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Con más prisa que pausa

El Eibar debe remontar el 2-0 de la ida para seguir adelante. «Tenemos que salir a muerte», reconoce José Luis Mendilibar.


Partido de «peros» en Ipurua para un Eibar que, tras el 2-0 del encuentro de ida, tiene ante sí el reto difícil pero posible de pasar a la siguiente ronda de un torneo secundario en la lista de intereses azulgranas pero atractivo, según subraya siempre José Luis Mendilibar.

El técnico no tiene una plantilla especialmente amplia a su disposición pero, con unos gustos bastante definidos a la hora de diseñar sus alineaciones, hay un puñado de jugadores que alternan sus fines de semana entre el banquillo y la grada. Un segundo torneo equivale a minutos de competición; una motivación extra para esos futbolistas y la mejor manera de tenerles con chispa cuando también se requieren sus servicios en Liga. Incluso, en el mejor de los casos, una oportunidad para reivindicar espacio en las alineaciones de los domingos.

No sucedió en el partido de ida. El Eibar, con un once tan novedoso como el que se prevé esta noche, mantuvo el tipo, aunque sin alardes, durante veinte minutos para acabar disputando «el peor partido de la temporada», asume su entrenador. Faltó suerte –Calavera, en su primer partido oficial, no aguantó diez minutos sobre el campo y Ramis también se marchó lesionado antes del descanso– pero sobre todo faltó fútbol. Incluso carácter, un pecado imperdonable en un equipo de las características del armero.

Nada de eso se puede repetir esta tarde, cuando prácticamente los mismos jugadores que cayeron entonces tendrán la opción de sacarse la espina, del orgullo y en un plano más práctico. El cambio debe ser radical porque el Eibar necesita marcar al menos tres goles para superar la eliminatoria y, por muy de Segunda que sea su rival, por mucho que José Alberto recurra también a sus futbolistas menos habituales y por mucha prioridad que tenga la lucha por el ascenso en el Sporting, no hará pasillo a los azulgranas en dirección a su portería.

Al Eibar, además, le toca encontrar la medida exacta de prisa y pausa que debe meterle al partido. Más de lo primero, con esa necesidad mínima de tres goles, pero también de lo segundo, para evitar que los asturianos rematen la eliminatoria con un tanto que obligaría a su rival a marcar al menos cuatro. Como reconoce Mendilibar, «si llegas con un empate a cero o con un gol de ventaja a los últimos veinte minutos, tienes opciones, aprietas... Pero si ya te marcan uno, la cabeza también se resiente, es posible que bajes los brazos... No es imprescindible pero sí muy importante no encajar». Eso significa que están prohibidos «los errores en defensa» pero, desde luego, no que el Eibar vaya a dejar pasar el tiempo esperando su oportunidad. «Queremos ganar y queremos pasar –sentencia el zaldibartarra–. Y nuestra idea es meter mucho ritmo al partido desde el principio y a ver hasta dónde aguantamos. Apretar fuerte desde un principio, estar en campo contrario, ir a por ellos... Pero sobre todo salir a muerte». Lo que viene siendo el librillo de este Eibar, al menos cuando juega en Ipurua, pero con alguna revolución más.

Lo intentará con un once muy diferente al que actuó en Vallecas. A lo sumo se mantendrán Riesgo –y ojo con que no juegue Areitio–, Paulo y Jordán, que el próximo domingo no podrá jugar por sanción. También Cote o Cucurella, que retrasará su posición si finalmente es el elegido. Con Calavera lesionado, Arbilla se ocupará del otro flanco.