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Carrera contrarreloj para evitar un Brexit sin acuerdo el próximo martes

La primera ministra británica, Theresa May, y el líder laborista, Jeremy Corbyn, negocian con la presión del calendario y del Parlamento británico para evitar el cada vez más probable Brexit sin acuerdo el próximo martes. Sobre la mesa, un referéndum y la unión aduanera.


Presionado desde la Unión Europea y desde el Parlamento británico, el Gobierno de Theresa May intenta llegar a un compromiso con la oposición laborista en una carrera contrarreloj para evitar un Brexit sin acuerdo, con la fecha del 12 de abril acercándose peligrosamente.

Si no lo logra, un no deal (no acuerdo) el 12 de abril es la única opción después de que el Parlamento haya rechazado hasta en tres ocasiones el Tratado de salida negociado por May. Ese escenario supondría la vuelta a los controles aduaneros en el norte de Irlanda, que asusta a los medios económicos y amenaza al Acuerdo de Viernes Santo.

Para evitar una salida caótica los parlamentarios aprobaron el miércoles –por un solo voto de diferencia– una proposición de ley que obligaría al Gobierno a retrasar el Brexit más allá del 12 de abril si no se alcanza un acuerdo antes. El Gobierno ha criticado esta iniciativa, porque le ataría las manos a la hora de pedir una prórroga adicional y, a su juicio, de hecho aumenta el riesgo de salida sin acuerdo. El miércoles Corbyn echó en falta mayores cambios en la postura de la primera ministra y tras entrar ayer en el detalle de la negociación, continuarán hoy, con el calendario apremiando.

El portavoz laborista para el Brexit, Keir Starmer, confirmó que un nuevo referéndum es una de las ideas que están sobre la mesa, lo que irritó al sector euroescéptico de los laboristas, representado por un grupo de diputados que advirtieron en una carta a Corbyn de que un segundo referéndum «dañaría la confianza de muchos votantes laboristas tradicionales y reduciría nuestras posibilidades de ganar unas elecciones generales».

Varios ministros han sugerido que podrían ceder en la inclusión de una unión aduanera a cambio del apoyo laborista. «Cuando entras en una negociación como esta, ambas partes han de renunciar a algo si quieren avanzar», señaló el titular de Economía, Philip Hammond.

La canciller alemana, Angela Merkel y el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, confiaron que en la próxima Cumbre Europea haya una posición que May «pueda presentarnos, que podamos discutir».

 

La Eurocámara define Gibraltar como «colonia»

El pleno del Parlamento Europeo aprobó el acuerdo para reformar la política sobre exención de visados a los británicos tras el Brexit, un documento que incluye un pie de página en el que se llama «colonia»a Gibraltar por primera vez en una ley de la UE. La reforma permite a los británicos que viajen al espacio Schengen para estancias cortas acceder sin visado. El negociador de la Eurocámara, el laborista británico Claude Moraes, defendía la postura del Parlamento, que no llamaba «colonia» al Peñón, pero fue sustituido por el búlgaro Sergei Stanishev, que accedió a las presiones españolas. El eurodiputado Ashley Fox recalcó que Moraes fue apartado en una reunión a puerta cerrada porque el Gobierno español no estaba de acuerdo con el mandato del Parlamento. Fox pidió un debate para «exponer la influencia corrupta de España» en el expediente, pero el Pleno lo rechazó. También la parlamentaria Julie Girling aseguró que el expediente había sido «secuestrado por una intervención políticamente justificada por España en el Consejo». GARA