¿Y Llorente, qué?
Aitor Elizegi se comprometió en campaña electoral a «escuchar la opinión de los socios» respecto al polémico regreso del delantero.
–¡Mamá, mamá! ¿cuándo vamos a comer pan de hoy? – Mañana, hijo... mañana. El chiste viene a cuento de que Fernando Llorente, su previsible regreso, alfombra roja incluida, al club al que dio la espalda cuando más le necesitaba, no como ahora, es pan para hoy, pero hambre para mañana. Y pan del duro. Durante estos días la figura del de Rincón de Soto ha estado en boca de cada athleticzale, incluso del no futbolero, después de que desde la nueva ‘política de comunicación’ de la entidad rojiblanca el personal haya tenido conocimiento por la prensa de la intención, cierta, de que la nueva Junta Directiva y dirección deportiva quieren su vuelta al mismo San Mamés que el domingo, en parte, le siguió declarando su ‘odio’ eterno.
El presidente Aitor Elizegi no ha ocultado nunca, ni siquiera en campaña electoral, su deseo de que el hoy jugador del Tottenham regresara a Bilbo como si de un fichaje de campanillas se tratara. Puso su nombre sobre la mesa junto al de Urko Vera, entre otros, e incluso, dentro de su carrusel de promesas, se comprometió de manera pública a «escuchar la opinión del socio respecto» a su fichaje (dicho, entre otros programas, en ‘‘Oye cómo va’’ de Radio Popular el 18 de diciembre).
El hecho es que las noticias sobre los contactos con el club inglés y el jugador se han acelerado, al tiempo que asistimos a un ‘lavado’ de imagen del delantero en medios de comunicación, previamente consensuado o no, y del propio mandatario de Ibaigane, como dejó entrever en su inédita misiva publicada en la web del club en la previa del partido liguero ante el Sevilla. «No es momento de perder energías en el entorno, en lo secundario... (¿no les suena al último discurso de Josu Urrutia ante la Asamblea?) el equipo nos necesita unidos, a los socios, a los medios, a los que tomamos decisiones» (¿no les sigue sonando al cuestionado Urrutia?).
Más allá de filias y fobias, de la edad de Llorente o su pobre bagaje deportivo lejos del Athletic, incluso de si hace falta o no, la promesa presidencial debería marcar el devenir del futbolista y su hipotético futuro en Bilbo. De momento, a falta de esa consulta a la que se comprometió Elizegi, seguro que el domingo salió de San Mamés con la convicción de que el aterrizaje del exleón tiene más pinta de ser en el aeropuerto de Loiu en un día ventoso que en aquel sin aviones de Castellón que inauguraron Fabra y Camps.
Fuera por la euforia del momento y los golazos de Iñaki Williams, fuera porque no perdonan al jugador, el «¿Y Llorente, qué?», más allá de su conveniencia y oportunidad, se escuchó bien nítido, tanto como los silbidos, en menor medida, con los que algunos respondieron. Como en los toros, división de opiniones, como diría José María García sobre el trencilla de turno, unos se acordaron de su padre, otros de su madre.
Hecha la premisa de que Elizegi debería testar la opinión de la masa social ateniéndonos a sus palabras, habría que ver si el equipo, ahora mismo, necesita de la aportación de Llorente. Todo parece indicar que la dirección deportiva encabezada por Rafa Alkorta así lo entiende, y todo indica que Gaizka Garitano le ha dado el visto bueno, porque a nadie le amarga un dulce, aunque sea como segundo o tercer plato. Decisión en la que habrá primado la necesidad sobre el césped que lo que su llegada pudiera enturbiar el ambiente del vestuario. Desde luego, no parece que su bienvenida vaya a ser la dispensada a Ibai Gómez.
¿Necesita el equipo en estos momentos a Fernando Llorente? La decisión última es del entrenador. Si Garitano cree que sí, adelante, que para eso es el que mejor sabe las debilidades del plantel. Otra cosa es que se nos quiera vender su fichaje como la solución a los problemas del equipo o el peligro de que se pierda la categoría si no se le ficha. Y por ahí, no. El conjunto bilbaino tiene entidad, mimbres y el compromiso suficiente para mantenerse en Primera sin su aportación. Lo demuestra con Garitano, sin que suponga que haya resuelto sus problemas con el gol, ni que Williams sea la panacea. Este Athletic se salvará sin o con Fernando Llorente. Así que al pan, pan, y al vino, vino.
Fina y manu, en el palco de san mamés y con el presidente
Fue una de las noticias del partido ante el Sevilla recibida con tantos aplausos como los propios goles de Williams. Fina y Manu, los padres de Iñigo Cabacas, presenciaron el partido desde el palco de autoridades, invitados por el presidente rojiblanco. Un significativo gesto que luego tuvo su continuación en la foto que se sacaron junto a Aitor Elizegi, Jone Goirizelaia y el mismísimo José Ángel Iribar.
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