INFO

El Open Arms evacúa a ocho migrantes pero siguen hacinados otros 151

«La situación anímica a bordo pende de un hilo». Es el crudo aviso hecho esta mañana por Anabel Montes, jefa de misión del Open Arms, ante la inacción de los estados europeos que se niegan a darle puerto seguro. Ocho migrantes en situación delicada sí han sido evacuados.

Un voluntario y un migrante, en la cubierta del Ocean Viking, también en apuros. (Anne CHAON | AFP)

La ONG catalana Open Arms ha evacuado hoy lunes a Malta a ocho de los 159 inmigrantes que acogía desde hace doce días en su barco en el Mediterráneo, ha dicho a Efe la jefa de misión Anabel Montes, quien advierte de que la situación anímica a bordo «pende de un hilo».

La embarcación humanitaria se encuentra a unas 29 millas de las costas de la isla italiana de Lampedusa (sur), pero no puede entrar en su puerto por la prohibición del ministro del Interior del país, Matteo Salvini, que amenaza con multas y la incautación de la nave.

A bordo se encuentran, «en condiciones de hacinamiento», 151 inmigrantes rescatados en tres operaciones distintas en los últimos días, todos ellos salvados del mar tras zarpar de la violenta y convulsa Libia.

La jefa de misión explica por teléfono que se ha logrado la evacuación a Malta de dos mujeres con problemas de salud y que han pactado que estarán acompañadas por sus familiares, otras seis personas, para no separarlas y dañar su ya mermado estado anímico.

La primera mujer africana, «con problemas para valerse por sí misma», estará acompañada por su hermana y su sobrino, y la segunda lo hará por su hija de once años, dos hermanas y su madre.

La organización humanitaria ha difundido un vídeo del momento en que se produjo esta evacuación, entre los aplausos de los inmigrantes que aún permanecían a bordo.

A estas personas hay que sumar la evacuación la pasada noche de un inmigrante afectado de tuberculosis por parte de la Guardia Costera italiana a Lampedusa, y otras dos mujeres en avanzado estado de gestación y la hermana de una de ellas el 3 de agosto.

«Intentamos que no se coman la cabeza»

«En términos físicos, la situación es mucho más que de cansancio, están exhaustos», explica Montes sobre el estado de los inmigrantes que se encuentran a bordo, hombres, mujeres y varios niños.

Por el momento no hay ninguno más que presente problemas de salud relevantes, aunque éstos podrían llegar si el barco no recibe autorización para entrar a un puerto o, al menos, transbordar a estas personas para que puedan ser puestas a salvo en tierra firme.

A las condiciones físicas, subraya, hay que sumar su estado psicológico, pues muchos acarrean durísimas historias personales desde que dejaron sus países para alcanzar Europa y llegaron a Libia, donde sufrieron «torturas y violencias».

Si a todo esto le sumas una desquiciante y larga espera en el mar, «la situación psicológica pende de un hilo», resume la cooperante, preocupada, pues podría suponer riesgos o alteraciones significativas en la convivencia dentro del barco.

No obstante la jefa de misión asegura que el personal de a bordo está «listo para acudir a mediar en la situación de la mejor manera posible, estando siempre en alerta».

Los inmigrantes se encuentran en la cubierta, con una temperatura «asfixiante», y los cooperantes tratan de mantenerles entretenidos con películas, juegos o música.

«Intentamos que dentro de lo dramático se sientan cómodos, que no se coman la cabeza», dice.

Saben que se les impide entrar a puertos europeos, pero al mismo tiempo, los operadores de Open Arms hacen hincapié en que también «hay mucha gente que les apoya».

A esto hay que añadir que es una embarcación «con limitaciones», de solo 37 metros de eslora, y no está preparado para acoger a tantas personas juntas durante tanto tiempo, ni siquiera puede ofrecer una ducha para todos, ni siquiera para la tripulación.

Por el momento el mar está en calma, pero Montes vaticina un cambio a partir de mañana martes 13 de agosto, con aguas más movidas, y todo se complicará el miércoles, cuando se esperan vientos de 22 nudos y olas de hasta dos metros de altura.

«Estamos preparándonos para lo peor, pero vamos a seguir igualmente resistiendo», promete la jefa de misión.

Ocean Viking, otro tanto

Paralelamente el barco humanitario Ocean Viking, de Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée, se encuentra también en aguas del Mediterráneo central con 251 inmigrantes rescatados, los últimos 81 ayer domingo frente a las costas de Libia.

En sus centro de retención, los inmigrantes relatan el auténtico infierno que vienen describiendo numerosas entidades y organismos internacionales: «Denuncian que fueron torturados con descargas eléctricas, golpeados con pistolas y palos y quemados con plásticos derretidos», dijo en Twitter uno de los médicos de a bordo.