El Valencia examina al equipo de Berizzo ante su afición
El decepcionante partido contra el Rayo Vallecano obliga al entrenador argentino a acelerar los pasos para mostrar detalles prometedores.
Los aficionados del Athletic se llevaron un buen disgusto el lunes con el partido de Vallecas. No tanto por el resultado, como por las malas sensaciones que transmitió el equipo. Si ya en Ipurua el Athletic dio un paso atrás, ante el Rayo Vallecano fue otro más y más largo. Los optimistas lo pueden identificar con los dos pasos atrás para tomar impulso pero, incluso en este caso, hacen del partido de mañana (16:15 horas, San Mamés) contra el Valencia una reválida tanto para el entrenador como para los jugadores.
En las cuentas de la lechera los tres puntos de Vallecas contaban para dignificar la situación del Athletic en la clasificación. Sin embargo, no solo no logró la victoria, si no que en la primera parte pudo irse goleado a los vestuarios. Fue un despropósito con una defensa que se veía rodeada de Vietcongs, un centro de campo incapaz de enlazar cuatro pases hacia adelante y una delantera que ni presionaba ni sabía por dónde le daba el aire. Unos dirán que les echaron algo en la bebida, algunos que le están haciendo la cama a Berizzo, otros que son más malos que el pus y habrá quien lo justifique diciendo que no hay forma de jugar con fundamento los lunes por la noche.
En lugar de enumerar a quienes no estuvieron a la altura, es más rápido decir que salvo Raúl García, a quien la competitividad o la dignidad le pueden, y algunos ratos de Muniain y de Herrerín, lo del resto de los que jugaron es para depositarlo directamente en el sumidero.
Afortunadamente, más que nada para no estar más días urgando en la herida, la competición regresa mañana contra el equipo que dirige el insigne Marcelino García Toral, el Valencia de la Champions que está en la Liga tan jodido como el Athletic y que depende de lo que haga en San Mamés para que el próximo día en Mestalla no le reciba un concierto de pitos.