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Las cicatrices del 1-O, un año después: «Pese a todo, votamos y ganamos»

Muchos de los colegios electorales del 1-O han acogido a lo largo del fin de semana y esta mañana misma diversos actos de conmemoración del referéndum de hace un año. En Barcelona, la escuela Ramon Llull, donde la Policía española realizó algunas de las cargas más destacadas, decenas de personas se han concentrado para recordar ese día y subrayar que, pese a las cargas policiales, se consiguió votar.

La valla de la escuela Ramon Llull de Barcelona, esta mañana. (NAIZ.EUS)

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El ambiente es de recogimiento. La gente se va acercando en silencio, sola o en parejas. Pareciera un lugar de culto. En la valla se apilan lazos amarillos, rosas y claveles, fotos y carteles. En los primeros se ven las cargas del 1-O, en los segundos se lee «Malgrat tot, vam votar y vam guanyar». «Pese a todo, votamos y ganamos».

Ese «pese» se refiere a las cargas policiales que aquí, en la escuela Ramon Llull de Barcelona, en el cruce entre las calles Sardenya y Consell de Cent, se ensañaron con centenares de personas que defendían con su cuerpo el colegio electoral. Aquí perdió la visión de un ojo, hace un año, Roger Español, alcanzado por una de las balas de goma que el Parlament prohibió hace algunos años y que el 1 de octubre de 2017 regresaron a Catalunya de la mano de la Policía española y la Guardia Civil.

En diferentes corrillos, los presentes rememoraban aquella intensa jornada. «Yo llegué justo cuando cargaron aquí...», «yo estaba dentro cuando llegaron...», «yo me pude escapar por ese lado...», «yo vi cuando cayó el pobre chico del ojo...». Hay muchos 1-O; de hecho, cada quien tiene el suyo. El de quienes lo vivieron en la escuela Ramon Llull es una jornada llena de «miedo y emoción», según explica a NAIZ María.

Camina junto a su amiga Araceli, que lleva las manos llenas de flores amarillas que ambas van colocando en la valla de la escuela, mientras se dirigen a la entrada que el centro tiene en la Gran Vía. Alguien ha dicho que allí van a salir los profesores del centro a realizar su homenaje al 1-O. ¿Es posible una vuelta atrás después de lo vivido el 1-O? «No, jamás, no lo olvidaremos nunca, y no se lo perdonaremos nunca», sentencia Araceli.

Ya en la puerta que da a la avenida Diagonal, pasadas las 12.30, varios profesores del centro escolar se unen a la concentración con una larga ovación de los presentes, a la que sigue el cant dels segadors. En uno de los márgenes, una mujer no desaprovecha el tiempo para anudar tiras de plástico amarillas a la valla que separa la acera de la concurrida avenida. ¿Y un año después, qué? Le preguntamos. «Pues lo mismo que hace un año, que se espabilen y hagan la República ya, no sé por qué frenaron después del referéndum, si no quieren tirar adelante, que se aparten, ya lo haremos nosotros los jubilados. Total, para lo que nos queda. Y somos muchos, ¡eh!».