Un equipo «con hambre»
Raúl García, segundo jugador con más faltas tras Stuani, dice que lo hecho y lo que esté por hacer radica en la ambición de este grupo.
Raúl García es uno de los nuestros. Hace mucho que lo es. Desde que se enfundó la camiseta del Athletic. Mejor al lado que enfrente. No le hizo falta besar el escudo. Son sus compañeros los que son sagrados. Es un jugador de equipo, con todas las letras. Un profesional. Tipo duro dentro del campo, un ‘tocapelotas’, también con todas sus letras, sereno fuera de él. Familiar y amigo de sus amigos cuando se viste de largo, volcánico y sin hacer prisioneros cuando lo hace de corto. Tras Cristhian Stuani, el delantero del Girona, el de Zizur Nagusia es el segundo jugador de la Liga que más faltas comete. Va, viene, brazea, habla, y vuelve a hablar, a la oreja, de lejos, entra, golpea, recibe, cae, se levanta, se duele, simula, cabecea, asiste, disputa, marca... y hasta últimamente ha patentado ese ‘pechito con pechito’ con Iñaki Williams cada vez que entre ambos fabrican algún gol.
«Cuando las cosas no salían bien era una situación muy jodida, pero dimos el paso adelante y por ese paso estamos donde estamos ahora», recordaba ayer en sala de prensa de Lezama el ‘22’ rojiblanco, subrayando una de las cualidades de este plantel, el «hambre de este equipo». El navarro tiene claro que «cuanto peor van las cosas, la gente más trabaja e intenta cambiarlas». Es lo que ha hecho este Athletic esta temporada y en lo que Raúl García ha tenido mucho que ver. No es de los que se rindan. Ha probado pan de unos cuantos hornos, acumula veteranía, carácter y arrestos suficientes como para no dejarse arrastrar por situaciones como la que el equipo vivió al inicio del campeonato. «Hay que aprender de las temporadas. Esta empezamos con las cosas difíciles, no salían como queríamos y ahora hay que valorar cada partido, no se trata de hablar de objetivos, sino del partido que viene», sostiene. No quiere pensar en Europa ni en nada que vaya más allá de vérselas con el Rayo. «No digo que no me gustaría estar en Europa, pero otra cosa es ser cauto», añade.
Por eso lo que suceda ante los de Paco Jémez volverá a decirles dónde están y qué quieren. Ante un Rayo que, Raúl avisa, puede venir sí con la ansiedad del que, como ellos en su día, están apurados por la clasificación, pero también puede llegar a San Mamés «con el cuchillo entre los dientes». Eso sí, «nosotros también nos jugamos cosas».
En el imaginario rojiblanco no entra nada que no sean los tres puntos este domingo cuando el reloj marque la hora de la sobremesa. Pero antes el Athletic debe hacer las cosas bien. «Esperemos que sea un partido que podamos controlar lo que queremos que pase y poder llevarlo a nuestro terreno», aportó la clave el navarro. Y ese objetivo, sin duda, se lo da el equilibrio que el equipo de Gaizka Garitano se ha labrado estos meses. Es verdad que nadie escapa a una derrota en Getafe, pero «tener una identidad que te da seguridad es lo que quiere todo el mundo», y este Athletic, dice, la tiene. Es más, «ya no solo pensamos en defender, también en ayudarnos y atacar, nos sentimos cómodos con lo que estamos haciendo», y eso se nota de manera especial en San Mamés.
Larrazabal apunta a convocado
Ander Capa ya sabemos que se perderá todavía algunos partidos, algo que sucederá también con Ibai Gómez, cuya lesión en el tobillo izquierdo le mantendrá unas tres semanas en el dique seco. Bajas en la banda derecha que han obligado a Garitano a tirar del extremo diestro del filial Gorka Larrazabal, hijo de Aitor Larrazabal y cuyo contrato expira en junio, que ayer se ejercitó en Lezama con el primer equipo y que tiene todas las posibilidades de estar en la convocatoria del domingo. El técnico dispone solo de Susaeta para jugar por delante de De Marcos, dado que Williams parece fijo en la punta de ataque.