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Y llegó el día de Sinn Féin en la República de Irlanda

El bipartidismo ha llegado a su fin en Irlanda. Es lo que auguraban las encuestas a pie de urna, que apuntaban a que Sinn Féin empatará con los partidos conservadores Fianna Fáil y Fine Gael en el número de primeras preferencias de los votantes, que sitúan a los tres en un 22%. Sin embargo, tras la apertura de las urnas, los primeros datos pronosticaban que Sinn Féin obtendría un 24% de los votos y más de 35 diputados, por delante de Fine Gael.


A pocas horas de que se conociera el resultado definitivo de las elecciones legislativas del sábado en Irlanda, los primeros datos que trascendieron una vez abiertas las urnas e iniciado el recuento indicaban que Sinn Féin había obtenido un resultado histórico, como auguraban las encuestas, que acabaría con el dominio bipartidista centenario de Fine Gael y Fianna Fáil. Los resultados finales se conocerán hoy, ya que el recuento es manual debido a la complejidad del sistema electoral irlandés.

Los primeros resultados provisionales apuntaban a que la formación republicana se habría convertido en las más popular, incluso en el distrito en el que hasta ahora ganaba en saliente primer ministro, Leo Varadkar, de Fine Gael, al lograr casi el 24% de los votos.

De las 16 circunscripciones –de 39– que habían informado de resultados oficiales, en once de ellas los candidatos de Sinn Féin eran los más votados, con lo que lograría al menos un representante en cada una. Al cierre de esta edición, de los 159 asientos en juego, solo estaban asignados 31, y 23 de ellos son para Sinn Féin.

La presidenta de Sinn Féin, Mary Lou McDonald, anunció la apertura de conversaciones con otras formaciones políticas con la intención de negociar la formación de Gobierno después de que los primeros resultados apuntaran a un importante ascenso de su partido, que de los 23 escaños habría pasado a más de 35, según los primeros datos.

McDonald mencionó al Partido Verde, al Partido Socialdemócrata y a Solidaridad-La Gente Por Delante de los Beneficios, tres partidos minoritarios y de izquierda que probablemente lograrán representación.Fine Gael reiteró su rechazo a una alianza con Sinn Féin, y Fianna Fáil abrió la puerta al diálogo.

Sorpresa

McDonald admitió su sorpresa por el incremento del apoyo registrado y dijo que deberían de haber presentado más candidatos (solo presentaron 42) . «Es una gran declaración de cambio. Ya no hay un sistema bipartidista. La gente quiere un tipo diferente de Gobierno», señaló.

Su predecesor, Gerry Adams, aseguró que tenía confianza en que Sinn Féin conservaría sus escaños, pero no podía prever el alcance del éxito, y también abogó por la entrada de su partido en un Gobierno de coalición con los partidos de izquierdas antes que por una alianza con los conservadores.

Los resultados de la encuesta para el diario “The Irish Times”, las cadenas públicas RTÉ y TG4, y la universidad UCD otorgaban a Sinn Féin 22,3%, por detrás de Fine Gael (22,4%). Le seguirían Fianna Fáil (22,2%), el Partido Verde (7,9%), Laboristas (4,6%), Socialdemócratas (3,4%), Solidaridad-PBP (2,8%) e independientes otros (14,5%).

La diferencia entre estas elecciones y las del 2016 ha sido la alta participación, particularmente en zonas obreras de la capital irlandesa, donde superaba el 60%. Los votantes acudieron a pesar de la amenaza de la tormenta Ciara, que impuso una alerta naranja por viento y lluvia en Irlanda.

De poco o nada ha valido la campaña mediática y política de descrédito a la que se ha tenido que enfrentar Sinn Féin en la última semana, que no parece haber afectado de forma importante a la intención de voto.

De cumplirse los pronósticos y la proyección de los primeros resultados, estas elecciones serían un desastre para los dos partidos que se han alternado en el poder de la república irlandesa desde su creación: el partido saliente Fine Gael perdería un 10% de las primeras preferencias que obtuvo en 2016 (de 32% a 22%), mientras que Fianna Fáil, a la cabeza de las encuestas al inicio de la campaña con 12 puntos sobre Fine Gael, obtendría los mismos resultados que en 2016, perdiendo unos comicios que debería haber ganado.

Todo apunta a que el mensaje electoral y los programas de los partidos conservadores no han dado respuesta a las preocupaciones de los ciudadanos. Fine Gael se ha centrado en el Brexit y el crecimiento económico y Fianna Fáil, que ha mantenido a Fine Gael en el Gobierno, ha fallado a la hora de presentar alternativas a las políticas del partido de Varadkar en materia de sanidad y acceso a la vivienda, lo que más preocupa a la gente.