión Social Cristiana (CSU) del ministro de Interior, Construcción y Patria, Horst Seehofer, ambos partidos han dado dos pasos atrás para alejarse del borde del abismo al que el enfrentamiento personal de sus dos líderes les había llevado. El acuerdo del lunes por la noche sorprendió porque se esperaba que Seehofer hiciera efectiva su doble dimisión, como ministro y como presidente de la CSU, tras su bronca con la jefa de Gobierno. Sin embargo, fue Merkel la que cedió para salvar al histórico grupo parlamentario común que la CDU mantiene con su hermana regional y, en definitiva, también para mantener la actual composición de la Gran Coalición.

El consenso alcanzado habrá sorprendido también al socio de lambas formaciones, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) que, según se rumoreaba, ya se preparaba para unas hipotéticas elecciones anticipadas en el caso de que Merkel destituyese a su ministro rebelde. No obstante, ella y Seehofer sacaron un plan que ya barajaron en 2015, a sabiendas de que el SPD volverá a poner el grito en el cielo pero que, debido a su actual situación de debilidad, acabará tragando tarde o temprano. En las encuestas, el partido de Andrea Nahles se mueve en torno al 16% y pelea por el segundo puesto con la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD), que le pisa los talones.

Un «chantaje»

Como cabía esperar, el mismo lunes por la noche Nahles alabó un compromiso que devolvería el río a su cauce, pero subrayó también que aún cuenta «con una considerable necesidad de asesoramiento». La presidenta del SPD tiene que cuidar su tono porque sigue suspendiendo como líder de partido. Las palabras fuertes vinieron de su correligionario el expresidente Sigmar Gabriel, quien dijo que «Seehofer ha chantajeado al Gobierno y a Merkel, la canciller. Eso es un hecho increíble». El líder de las juventudes socialdemócratas, Kevin Kühnert, insta a su partido de no ceder. Hoy, el grupo parlamentario del SPD analizará los datos que Nahles traiga de la reunión de anoche con sus socios de coalición.

El punto de discordia son los «centros de tránsito» que CDU y CSU quieren instalar en Baviera para concentrar a los refugiados que lleguen a la frontera austrobávara y determinar si deben de ser devueltos a su país de origen, enviados a otros estado de la UE o pueden quedarse. Esos centros se basan un la ficción jurídica, según la cual nadie ha llegado a Alemania sin pasar por los controles de fronteras o aduanas. CDU y CSU no aclaran si las personas llevadas a dichos centros serán encerrados en ellos o pueden elegir si quedarse o no, y el SPD no puede dar sin más su visto bueno porque hace dos años no quiso internar los refugiados en campos. «La relación de humanidad con orden y colaboración europea es central para nosotros», advierte la ministropresidente de Renania del Palatinado y vicepresidenta del SPD, Malu Dreyer.

Mientras el SPD busca una fórmula para digerir el plato que le han preparado CDU y CSU, Seehofer tiene margen de maniobra para forjar su eje con su ministropresidente bávaro, Markus Söder, y con el canciller austríaco, Sebastian Kurz, en política antiimigración y rederechización de Alemania.

 

Austria «protege» también su frontera sur

Después del acuerdo en Alemania, el Gobierno austríaco de Sebastian Kurz (ÖVP) anunció que preparará la protección de su frontera sur –con Eslovenia, Hungría e Italia– para evitar la entrada de refugiados que no podrían pasar a Alemania. El Ejecutivo de Viena justificó su decisión en que Berlín había adoptado «medidas nacionales para luchar contra los flujos migratorios» que, advirtió, provocarán un «efecto dominó». A Kurz le respaldan su vicecanciller, Heinz-Christian Strache, y el titular de Interior, Herbert Kickl, ambos del ultraderechista FPÖ. Su Policía y su Ejército ya realizaron un simulacro repeliendo una llegada masiva de refugiados. De esta forma, Kurz hace de bisagra política entre el ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, el minstropresidente bávaro, Markus Söder, y los gobiernos polaco, checo, húngaro y esloveno, que quieren llevar la acogida de refugiados a centros fuera de la UE.

Endurecer la política migratoria de la UE es uno de los puntos principales de la Presidencia de turno de Austria.I.N.