ELA aboga por «instancias colectivas» que trabajen «en defensa de la mayoría»
Coincidiendo con la celebración del Aberri Eguna, ELA ha hecho un llamamiento para «conformar y fortalecer en nuestro país instancias colectivas de defensa de la mayoría y de lo común, que nos permitan situar la vida y bienestar de las personas en el centro».
Frente al «recorte de libertades y del autogobierno de las comunidades autónomas» por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez a cuenta de la crisis sanitaria, ELA aboga por «conformar y fortalecer» en Euskal Herria «instancias colectivas» que tengan como objetivo primordial «la defensa de la mayoría y de lo común» para «situar la vida y bienestar de las personas en el centro».
En este sentido, la central abertzale transmite que le gustaría compartir este «diagnóstico y horizonte» con aquellas fuerzas políticas «que se reclaman de izquierda» y que ello coincidiese también «en una praxis». «Constatamos un desfase entre la polarización política, democrática, laboral y social planteada por el sindicalismo abertzale y otras instancias de movilización (Carta Social, movimiento feminista, pensionistas), por un lado, y las fuerzas políticas de izquierda, por otro», apunta.
Pese a defender que «seguimos aspirando a la plena soberanía política», reconoce que «hoy por hoy, sin embargo, carecemos de la correlación de fuerzas suficiente para que, desde el ámbito institucional, se impulse otro tipo de políticas públicas y otro proyecto nacional».
Explica que «se hace un discurso progresista, es cierto, pero se reivindica la concertación y la colaboración entre las instituciones y la sociedad organizada, y ello a pesar de saber positivamente que quienes lideran hoy las instituciones autonómicas y forales desprecian precisamente a esas organizaciones y articulaciones sociales».
Es más, ELA carga contra Lakua por el «espectáculo» ofrecido en las últimas semanas, al que tilda de «bochornoso», además de «jaleado por el parcial y desequilibrado tratamiento informativo de la televisión pública vasca». Acusa al gobierno liderado por Iñigo Urkullu de «alinearse, sin guardar el más mínimo equilibrio, con la patronal vasca y manipular el decreto estatal para mantener la actividad en tareas no esenciales».
Advierte, además, de que, coincidiendo con la previsible flexibilización de las medidas de confinamiento en las próximas semanas, «pasaremos de los ERTEs a los EREs de extinción, aumentarán las filas del desempleo e iremos viendo en toda su amplitud las consecuencias sociales de la gestión de esta crisis, favorable al capital y en contra de la mayoría».
ELA avisa de que no puede volver a ocurrir lo mismo que en la crisis de 2008, en la que «hicieron recaer sobre las espaldas de las clases populares las consecuencias de la orgía financiera de los años anteriores». Por ello, «nuestra organización dará prioridad absoluta a preparar la respuesta sindical, contribuyendo a articular la movilización plural y las exigencias de políticas públicas radicalmente distintas orientadas al bienestar de la mayoría y a terminar con la pobreza y la precarización».
Junto a ello, anima a que «precisamente en el estado de excepción» las organizaciones sociales y políticas deban estar «especialmente vigilantes sobre la vulneración de los principios democráticos y las decisiones que atentan contra el bienestar de la mayoría». «Se aprovecha la coyuntura para normalizar la actuación de cuerpos policiales y militares, a quienes se pasea sin más objeto que su propia promoción», censura.
Frente a ello, resalta que, «llegado el momento de la verdad», se ve claramente cómo «nuestra sociedad se funda en lo colectivo, lo público, el trabajo y los cuidados».
«Trabajadoras de los sectores esenciales para el cuidado de la vida, que en muchos casos son los más precarizados, ciudadanía solidaria que se compromete colectiva y comunitariamente, trabajadores sindicados que paran las empresas o se enfrentan a sus mandos para defender la salud», enumera.
Recuerda la «relación» que existe entre la actual crisis sanitaria con la crisis ecológica –destrucción de medios naturales e influencia en los animales– y censura el modelo de «globalización neoliberal», entregando a «unos pocos países» la «capacidad manufacturera de productos que luego se nos revelan esenciales (máscaras)».
Por contra, aplaude iniciativas para trabajar la transición ecológica y que, en el ámbito del sector primario, se hayan llevado a cabo iniciativas para poner en contacto a productores y consumidores.
Manifiesta, asimismo, su «solidaridad» con todos aquellos colectivos que están sufriendo especialmente la actual situación: «Trabajadoras y trabajadores que deben seguir presentes en sus puestos de trabajo, personas presas –doblemente confinadas– y sus familiares, privados del derecho de visita, o colectivos especialmente vulnerables, como nuestros mayores, las personas sin techo o las mujeres obligadas a permanecer confinadas con maltratadores».
Por último, ELA razona que «autodeterminarse no es solo plantarse ante un Estado. Es hacerse cargo de un pueblo y una sociedad atravesada por toda una índole de conflictos. Autodeterminarse es determinarnos colectivamente a luchar por una salida distinta a esta crisis, en términos de solidaridad y a todos los niveles», concluye en su comunicado.