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Los tribunales sudafricanos estrechan el cerco sobre el expresidente Jacob Zuma

A instancias de la Fiscalía sudafricana, un tribunal ha emitido una orden de arresto por incomparecencia en un juicio por corrupción contra el expresidente Jacob Zuma. La orden queda en suspenso hasta una nueva vista en mayo, a no ser que sus abogados justifiquen su no asistencia por motivos de salud.

Sala de vistas vacía donde no ha comparecido el expresidente de Sudáfrica. (Kim LUDBROOK-AFP)

Un tribunal sudafricano ha emitido una orden de arresto contra el expresidente Jacob Zuma (2009-2018) después de que no se presentara hoy aduciendo motivos de salud a una audiencia por un caso de corrupción, aunque la medida no es inmediata y solo entrará en vigor si vuelve a no comparecer en mayo.

La orden de arresto ha sido solicitada por la Fiscalía al entender que Zuma y su equipo legal no habían justificado debidamente la ausencia del expresidente y que no acudir a la citación constituye delito.

La jueza que hoy encabezaba la vista celebrada en los tribunales de Pietermaritzburg (este), Dhaya Pillay, se ha mostrado de acuerdo con la Fiscalía, pero ha dejado la orden de arresto «en suspenso» y solo será efectiva si Zuma tampoco se presenta a la próxima audiencia judicial, fijada para el 6 de mayo, o si no presenta la debida justificación para su ausencia.

Para explicar la incomparecencia de hoy, la defensa del expresidente sudafricano había presentado una nota en la que se argumentaba que estaba enfermo, emitida supuestamente por un hospital militar.

La jueza, sin embargo, entiende que el documento no es legalmente admisible después de que la Fiscalía cuestionase incluso que estuviera validado por auténticos doctores.

Los abogados de Zuma, por su parte, han aducido que es «absurdo» que una rama del Estado ponga en cuestión la veracidad del documento y sostienen que la salud del presidente es una cuestión de seguridad nacional que debe ser manejada militarmente.

No es la primera vez que el expresidente aduce motivos de salud para no comparecer en público por trámites –siempre menos vinculantes que el de hoy– relacionados con las acusaciones de corrupción que pesan contra él.

¿En Cuba?

Los medios sudafricanos afirman, además, que el expresidente ni siquiera está en el país y que ha estado siendo tratado de sus supuestas dolencias –cuyos detalles no han sido oficialmente confirmados–  en el extranjero, supuestamente en Cuba.

En esta causa, a Zuma se le imputan cargos de asociación ilícita, corrupción, lavado de dinero y fraude por cerca de 800 operaciones supuestamente fraudulentas realizadas en relación a un acuerdo de armas millonario firmado a finales de la década de 1990 con la empresa francesa Thales.

La imputación siguió un camino judicial muy complejo durante más de una década hasta que, en marzo de 2018, la Fiscalía anunció finalmente la acusación formal contra el expresidente.

Zuma había dimitido solo un mes antes, forzado por su propio partido, la ANC, debido a los múltiples escándalos de corrupción que le salpicaban y que habían acabado con su imagen de «presidente del pueblo».

De forma paralela al desarrollo de esta causa, de la que hasta ahora solo se han celebrado audiencias preliminares como la de hoy, sin fecha fija para el comienzo del juicio, la defensa ha estado tratando sin éxito que se le retiren los cargos bajo argumentos como situar las acusaciones en el contexto de una supuesta persecución política contra Zuma.

Pero este caso sobre el acuerdo de armas en los noventa está lejos de ser la única investigación por presunta corrupción protagonizada por Zuma.

Entre ellas, la más notoria es la llamada «Captura del Estado», una presunta trama corrupta establecida durante su gobierno con la que el aparato del Estado quedó, supuestamente, supeditado a beneficiar al expresidente, a otros altos cargos del oficialismo y a empresarios afines a Zuma.

Además, ya en 2016 el exmandatario tuvo que devolver, por orden del Tribunal Constitucional, medio millón de euros de dinero público que se gastó de forma irregular en la reforma de su mansión privada.