Miopía con distintas graduaciones
Eibar y Valencia se encuentran entre los equipos que menos rendimiento obtienen de su trabajo ofensivo.
19 goles, más de dos por partido, se han marcado en los ocho encuentros que han disputado Eibar y Valencia en Primera. Si se mantiene la media, lo de mañana en Ipurua puede ser un espectáculo, teniendo en cuenta el escaso rendimiento que obtienen ambos equipos de su producción ofensiva. O lo que es lo mismo, la de «uys» que canta la grada por cada gol que marcan.
Sobre todo la de Mestalla. Porque el Valencia es el equipo menos goleador de Primera –apenas doce goles, los mismos que el colista Huesca– y, causa o consecuencia, también es el que menos puntería tiene: necesita realizar más de una docena de remates para marcar un tanto. Algo más de once invierte el Huesca y también sobrepasa los diez el Villarreal.
Justo detrás de ellos se sitúa, sí, el Eibar, al que cada gol le «cuesta» 9,94 remates. Claro que, por fortuna, la vocación ofensiva de los azulgranas es tal, que les alcanza para mantenerse a flote, y algo más. De hecho, y pese a ser el cuarto equipo más ‘miope’ de la categoría, es el séptimo mejor realizador. ¿La explicación? Que solo el Barcelona ha rematado en más ocasiones que el Eibar. Aunque la eficacia se reduce conforme se acerca al objetivo: si se trata de remates entre los tres palos, son siete los equipos con mejor nota que el armero.
El equipo de José Luis Mendilibar lo ha podido comprobar casi cada jornada, con disgusto de por medio en más de una ocasión. Solo tres de sus rivales han necesitado hacer más para marcar; al Atlético, al menos, le quedó el consuelo de sumar un punto que no tuvieron Real ni Girona. Por el contrario, Huesca, Getafe, Espanyol, Celta, Rayo y, sobre todo, Sevilla –siete remates y tres goles para los andaluces, 16 tiros y un solo gol para los eibarreses– se llevaron la victoria con menos intentos que el Eibar. Y lo mismo sucedió en los empates con Athletic (remató tres veces menos que los guipuzcoanos), Valladolid (la mitad de remates) y, por supuesto, Levante: los dos equipos marcaron cuatro goles pero mientras los granotas realizaron 14 remates, los del Eibar fueron 32, una cifra que en toda la Liga solo había superado, por uno, el Real Madrid, precisamente en su partido con el Levante.
Visitante peligroso
Los armeros se encontrarán mañana con la horma de su zapato, al menos en ese sentido. Un Valencia cuyo rendimiento está muy por debajo de las expectativas pero que se ha convertido en un visitante incómodo: solo ha caído en dos de sus siete desplazamientos, ante Espanyol y, el último, Real Madrid.
«Será un partido complicado pero bonito», augura Marc Cucurella, que cree que su equipo puede aprovechar la necesidad del rival, solo un punto por debajo del Eibar pero con una exigencia infinitamente mayor. «Podemos jugar con la baza de la confianza, no están teniendo resultados... Nosotros estamos en una buena dinámica, aunque en los últimos partidos nos haya costado convertirlo en resultados, pero sobre todo en Ipurua nos estamos sintiendo fuertes, dando buena imagen, marcando goles... y disfrutando mucho». «Además –añadió–, hemos demostrado que podemos competir contra los mejores, como hicimos contra el Madrid».
Cucurella, por otro lado, también se refirió ayer a su situación personal, después de que precisamente ese encuentro contra el Real Madrid le catapultase a la primera línea de la actualidad. Se reconoce «contento», no solo por ese partido sino por la continuidad de la que está disfrutando y el buen nivel que está ofreciendo.
«Si estoy en un buen momento también es gracias al equipo, que también lo está», subrayó el lateral, que no quiso hablar demasiado de su futuro. «Estoy centrado en el equipo y solo pienso en el próximo partido», aseguró, aunque confesó que está «muy contento aquí. Quiero disfrutar de este año y veremos qué pasa. Pero no tendría ningún problema en quedarme porque estoy muy a gusto».