Markel Olano aguanta ante una EH Bildu que recupera alcaldías
Los pronósticos se cumplieron en Gipuzkoa, que queda a medio camino entre 2011 y 2015. El PNV retiene la Diputación por menos margen y pierde poder municipal ante EH Bildu.
Tras la ola de Bildu en 2011 y el clarísimo triunfo del PNV en 2015, en Gipuzkoa surgió ayer una nueva realidad intermedia. El partido jeltzale retiene los dos principales núcleos de poder –la Diputación por margen escaso y el Ayuntamiento de Donostia con amplitud– mientras EH Bildu resurge subiendo votos en prácticamente todas las localidades del herrialde, lo que le lleva a recuperar varias alcaldías de tamaño medio.
En porcentajes, tanto por lo que respecta a Juntas como en el conjunto de ayuntamientos, los dos partidos mayoritarios se sitúan muy cerca y a tremenda distancia del resto (hay apenas 40 centésimas de distancia en el mapa municipal y tres puntos en el foral).
Ello se traduce en más escaños en el Parlamento del alto de Miramon, tanto para la candidatura de Markel Olano como para la de Juan Karlos Izagirre: pasan de 18 electos a 20 y de 17 a 18, respectivamente.
El PSE calca casi sus resultados de hace cuatro años, sin que quepa perder de vista que ahora tenía mucha mayor tracción estatal y que en la parte final del recuento perdió un escaño (de 9 a 8). Elkarrekin Podemos cae de 6 a 3, y también ve muy rebajada su presencia municipal en el conjunto de Gipuzkoa (apenas 22 concejalías). Ha perdido casi la mitad de su porcentaje y también casi la mitad de sus 51.000 sufragios de entonces.
Salvo un giro sustancial que no se ha atisbado en campaña, aunque Markel Olano ha jugado duro ante su socio Denis Itxaso en varios debates, el PNV volverá a gobernar con el PSE en la Diputación. El próximo paso que marcará el inicio de legislatura será prender la mecha de la polémica incineración en Zubieta.
Bergara, Ordizia, Pasaia...
La recuperación de EH Bildu tras el mal resultado de 2015 se plasma sobre todo en el mapa municipal. Recibe apenas 1.500 votos menos que el PNV en el conjunto de los ayuntamientos y es de largo la fuerza con más concejalías por su mayor implantación en pequeños municipios (418 ediles frente a 287).
EH Bildu recupera el primer puesto, y con ello las alcaldías, en municipios como Bergara, Ordizia, Zumaia y Orio, donde fue superado por el PNV hace cuatro años. Y también en Pasaia, localidad en la que entonces fue tercera fuerza y pasa ahora a primera.
También amplía mayoría en otras localidades que ya gobernaba, como Azpeitia, Oñati, Mutriku, Hernani, Astigarraga y sobre todo Errenteria, donde Julen Mendoza ha pasado el relevo a Aizpea Otaegi con éxito, subiendo de siete a ocho concejales, que le pueden permitir gobernar junto a Elkarrekin Podemos, como en la anterior legislatura. Tampoco debe haber problemas para que continúe llevando la vara de mando en Andoain, porque para evitarlo el PNV tendría que aupar al PSE.
Hubo recuentos muy ajustados en localidades como Arrasate y Tolosa, que finalmente se decantaron de nuevo hacia las candidaturas jeltzales aunque con márgenes más estrechos que en la anterior convocatoria.
Las mejores noticias para el PNV se producen, además de en Donostia, en Zarautz, donde mantiene la Alcaldía con comodidad y superando su porcentaje de voto en 2015 –lo que ocurre en pocos sitios del herrialde–, y en Eibar, al superar a EH Bildu y convertirse en segunda fuerza tras el PSE.
PSE y PP, dos caras
Este partido se hace fuerte en sus reductos habituales: además de en la villa armera, el PSE gana con solvencia en Irun, Zumarraga y Lasarte-Oria.
Todo lo contrario le ocurre al PP, en claro camino hacia la desaparición en Gipuzkoa; se queda con cuatro concejales en todo el territorio. Tres de ellos salen de la lista donostiarra de un Borja Sémper que ha escondido directamente las siglas del partido en campaña, y el otro radica en Irun.