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El rey Salman remodela el Gobierno saudí tras el caso Khashoggi

El rey saudí, Salman bin Abdelaziz, llevó a cabo ayer una remodelación del Gobierno en la que relevó al ministro de Exteriores, Ibrahim al Asaf Asaf, uno de los apoyos del príncipe heredero, Mohamed bin Salman, en el foco de la sospecha por la muerte del periodista Jamal Khashoggi. Sin embargo, algunos analistas apuntaron a que en realidad el príncipe saldría reforzado en este reequilibrio del poder con el nombramiento de varios aliados clave.


El rey Salman de Arabia Saudí relevó ayer al ministro de Relaciones Exteriores en la primera remodelación gubernamental desde el escándalo internacional causado por la muerte del periodista Jamal Khashoggi a manos de agentes de Ryad.

Ibrahim al Asaf, exministro de Finanzas, fue nombrado al frente de la diplomacia de la monarquía saudí, en lugar de Adel al Jubeir, que quedó relegado al puesto de ministro adjunto de Exteriores.

Durante los últimos meses, Jubeir había defendido al príncipe heredero Mohamed Bin Salman, sobre quien, desde Ankara a Washington, recaen las sospechas de la responsabilidad en el caso Khashoggi.

Jubeir había sido además, el encargado desde 2015 de defender las políticas del reino, sobre todo su polémica intervención militar en la guerra del Yemen.

Por su parte, Al Asaf estuvo entre las decenas de príncipes, políticos y hombres de negocios detenidos en noviembre de 2017 y acusados de corrupción por las autoridades saudíes, que los encarcelaron durante semanas en un lujoso hotel de Ryad, en una de las acciones bajo la influencia del príncipe heredero.

Tras quedar en libertad en enero de 2018, Al Asaf fue nombrado ministro de Estado y actualmente está en la junta directiva de la poderosa compañía estatal de petróleo Aramco.

Arabia Saudí defiende que Khashoggi murió en una operación «fuera del control» de las autoridades y en la que estuvieron implicados el jefe adjunto de los servicios secretos, Ahmad al Asiri, y el consejero de la corte real, Saud al Qahtani, que fueron destituidos. Ryad pone en ellos el límite de cualquier implicación y exculpa al príncipe heredero de la muerte, aunque la CIA, la prensa turca y la estadounidense sospechan que fue él quien la encargó.

El cambio en Exteriores apuntaría un declinar en la estrella del príncipe, verdadero hombre fuerte del país, pero la remodelación del gobierno no afectó a Bin Salman, también ministro de Defensa.

Por el contrario, algunos análisis estiman que el rey ha reforzado a su hijo. Ali Shihabi, de la Arabia Foundation, próxima a Ryad, aseguró que Mohamed bin Salman consolida su poder con el nombramiento de aliados clave en la reorganización del gabinete, así como de nuevos gobernadores reales y el nuevo jefe de la Guardia Nacional. Añadió que el cambio en Exteriores es solo una forma de repartir la carga la diplomacia saudí.

La remodelación tampoco afecta a ministerios clave como Interior, Energía o Finanzas, ni a ningún cargo relacionado con la gestión de la economía. Se produce tras la presentación del presupuesto de 2019, en el que la monarquía saudí registrará un déficit público de 35.000 millones de dólares. Es el sexto año consecutivo en que la régimen cierra sus cuentas en números rojos a causa de la caída del precio del petróleo. Ryad, cuya economía depende de las exportaciones de crudo, prevé cerrar el año con un crecimiento del 2,3% del PIB, y del 2,6% en 2019, pero esas previsiones dependen de que el precio del barril aumente hasta los 80 dólares y de momento oscila entre los 50 y 60.

 

Abu Dabi reabre su embajada en Damasco

Emiratos Árabes Unidos reabrió ayer su embajada en Damasco, un nuevo paso que parece anunciar un acercamiento de las relaciones entre la Siria en guerra y los países árabes y el comienzo de una nueva fase en el conflicto, en el que los enemigos de Bashar al Assad habrían ya asumido su continuidad en el poder.

Siria fue suspendida de la Liga Árabe a finales de 2011 y en febrero de 2012, los países del Consejo de Cooperación del Golfo anunció la retirada de sus embajadores de Damasco. Países como Qatar o Arabia Saudí apoyaron decididamente a grupos armados opuestos al Gobierno.

Casi siete años después, se izó la bandera de Emiratos sobre el edificio de la embajada, en el barrio de Abu Rumaneh y un encargado de negocios, Abdulhamid Nuaimi, asumió sus funciones invitando a otros países a sumarse a la reapertura de sus embajadas en Siria.

La reapertura llega en un momento en el que el Gobierno sirio ha recuperado el control de casi dos tercios del país y ha multiplicado sus victorias ante los rebeldes y los yihadistas. Un primer paso en este cambio de relaciones lo dio el 16 de diciembre el presidente sudanés Omar al Bashir, con un encuentro con Al Assad en Damasco. Además, el más alto responsable de los servicios de seguridad sirios, general Ali Mamluk, viajó a El Cairo el 22 de diciembre para reunirse con su homólogo egipcio. Ayer mismo, la compañía aérea siria Cham Wings efectuó el primer vuelo comercial con Túnez desde 2011. No obstante, el secretario general adjunto de la Liga Árabe, Hosam Zaki, indicó el lunes que aún no hay consenso dentro de esa organización para el regreso de Siria.GARA