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Bolsonaro quiere legalizar la minería en la Amazonía

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha mostrado su voluntad de legalizar la práctica de la minería en la Amazonía, a pesar de los problemas medioambientales que genera. Además, Bolsonaro puso en cuestión la versión del asesinato de un cacique waiapi por parte de mineros ilegales que entraron en tierras indígenas.


El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo el lunes que pretende legalizar la minería en la Amazonía y puso en duda el asesinato de un cacique waiapi, cometido la pasada semana en esa vasta región.

El gobernante ultraderechista afirmó además en declaraciones a los periodistas que las reservas indígenas «están impidiendo» el desarrollo de los negocios pues Brasil, en su opinión, «vive de materias primas».

«Mi intención es regularizar la minería, legalizarla, incluso para el indígena, que tiene que tener derecho de explotar minerales en su propiedad. Tierra indígena es como si fuera su propiedad. Lógico, ONG de otros países no quieren, quieren que el indígena continúe preso en un zoológico animal, como si fuera un animal prehistórico», manifestó.

Bolsonaro pronunció estas palabras antes de reunirse en el Palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, con el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, en medio de las tensiones que ambos países mantienen sobre las políticas de conservación en el mayor bosque tropical del planeta.

Por otro lado, el presidente brasileño puso en duda el asesinato del líder indígena Emyra Waiapi en el estado amazónico de Amapá, en un ataque cometido, al parecer, por un grupo de mineros ilegales («garimpeiros») que habrían invadido las tierras de los nativos.

«No hay todavía ningún indicio fuerte de que este indígena fue asesinado allí. Llegaron varias hipótesis. La Policía Federal está allí y todo aquel que pudimos mandar para allí ya lo mandamos para descifrar el caso y buscar la verdad sobre eso», comentó.

La propia Fiscalía se ha referido al caso como «homicidio» y señaló en la víspera que «no se descarta ninguna hipótesis», aunque tampoco se puede «afirmar la autoría del crimen».

La muerte del cacique fue condenada por la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, y por organizaciones medioambientales como Amazon Watch, que dijo que «Bolsonaro tiene las manos manchadas de sangre». «Las políticas imprudentes de su régimen y su negligencia con las comunidades amazónicas amenazadas están directamente relacionadas con el aumento de la criminalidad que motivó el asesinato de Emyra Waiapi», dijo el director de Programas de Amazon Watch, Christian Poirier.

 

«Le cuento cómo desapareció su papá»

«Si quiere, le cuento cómo desapareció su papá», dijo el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, al referirse al padre de la máxima autoridad del Colegio de Abogados de Brasil (OAB), desaparecido desde 1974, en plena dictadura militar (1964-1985).

Bolsonaro acusó a la organización de abogados de obstruir la investigación sobre la tentativa de asesinato que sufrió el año pasado, cuando una persona lo apuñaló en el abdomen y personalizó sus críticas en el presidente de la entidad, Felipe Santa Cruz.

«Un día, si el presidente de la OAB quiere saber cómo su papá desapareció en el periodo militar, le cuento. No va a querer oír la verdad. Se lo cuento», dijo el jefe del Estado, un excapitán que siempre defendió la dictadura y sus métodos de tortura.

Bolsonaro afirmó que Fernando Santa Cruz, padre del actual presidente de la OAB, fue miembro de grupos de resistencia armada. «Su padre integró Acción Popular, el grupo más sanguinario y violento de la guerrilla de Pernambuco y vino a desaparecer en Río de Janeiro», ironizó.

Poco después, en un vídeo colgado en Facebook, dijo que Fernando Santa Cruz murió en un ajuste de cuentas interno de la izquierda. «Es muy fácil culpar a los militares por todo lo que ocurre», declaró. GARA