Juan Cruz Alli se desvela como aguerrido veterano
El 175 aniversario de la fundación de la Guardia Civil regaló una imagen de lo que era el Régimen en Iruñea. La figura del expresidente Juan Cruz Alli destacó por un sorprendente atavío y un misterioso parche. Era de la Hermandad de los Veteranos de las Fuerzas Armadas.
De los presidentes pasados, quizá Alli sea el que goza de mejor predicamento entre sus rivales políticos. Las imágenes del expresidente con la txapela calada acudiendo a un Nafarroa Oinez dejaron huella. De ahí que la estampa que dejó haciendo el saludo militar en la parada del desfile de la Guardia Civil el jueves haya generado cierto estupor.
Alli era un orador brillante que fue derrocado en el partido por Miguel Sanz, que no tiene nada de intelectual, pero que fue y es mucho más zorro. El expresidente Alli destacaba sobremanera en el Parlamento Foral, que siempre ha andado muy pobre en cuanto a talla política. Acostumbraba a subirse al estrado sin papeles. No le hacían falta. Y eso, en un panorama político en el que cada vez hay más parlamentarios que no sabrían enfrentarse a un micro sin que les pasen el discurso ya esrito, gustaba.
De todos modos, Alli fue un aperturista relativo. En contraposición a Sanz, a Jaime Ignacio Del Burgo o a la propia Yolanda Barcina, se le puede encontrar cierta cintura. Pero no más. Aparecer en el desfile de la Guardia Civil con la boina y el parche de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas no resulta incongruente con su ideología. No se lo ha regalado nadie. Pertenece a dicha hermandad y disfrutó del desfile como el que más.
Alli tiene la ventaja de que se conoce cómo piensa, aunque la gente quiera pensar que pensaba de otra forma. El expresidente escribió "La autonomía de Navarra. Historia, identidad y autogobierno" para explicar sus planteamientos teóricos. Esto le distancia de otros líderes de UPN, como el propio Jesús Aizpún, que no dejaron nada por escrito, más allá de artículos en "Diario de Navarra" donde sentaban cátedra sobre la actualidad de cada momento. Más bien fueron oportunistas políticos que defendían una cosa y la contraria en función de los intereses de la élite a la que pertencían. En líneas generales, es lo mismo que ocurre ahora con la decisión de UPN –aparentemente contra natura– de coaligarse con Navarra Suma. En perspectia histórica, esto no tiene nada de novedoso.
Por si todavía nadie ha resuelto el misterio del disfraz de Juan Cruz Alli, razón aquí. https://t.co/i7x855XPNU pic.twitter.com/kNarIDipqn
— Aritz Intxusta (@AritzIntxusta) 10 de mayo de 2019
Alli, en definitiva, es un outsider del navarrismo, una ideología que si por algo se ha caracterizado es por no haber aportado ninguna idea de interés a la política. Por eso acabó fuera de su partido. UPN carece de un discurso bien trabado en torno a los Fueros y Alli sí lo tiene. Tal y como señalaba Ricardo Feliú en la entrevista que se le realizó GARA de cara a las elecciones generales, «el cambio defiende el autogobierno para blindar derechos frente a Navarra Suma, que lo defiende para perpetuar sus élites». A UPN le vale el Fuero en tanto que le sirve para blindar sus privilegios. Y esta afirmación es ampliable a Carlos Pérez-Nievas, el líder de Ciudadanos, que viene precisamente del partido que fundó Alli para escindirse de UPN.
Ante semejante erial, era lógico que Alli destacara y su figura estuviera sujeta a cierta idealización. Más cuando se casó con la hija de Turrillas, compositor icónico de los sanfermines. Pero que Alli se cale una boina de veterano no debiera sorprender a nadie. En el escudo de la Hermandad de Veteranos aparece bordado el siguiente lema: "Se mellaron defendiendo". Pero no, Alli no se ha "mellado" desde que dejó la política y por eso pareció con esas trazas en el desfile. Siempre ha sido así. Tampoco es el primer desfile en el que luce galones.