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Guaidó intenta recuperar las protestas tras el golpe fallido

El opositor venezolano Juan Guaidó, que intentó el martes provocar un levantamiento militar contra el Gobierno, pidió mantener las protestas que ayer volvieron a las calles, y a paralizar el país con una serie de paros. El fracasado golpe dio lugar, además, a un intercambio de advertencias entre EEUU y Rusia.


El opositor Juan Guaidó intentó ayer elevar la presión en las calles contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, tras fracasar el intento de alzamiento militar. Guaidó había planteado la marcha del Primero de Mayo como «la más grande en la historia» de Venezuela después de varias semanas en las que las protestas habían perdido intensidad. Señaló 14 puntos para que se concentraran sus seguidores y, tras horas sin conocerse su paradero, apareció en uno de ellos para pedir que continúe la presión contra el Gobierno y anunciar una campaña de paros escalonados con los que paralizar el país.

En algunos de los lugares señalados, la Policía disolvió con gases lacrimógenos a los concentrados que lanzaban piedras y cócteles molotov, como en la autopista junto a la base militar La Carlota, en la que Guaidó había asegurado la víspera contar con apoyo militar para el levantamiento.

El chavismo, por su parte, reunió a miles de personas en el centro y oeste de Caracas para celebrar el Primero de Mayo y los logros de la clase trabajadora en los años de república bolivariana, a la vez que en respaldo al Gobierno y contra el golpismo.

La rebelión no logró quebrar el apoyo de la cúpula militar al Ejecutivo venezolano, y el movimiento se desinfló a medida que el alto mando reiteró lealtad al presidente. Eso sí, los disturbios que lo acompañaron en varias ciudades provocaron un muerto y decenas de heridos. Veinticinco militares pidieron asilo en la embajada de Brasil en Caracas, mientras Leopoldo López, liberado por los rebeldes de su prisión domiciliaria y con quien Guaidó lideró el levantamiento, se refugió con su familia en la embajada chilena, de la que luego pasó a la española.

Al proclamar la derrota del intento de golpe, Maduro advirtió de que no quedará impune la «escaramuza golpista».

Reproches entre EEUU y Rusia

La fallida sublevación provocó además un cruce de avisos entre EEEU y Rusia. Así, Washington advirtió al ministro venezolano de Defensa, general Vladimir Padrino, de que está ante la «última oportunidad» de romper con Maduro.

Según John Bolton, asesor de seguridad de la Casa Blanca, Padrino se había comprometido a apoyar el derrocamiento de Maduro, al igual que otros altos cargos chavistas pero se echaron atrás. Según el enviado de EEUU para Venezuela, han «apagado sus celulares (móviles) y no responden». Maduro «tenía un avión en la pista, estaba listo para irse (...) y los rusos le dijeron que debería quedarse», indicó, por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, a CNN, indicando que el gobernante planeaba huir a La Habana. Tanto el Gobierno cubano como el propio Maduro lo desmintieron. Pompeo insistió además en que «la acción militar es posible. Si es lo que se necesita, es lo que Estados Unidos hará». Pero ayer, varios cargos del Departamento de Defensa matizaron que no ha recibido órdenes de prepararse para una intervención militar.

El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, respondió a las amenazas de Pompeo en una conversación telefónica, en la que advirtió de que «la continuación de los pasos agresivos tendrá las más graves consecuencias» y rechazó «la destructiva injerencia exterior».

Por su parte, Pompeo aseguró que es «la intervención de Rusia y Cuba» la que desestabiliza Venezuela».

 

Leopoldo López no ha pedido asilo a Madrid

El opositor venezolano Leopoldo López no ha pedido asilo en la embajada española en Caracas en la que se ha refugiado. Según su abogado, Javier Cremades, «no lo ha pedido pero podría pedirlo. Ahora mismo eso no ha sucedido, aunque jurídicamente lo puede pedir». Cremades señaló que López se encuentra en la residencia del embajador español en Caracas en calidad de «huésped» o «invitado», «bajo la protección que otorga la inmunidad de la legación diplomática» y sobre la demanda asilo insistió en que «no habría ninguna dificultad si él lo quisiera hacer», aunque «no es su voluntad en este momento».

Poco antes, el Gobierno español confirmaba que el opositor venezolano y su familia –su mujer Lilian Tintori y su hija de 15 meses– se encuentran en la embajada española en Caracas y que no han pedido asilo. El abogado indicó que el opositor fugado tiene allí «libertad para comunicarse con el exterior, o para enviar mensajes, cosa que no podía hacer cuando estaba en arresto domiciliario», y que «el Gobierno español le mantiene una hospitalidad para que tenga también una acción política».

El opositor, que cumplía una pena de casi 14 años de prisión en régimen de arresto domiciliario, fue liberado durante el intento de golpe del martes.GARA