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Entrevue
Miguel Ángel Jiménez
Director de cine

«Para mí, la palabra clave es atreverse: atreverse a desear cosas o a hacer lo que uno quiere»

La gala EiTB ofrecerá la cinta ‘Una ventana al mar’, que cuenta la historia de María, a la que le acaban de diagnosticar cáncer de colon. A pesar de girar en torno a la muerte, el tema central es lo bueno de la vida. Tras ‘Ori’ y ‘Chaika’, se trata de la tercera visita a Zinemaldia del madrileño Miguel Ángel Jiménez, quien lleva trabajando en Euskal Herria desde 2006.

Miguel Ángel Jiménez, director de ‘Una ventana al mar’. (Jon URBE/FOKU)

‘Una ventana al mar’ nos hace reflexionar sobre la vida. ¿Es eso lo que quería transmitir?
A mí me pareció muy interesante poder dar la esperanza de que nunca es tarde para tener una vida mejor, o por lo menos escapar de la desgracia o la rutina a la que una persona puede verse abocada con la enfermedad, con el tedio de la vida. Me gustaba tener la oportunidad de dar un poco de esperanza, de ‘¿y si hubiera hecho esto? ¿Y si me arriesgo a hacer ese viaje y me apetece estar con mis amigos?’. Nunca es tarde para buscar esas últimas oportunidades.

María es una mujer que hace todo lo que ha deseado hacer en su vida a las puertas de la muerte.
Pues sí. Ella se ha dejado llevar por la rutina y por la vida que ha llevado en ese momento, y el hecho de enfrentarse a esa grave enfermedad y ver cómo la casa se le cae encima. Se deja llevar por los tratamientos médicos y por el cariño de su hijo, y se encuentra atrapada. Gracias a ese viaje que hace se va atreviendo a decidir quién es ella misma.

La película tiene un trasfondo triste, pero su mensaje es positivo. ¿Cómo debemos sentirnos al respecto?
Siempre he intentado que no fuera, en absoluto, sobre la muerte, aunque está presente y es definitiva. Siempre he pensado que era más bonito, quizá inocente, mostrar una opción más esperanzadora. Espero que la gente se sienta emocionada y no le resulte indiferente el devenir de la protagonista.

Para mí la palabra clave es atreverse: atreverse a desear cosas o a hacer lo que uno quiere, o intentarlo. Como es una película con un punto de vista optimista, tiene sus pequeñas recompensas que hace que María tenga un final mucho más bello, digno, que a lo mejor habría tenido si se hubiera quedado en Bilbao.

El título hace referencia a una ventana que mira al mar, ¿pero a dónde mira realmente?
Para mí es el resumen, con una imagen, de lo que ella logra con su atrevimiento. Se atreve a quedarse en la isla, a conocer a Stefanos, a estar ella sola… consigue ese pequeño lugar en el mundo del que después se va a beneficiar toda su familia. Ese pequeño rinconcito, humilde pero privilegiado, es donde se asoma. Espero que sea lo que a todos nos este esperando si nos atrevemos lo suficiente.

¿Qué puede contarnos sobre el elenco elegido?
Emma Suárez estaba desde el principio. Cuando escribimos la historia ya la teníamos en mente, y al cabo del tiempo, en el Festival de Cine de San Sebastian de 2016 tuvimos una reunión y desde el principio nos apoyó con el proyecto, estaba claro que iba a ser ella.

El actor griego era muy importante. Hicimos un casting en Atenas con la ayuda de nuestros coproductores, y encontramos a Akilas Karazisis, un actor que sobre todo hace teatro, me gustaba un montón. Él es nuestro hombretón, un tipo bastante rudo y fastidiado, pero que brilla mucho.

Para el resto, la directora de casting nos presentó a varios actores y encontramos a Karmele Larrinaga y Ainhoa Aierbe, que nos encantaron como las amigas que trabajan con María en el Palacio Euskalduna con ella, y Gaizka Ugarte, el hijo, que era un personaje muy importante, y es quien se lleva la parte más real y triste de la historia. Estoy muy orgulloso de todos ellos.

¿Por qué Grecia?
La historia surgió en esa isla, en Nysiros. Estábamos Luis Moya y yo en 2013 en esa isla atendiendo a unos cursos de guion y teníamos otra película entre manos. Fue en ese viaje cuando se me ocurrió el germen de la historia, y empezamos a trabajar. Durante mucho tiempo estuvimos con otras películas, y nos pusimos con ella hace dos o tres años.

¿Qué tal han andado de presupuesto teniendo en cuenta que el rodaje ha sido en Grecia?
Tuvimos un presupuesto limitado, es una película pequeñita, lo que pasa es que cuando estuvimos rodando en Grecia casi todo el equipo era griego. Los jefes de equipo se mantenían, pero el resto del equipo, durante el rodaje en Grecia, era griego.

La historia de amor entre una prostituta y un marino en ‘Chaika’ (2012) tuvo buena acogida, ¿le abrió puertas?
Se rodó en ruso, con actores desconocidos de Georgia y de Kazajistán, pero nos abrió bastantes puertas y nos hemos hecho un pequeño nombre en el cine art house, más independiente europeo, que nos ha venido bien para levantar otros proyectos. Si tuviera que hablar de una película esa sería ‘Chaika’ porque es la que más nos representa y de la que estoy más orgulloso.

Teniendo en cuenta ‘Chaika’ y ‘Una ventana al mar’, ¿podríamos decir que le gusta tratar temas tabú? ¿Cuál es su género favorito?
Siempre me ha gustado rodar fuera, he encontrado la inspiración en sitios lejanos. Me gustan los personajes que están bastante solos en circunstancias difíciles y que intentan salir adelante. Siempre hay alguien que les echa una mano, y creo que eso es lo que tienen en común las dos historias. Y también, aunque no haya sido nada buscado, el hecho de que las protagonistas sean mujeres. No tengo ni idea de lo que haremos después.