A Macron le llegarán en Pau los ecos de las makilas de Baiona
El presidente francés se desplazará a Pau, capital del departamento que engloba a Euskal Herria y Bearne, apenas 48 horas después de que el sonido de las makilas golpeando contra el suelo le recuerde que sus palabras de mayo sobre acompañar el proceso vasco «para que la Historia no se repita» deben tener plasmación real con los presos.
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La visita presidencial a la capital bearnesa llega tras un aplazamiento pero la nueva fecha elegida para la llegada de Emmanuel Macron a Pau cobra significación especial en Baiona.
Este sábado, miles de personas saldrán a la calle en la capital vasca del departamento bicéfalo, en una marcha que no será un mero desfile sino más bien una ruidosa muestra de enfado.
Más de sesenta electos secundan el llamamiento de Bake Bidea y de los artesanos de la paz para hacer sonar la makila contra el asfalto, y trasladar así el hastío de la mayoría social y política de Ipar Euskal Herria ante las reticencias de París a dar curso a los compromisos expresados, en mayo pasado, por el propio Emmanuel Macron, en el marco de su visita pre-G7 a Biarritz.
El presidente francés elogió entonces el proceso vasco y se comprometió a acompañarlo, al entender que esa es la actitud precisa para «evitar que la Historia se repita».
Los jóvenes, a los que les tocará escribir esa página de la construcción de la convivencia, y más en general remachar la solución integral al conflicto político, serán los encargados de portar en Baiona esa demanda. Recordarán a Macron las cuentas que tiene pendientes con esta parte de Euskal Herria que ha insertado el logro de una paz con justicia en su proyecto territorial.
Dentro de su labor constante de lobby, Bake Bidea buscó el encuentro, el lunes, con el presidente de la región de Nueva Aquitania, Alain Rousset. Hubo diálogo y buena disposición a avanzar hacia compromisos. Y el jueves, dos representantes de la asociación estrecharon la mano de Jean-Jacques Lasserre, presidente del Departamento de Pirineos Atlánticos.
Lasserre será uno de los anfitriones -con permiso del alcalde de Pau, François Bayrou, ex ministro de Macron pero hoy procesado en un caso de «empleos ficticios»- del presidente de la República, que llegará a la capital bearnesa el lunes.
Macron se desplazará ese día a las instalaciones del 5 Regimiento RHC, para rendir honores a los siete militares de ese destacamento que murieron en un accidente, al chocar sus helicópteros, en Mali.
Con posterioridad al acto, presidirá una mini cumbre (G5) consagrada precisamente a abordar la situación en el Sahel. Y la jornada concluirá con una cena de trabajo en el Parlamento de Navarra.
Ya el martes, Macron tiene previsto desplazarse, respaldado por la ministra de Solidaridad y Ecología, Emmanuelle Wargon, al Palacio Beaumont, para la firma del Contrato de Transición Ecológica con la Comunidad de Aglomeración de Pau.
Es en ese marco en el se producirá el encuentro más cercano con las autoridades locales. Y, en caso de cumplir lo prometido, será el momento de trasladar, en los márgenes que deje el protocolo, al presidente galo el mensaje que a golpe de makila hará retumbar la mayoría política y social vasca este sábado en Baiona: «Monsieur le président, hitza hitz».