Lillo se desvincula de Osasuna y ficha por el Maccabi Haifa de Israel
Lo que era un secreto a voces se ha hecho oficial este jueves, cuando Manuel Castellano Castro "Lillo" y el club rojillo han llegado a un acuerdo para la desvinculación del jugador, que tenía contrato hasta junio, para marcharse al club israelí.
Durante el miércoles el Maccabi Haifa de Israel hizo oficial la llegada de Manuel Castellano Castro 'Lillo’, pero aún faltaba que Osasuna comunicase la marcha del defensa. Ha sido este jueves a primera hora de la tarde cuando el club rojillo ha comunicado que el alicantino y Osasuna han llegado a un acuerdo para la desvinculación del jugador, que tenía contrato con la entidad rojilla hasta junio de este año después de haber prorrogado su vinculación en marzo de 2019.
Lillo, de 30 años, llegó en 2017 con la carta de libertad tras haber jugado previamente en el Sporting de Gijón. Desde entonces ha disputado 63 encuentros con la camiseta rojilla, 57 en Segunda, siendo parte importante del equipo que logró el ascenso la pasada campaña; 4 en Primera y 2 en Copa.
Tras el Eibar, Osasuna es el segundo club en el que más partidos ha disputado Lillo en su carrera profesional. Sin embargo, los pocos minutos que ha dispuesto este año a las órdenes de Jagoba Arrasate han hecho que el jugador dé un giro total a su carrera con esta nueva experiencia, tras comenzar en el filial del Valencia y seguir en el Murcia, Almería B y Alcoyano, además de Eibar, Sporting y Osasuna.
El club rojillo ha agradecido a Lillo «su aportación durante su estancia en el club» y le ha deseado «mucha suerte en su futuro profesional».
Tras hacer oficial su marcha, Lillo ha enviado esta carta que reproducimos íntegramente a continuación para despedirse de la afición osasunista.
Hola rojillos;
Hoy es el día de decir adiós. Hoy pongo punto y final a mi etapa en Osasuna. Hoy se acaban más de dos años y medio de momentos felices y alguno amargo en los que siempre os he sentido al lado. Nunca olvidaré el amor que sentí cuando me diagnosticaron aquella pericarditis que ya es cosa pasada. Aquella noche de celebración en la Plaza del Castillo y el Ayuntamiento siempre quedará en mi memoria. De Pamplona me llevo un ascenso, muchos amigos y una hija navarra. Gracias por el trato que habéis tenido hacia mi persona y toda mi familia. En las calles, en el estadio… siempre os he sentido muy cerca. Por ello, aquí tenéis a un rojillo de por vida. En mi despedida, también me gustaría dar las gracias a todos mis compañeros, al cuerpo técnico, a los directivos, a todos los trabajadores del club y por supuesto a una afición que siempre estuvo de mi lado. Pude hacerlo mejor o peor, pero siempre lo di todo por la camiseta de Osasuna.
Muchas gracias a todos.