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Los errores se pagan (1-0)

Una seria primera mitad rojiblanca en un campo complicado albergó esperanzas de venirse con la victoria, pero el partido volvió a hacérseles largo y el Getafe sacó tajada de uno de los dos únicos fallos bilbainos.


GETAFE 1

ATHLETIC  0

 

Si uno desciende a los infiernos del minado Coliseum Alfonso Pérez getafense, se percata desde el primer balón que le dejan tocar que al norte de la ciudad madrileña un filósofo del esférico como Ángel Capa tendría menos predicamento que el presidente Aitor Elizegi dirigiéndose a la asamblea anual de la Iñigo Cabacas Herri Harmaila. El argentino sostiene que «el primer amor que tiene alguien que juega al fútbol es la pelota. Cuando alguien dice que se siente cómodo sin ella no lo entiendo. Es como si el nadador dijera que se siente cómodo sin el agua o el tenista sin la raqueta». En el estadio azulón directamente renuncian a ella. Aquella máxima de don Alfredo di Stéfano de que «el balón está hecho de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto, así que hay que echar el balón al pasto», aquí, si acaso, si la pelota se pincha. Así que no es de extrañar que el gol, solitario gol, que dejó al Athletic con un palmo de narices en sus de por sí quiméricas aspiraciones de Champions, viniera después de un patadón palante de la defensa bilbaina, dos cabezados que devolvieron el balón hacia el área rojiblanca y un golpeo, sin dejar botar la redonda, por encima de la zaga, para que el más listo de la clase, Ángel, ganara la espalda a un hasta entonces imperial Yeray, bajara la pelota al pasto y definiera como don Alfredo.

Gaizka Garitano lo advirtió en la previa del duelo, el Getafe no concede errores, pero si tú le pones la afombra roja, te mata. Esta vez no fue Mata, sino Ángel, y lo peor es que el Athletic no solo concedió un error, sino dos. Se suele decir que dos cabezazos del rival en tu área grande son sinónimo de gol. En el Alfonso Pérez concederle un error a los de Pepe Bordalás es jugar a la ruleta rusa; pero hacerlo dos veces es llenar el cargador de balas. Desaprovechó un inocente Córdoba, en una buena primera mitad bilbaina, el único fallo local, y no perdonó el cuadro azulón el segundo error bilbaino en 90 minutos que de nuevo se le hicieron demasiado largos. Decía Jorge Luis Borges que «todo regalo verdadero es recíproco». Y a fe que el ‘Geta’ agradeció que Córdoba no atinara con el suyo.

Quien más, quien menos, tenía en mente que pasaría lo que a la postre pasó. Lo que sucede es que la actitud con la que el conjunto de Garitano encaró el choque y que fuera al descanso como vencedor moral a los puntos, invitó al optimismo y a pensar que con un pasito adelante se podía venir con un botín que daría el espaldarazo definitivo para poner una pica en Europa. El problema fue que toda la clarividencia del primer acto, salvo esa ocasión que malogró Córdoba ante el portero y a la postre el único remate a puerta entre los tres palos de los leones, se tornó en obcecación y torpeza en el segundo. Un incómodo Getafe al que el Athletic le sorprendió con su misma medicina, dio ese paso al frente que se demandaba al Athletic, y ahí se empezó a ir el optimismo por el desagüe.

Bordalás dio entrada a un tercer delantero, Ángel, su compañero Mata frustró por milímetros el primer error rojiblanco, y a partir de ahí, mientras el ‘Geta’ empujaba, el Athletic zozobraba. Más preocupados de defender que de generar, los bilbainos supieron sufrir, con unos titánicos Yeray e Iñigo, y un Iago, aun así, inédito. Y cuando ese algo parecido a fútbol entraba justo en esos minutos del purgatorio en los que uno duda entre ir a por algo más o entonar lo de virgencita, virgencita, que me quede como estoy, llegó la aislada jugada alejada del pasto que pilló desprevenido a Yeray y Ángel, ayer demonio, no perdonó.

Era el minuto 78. El Getafe es el equipo de la Liga en cuyos partidos menos tiempo reglamentario el balón está en juego, unos 48 minutos de 90, el equivalente a una primera parte y los tres primeros minutos de la siguiente. Si hasta entonces esa había sido la tónica de un choque plagado de faltas, con sendos remates entre los tres palos de cada portería, el primer córner en el minuto 62 y un paupérrimo porcentaje de acierto en los pases de poco más de 50%, ni el mismísimo Ariz Aduriz fue talismán suficiente para nivelar un marcador decantado. No tuvo el Athletic capacidad alguna de reacción porque había perdido ya el hábito de merodear la meta madrileña, en tanto Molina hasta pudo sentenciar con un cabezazo a la madera. Por algo el Getafe es el segundo equipo, tras el Atlético, que más rentabilidad extrae en ambas áreas. Quedó demostrado ayer. Partido moviola que han visto una vez y otra en el Coliseum esta campaña. Garitano sostenía que «jugar está bien, y a todos nos gusta, pero jugar y competir no es lo mismo, así que hay que intentar ganar». Su Athletic no compitió en la segunda mitad. Y perdió.

 

«Si alguien estaba más cerca del gol eran ellos, el resultado es justo»

Gaizka Garitano, que reconoció la derrota les había sentado muy mal, no puso paños calientes y hasta reconoció que el resultado fue justo, máxime porque el Getafe aprovechó un error bilbaino, cosa que no hizo su equipo con el que los madrileños les concedieron. «El partido se ha desarrollado como todos aquí, difícil dar tres pases seguidos, ni te dejan ni les dejas, el primer tiempo hemos estado más cómodos que ellos, han cometido un error, el único y que no hemos aprovechado, pero nosotros hemos tenido dos y en el segundo nos han hecho gol», resumía el encuentro el de Derio, que reconocía que «el partido iba para empate, pero en un error en que nos han cogido la espalda se han llavado el partido». El entrenador rojiblanco profundizaba en su explicación, incidiendo en que «ha habido tras ocasiones, normalmente el Getafe hace más que hoy, pero en el primer tiempo hemos estado muy bien, aunque en el segundo no tanto y no hemos generado nada». Garitano insistió en la teoría de los errores, «el mínimo error que concedes, ellos no lo conceden». Por tanto, en esa balanza, «me parece justo el resultado, hemos defendido bien los dos equipos, las sensaciones del primer tiempo han sido muy buenas, porque hasta el descanso no han hecho nada, pero luego han dado un paso adelante y hemos estado peor, atacado menos, sabiendo que un error te condena, y en el segundo nos han hecho gol».

Garitano se quejó de que en el segundo tiempo «nos ha faltado juego, no enlazábamos, tampoco las disputas las ganábamos todo como en el primer tiempo, cuando ellos estaban muy incómodos, pero luego ya no hemos llegado arriba, no hemos generado. Un partido que iba para empate y el error lo hemos cometido nosotros». Partido perdido, «hemos perdido una oportunidad, estamos disgustados, cabreados, sobre todo por cómo hemos salido al partido, muy muy bien, y lo hemos acabodo peor». No obstante, dejó claro que «ellos van cuartos, ojo, aquí normalmente ganan siempre y no conceden nada, es un partido repetido todo el año aquí, y hay que darles mérito a lo que hace. Y si alguien estaba más cerca de hacer un gol eran ellos», admitió. «No siempre se puede ganar, es un juego de errores más que de aciertos.... hemos hecho dos errores y uno nos ha condenado», sintetizó la derrota.J.V.