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El orgullo de la lucha contra la brutal injusticia de Altsasu

No es la primera gran movilización por los jóvenes de Altsasu condenados a duras penas de cárcel por una pelea de bar, y, aún así, «sorprende», tal y como ha declarado a NAIZ Haizea Ramírez de Alda, hermana de Adur. A las innumerables personas venidas a Iruñea desde diversos puntos del país les une un único grito: «¡Justicia!». Según los organizadores, unas 52.000 personas han secundado la movilización.

La plaza Amnistía se ha quedado pequeña para la gran concentración por los jóvenes de Altsasu. (Iñigo URIZ/FOKU)

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La concentración ante el Palacio de Justicia (o injusticia, como han dicho la plataforma Altsasukoak Aske y las madres y padres de los ocho jóvenes) ha sido grande en todos los sentidos. Primero, por la cantidad de gente llegada desde diferentes puntos de Euskal Herria y más allá. Desde la mañana se palpaba en Iruñea un ambiente de nervios y emoción, que ha ido in crecendo a medida que llegaban las ciclistas que han partido de Altsasu sobre las 09.30.

150 ciclistas han pasado por ocho pueblos de Sakana. En cada uno de ellos les han hecho un caluroso recibimiento y han recogido una fotografía de un joven condenado a penas de entre un año y medio y nueve años y medio.

A las 14.00 les han preparado una espléndida comida en Berriozar y a las 16.30, puntuales, han entrado al parque Antoniutti de la capital navarra. Allí, han caminado por un pasillo de gente aplaudiendo y gritando 'Altsasukoak aske!' junto con cuadrillas y agentes que han portado las pancartas habituales por la libertad de los de Altsasu.

Han sido ocho paneles, uno por cada joven condenado y también por cada letra de la palabra 'justicia'. Las madres y padres han llevado las fotografías de sus hijas e hijos hasta la plaza Amnistía que se encuentra ante la Audiencia Provincial.

La explanada estaba repleta. También estaban presentes representantes políticos de EH Bildu, Podemos, Geroa Bai e Izquierda-Ezkerra, pero el protagonismo era de la gente, de mujeres como Esther Lizarralde, que ha llegado tras un viaje de dos horas desde Durango, o los jóvenes de Irunberri Eneko, Aimar e Irati, de 15, 17 y 20 años, que han destacado el orgullo que sienten al ver que tantas personas han entendido la brutal injusticia.