Fin a la mala racha con un partido sin obstáculos
Enrich, De Blasis y Charles sentenciaron a un flojo Espanyol. Ganan dos meses después y saltan cinco puestos en la clasificación.
EIBAR 3
ESPANYOL 0
Balón de oxígeno para el Eibar. Tal y como está la Liga, le durará lo justo para llegar el próximo sábado a Butarque en condiciones de buscar otro pero se celebró como si fuera el definitivo y no es de extrañar. Por lo que se había hecho esperar –dos meses habían pasado desde la anterior, frente al Real Madrid, curiosamente con el mismo marcador–, por la situación a la que había abocado al equipo la mala racha –16º a dos puntos del descenso– y por las consecuencias: los azulgranas saltan cinco puestos en la clasificación, aumentan a cinco puntos su colchón sobre el Rayo y hasta voltean su golaverage, algo a lo que habrá que prestar atención con tanta apretura, con el Espanyol, al que además dejan a un paso de la sala de urgencias.
Todo eso lo consiguieron con un partido parecido a los últimos que han disputado. Pero con dos diferencias, además del resultado final, definitivas: el acierto propio y la escasa oposición del rival. Porque el Espanyol es, junto al Leganés, el equipo más pobre que ha pasado este curso por Ipurua. Seguro que tuvieron que ver los «excesos» coperos y los problemas de Rubi con las bajas en defensa pero es por nada que los catalanes han perdido ocho de sus nueve últimos compromisos ligueros.
Y eso que ayer no faltó mucho para que se adelantasen en el marcador. Porque aunque el Eibar –con dos cambios en el once y vuelta al dibujo con dos delanteros– empezó el partido como quería: apretando, amenazando e incluso con una ocasión clarísima de Kike que salvó Diego López con una gran intervención. Pero la respuesta visitante estuvo a la altura, con un envío largo para Baptistao, que llegó al área, tumbó a Bigas y, por suerte, estrelló el balón en el lateral de la portería mientras más de uno se temía ya lo peor pese a que el Espanyol no había generado peligro hasta entonces ni volvió a hacerlo hasta el descanso. Sí el Eibar, que además esta vez hizo sonar la sirena de Alfa. Fue Enrich el que remató junto al palo un balón cabeceado por Diop para llevar el 1-0 al marcador a los 24 minutos. Acababa con 222 minutos de sequía; y había pasado aún más (5 jornadas, 419 minutos de competición) desde el último gol en jugada de los azulgranas –el cuarto frente al Levante, obra de Charles–, que contra Valencia y Betis marcaron de penalti.
La estrechez del marcador, la situación de necesidad y un par de escapadas de Puado impedían respirar a los azulgranas, aunque el partido seguía en sus manos. Un poquito menos en el arranque del segundo tiempo. Nada más regresar de vestuarios, Leo Baptistao se fue de cinco rivales para plantarse en el área y forzar el primer córner del Espanyol. Y a sus compañeros pareció animarles la jugada.
Por fortuna, el Eibar cortó de inmediato la reacción que asomaba. A los seis de la reanudación, Bigas envió un balón largo desde la izquierda para que De Blasis, totalmente solo, entrara al área a marcar su primer gol con la camiseta azulgrana.
Ahí acabó el partido. Al Espanyol, que ni amagó con responder, se le acumularon las desgracias con la lesión de Naldo, su último central sano. Salió Borja Iglesias pero no llegó ni a meter miedo a un Eibar que todavía se dio el gustazo de marcar el tercero. Lo firmó Charles, a los seis minutos de entrar al campo, voleando un córner que le sitúa a un solo gol de los ocho que marcó la pasada campaña.