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El referéndum homófobo confirma la deriva ultraconservadora en Rumanía

Rumanía vota hoy en un referéndum con mensajes homófobos y conservadores, basado en una campaña promovida por la Coalición por la Familia junto con la Iglesia ortodoxa, una consulta que apunta a restringir los derechos humanos fundamentales.


«Voy a convencer a mis vecinos de que salgan a votar», nos espeta un señor de Cluj delante de un tenderete de la organización Coalición por la Familia. En esta ciudad, un imán para miles de estudiantes extranjeros y jóvenes que trabajan en la industria informática, no faltan los puestos de la ultraconservadora formación en su campaña de cara al referéndum que se celebra hoy en Rumanía.

La meta de la consulta es defender la «familia tradicional, hombre y mujer», aseguran. Uno de los jóvenes de la organización, con un aspecto nada tradicional, vaqueros rotos y zapatos de marca, nos tiende un folleto repitiendo: «Hay que defender a nuestros niños». Le preguntamos de quién. No contesta, pero los folletos que reparten ya apuntan a quienes son los enemigos a ojos de la Coalición: la comunidad LGBTI. «Existe una ola de odio que se intensifica a nivel social, los debates se hacen con palabras que dan escalofríos», comenta Vlad Levente Viski, director de la asociación MozaiQ, una organización de defensa de la comunidad LGBTI de Rumanía.

Aliento estadounidense y ruso

La Coalición por la Familia tiene, sin embargo, una agenda mucho más amplia que la defensa del matrimonio como algo exclusivo entre un hombre y una mujer. Son conocidos sus mensajes homófobos, contra el aborto, contra los derechos de la mujer y de las minorías, la negación de la existencia de la violencia doméstica o de la violencia contra los niños. Todo ello en un país en el que, según las estadísticas de la propia Policía, en 2017 se registraron más de 20.000 actos de violencia en el seno de la familia contra mujeres y menores y 84 mujeres han muerto víctimas de la violencia doméstica. Detrás de la Coalición, según una investigación realizada por Vice, se encuentran formaciones ultraconservadoras próximas a la extrema derecha de EEUU y de Rusia. «Hay grupos que trabajan desde 2005 en el país como el Liberty Counsel de EEUU, con una clara agenda contra las personas LGBTI. Están activos en Croacia, Polonia, Rumanía. En Chisinau (Moldavia) acaban de reunirse en el Congreso de las Familias», explica Vlad Viski.

Si discursos homófobos similares se escuchaban en movimientos marginales con ideas próximas a la extrema derecha, la actual campaña por el referéndum ha dado difusión y cobertura a las ideas extremistas. Horas de debate en medios de comunicación y redes sociales, división de la población, sacerdotes predicando mensajes homófobos, haciendo campaña por el referéndum en iglesias y amenazando a sus feligreses para que vayan a votar, publicidad para el referéndum hasta en las bolsas de pan... conforman la imagen de una deriva ultraconservadora que secuestra el país.

La Iglesia y el PS rumano

La campaña prorreferéndum ha devuelto presencia pública y mediática a la Iglesia ortodoxa rumana en un momento en el que su influencia entre los creyentes había bajado a algo más de un 20%. Ha sido uno de sus principales agentes electorales en las zonas rurales, pero el Partido Socialdemócrata (PS), en el Gobierno, no se ruboriza compartiendo espacio mediático y político y financiando a la Iglesia ortodoxa. El referéndum, cuyo lema es «Defiende a los niños», cuesta más de 35 millones de euros cuando más del 25% de los ciudadanos viven en la pobreza en Rumanía y 300.000 niños no van a la escuela, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Organizaciones civiles y partidos han lanzado una campaña para boicotear el referéndum con eslóganes animando a la gente a que no salga a votar: «El amor no se somete al voto».

La consulta abre en Rumania una peligrosa caja de Pandora: «No es solo un referéndum contra los derechos LGBTI. Hoy son las minorías sexuales, mañana serán las minorías religiosas, luego las mujeres», explica Diana Margarit, portavoz de la nueva formación política Demos.

Rumanía tiene una larga tradición de represión de los derechos de las mujeres, también en la época anterior a 1989, marcada por una prohibición del aborto que llevó a la muerte de miles de mujeres debido a los abortos clandestinos, así como de los derechos de la comunidad LGBTI: «Existe una homofobia enquistada, en los años 90 se detenía a muchas personas homosexuales. Los conservadores hablan de un asalto a las instituciones de las comunidades LGBTI, algo falso porque esta se encuentra en una situación de marginación» explica Vlad Viski.

Esta deriva ultraconservadora va de la mano del auge de las medidas autoritarias del Gobierno. Tras la represión violenta de las protestas contra la corrupción en agosto, el Ejecutivo no ha cesado en acusar a los manifestantes, mientras que no ha condenado a los responsables de la violencia policial.

Tras la advertencia del vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, sobre la falta de autonomía de la Justicia tras las modificaciones legislativas realizadas por el Gobierno, el líder socialdemócrata, Liviu Dragnea, ha afirmado en un canal de televisión rumano que se siente «decepcionado» por la actitud de los responsables de Bruselas. Al mismo tiempo ha arremetido contra la Unión Europea, animando a ir a votar al referéndum.