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La cantera de corredores apunta maneras en el encierro txiki

Con una cuesta de Santo Domingo a reventar, los más pequeños han protagonizado la primera tanda de encierros txikis apuntando grandes maneras como corredores, acompañados por unos progenitores con más peligro que los toros de cartón piedra que han protagonizado las diferentes carreras.

Los más pequeños han disfrutado poniéndose delante de las astas de cartón piedra. (Idoia ZABALETA/FOKU)

No cabía un alfiler en la cuesta de Santo Domingo para presenciar y disfrutar de la primera tanda de encierros txikis de estos sanfermines.

Tras el tradicional canto ante la hornacina del santo, un cohete ha anunciado, como mandan los cánones, el comienzo de las sucesivas carreras de los astados de cartón piedra, que iban acompañados por los pastores portando sus varas.

Emociones al límite, risas y más de un susto han ido jalonando los ascensos y descensos por la cuesta, ya que una vez en la plaza Consistorial, los bravos se daban la vuelta para regresar a la parrilla de salida y volver a empezar.

Por megafonía, se insistía una y otra vez a los progenitores que dejaran espacio a los morlacos y los corredores, ya que los adultos se mostraban más peligrosos que unos astados que se han caracterizado por su infinita nobleza.

El puesto sanitario del Departamento de Educación estaba listo, como en los encierros para adultos, para atender a los posibles heridos, aunque el capotico del santo ha funcionado y no ha sido necesaria su intervención.

Una tranquilidad que no indica falta de riesgo, ya que tres corredores se han caído en la parte alta de Santo Domingo delante de las astas de uno de los bravos protagonizando un pequeño montón. Pero el morlaco ha frenado en seco y no se ha fijado en los corredores, de tal manera que se ha saldado sin mayores consecuencias.

En las aceras y subidos al vallado, no faltaban veteranos armados con móviles para recoger el momento, haciendo del encierro txiki un momento tan mediático como como el celebrado tres horas y media antes.

Dentro de unos años, seguramente no faltarán corredores que recordarán tan intensos momentos.