INFO

Las dificultades que deberemos superar hasta tener la vacuna

Como casi siempre, el principal problema es económico y político a la hora de poder obtener la vacuna contra el coronavirus. Primero, se necesitan importantes inversiones para poder desarrollarla, y después, la falta de abastecimiento hará que sea una lucha entre potencias.

Una científica china trabaja en un laboratorio de Israel para encontrar una vacuna contra el Covid-19. (Jalaa MAREY/AFP)

A medida que el mundo se afana por terminar con la pandemia, la carrera es para conseguir una vacuna. Algunos optimistas dicen que podría estar lista en unos 12 meses, pero los investigadores avisan de que será físicamente imposible que haya suficientes para todos, y que los países ricos hagan acopio de ellas.

La producción dependerá en el tipo de vacuna que funcione mejor. Los investigadores opinan que los gobiernos e inversores privados deberían impulsar las vías en desarrollo, aunque estas nunca se lleguen a usar. Pero los recursos destinados al coronavirus también tienen que tener en cuenta vacunas para otras enfermedades. Por ejemplo, cada año, se crean miles de millones de dosis de vacunas para la gripe, pero si millones de personas necesitan una nueva vacuna para el coronavirus, y las compañías siguen creando dosis contra la gripe, la viruela, las paperas o la rubéola, podría haber un problema de abastecimiento. Los expertos creen que la falta de vacunas para todos podría acarrear problemas.

Cada tipo de vacuna precisa de una infraestructura diferente. Podría consistir en una versión debilitada del coronavirus, o en una superficie de proteína, o en una secuencia alterada del ADN inyectada. Podría ser cultivada en células, utilizando máquinas que sintetizan ADN o incluso en plantas de tabaco.

Una de las posibilidades que barajan es construir la vacuna basándose en formas inactivas del SARS-CoV-2, lo cual facilitaría las cosas porque mucho trabajo ya está avanzado. Sin embargo, muy pocas compañías han optado por esta opción. Son alrededor de una docena los laboratorios que tratan de modificar ese ADN.

Dos de las empresas que más avanzadas van son Moderna (Cambridge), que inyectó su primera prueba en un voluntario a mediados de marzo, y CureVac (Tübingen, Alemania), que asegura que podrá crear 400 millones de dosis por año. Otros seis laboratorios tratan de utilizar las instalaciones para crear la vacuna de la viruela, lo cual facilitaría la producción cuando la vacuna sea segura.

Una de  las grandes preguntas es cómo hacer para que los gobiernos inviertan grandes cantidades de dinero para que las vacunas puedan hacerse rápidamente una vez ya estén desarrolladas. El filántropo Bill Gates ya anunció hace algunos días que ofrecerá ayuda a varias compañías, aunque se supone que según se vayan acercando a la vacuna, limitará su inversión a las que más adelantadas estén.

Otra forma de asegurar la financiación podría ser la ayuda de grandes empresas como Johnson & Johnson, que en marzo anunció que donaría 1.000 millones de dólares al desarrollo de la vacuna con el objetivo de que una vez esté lista pueda lanzarse al mundo rápidamente.

En cuanto a precios, teorizan que podría costar en torno a los 10 euros por dosis. Por ello, y sabiendo eso, una idea de financiación es que los gobiernos compren las dosis en adelantado, para recibirlas una vez estén disponibles, pero, ¿será eso posible? Viendo los antecedentes en otras crisis sanitarias, probablemente no. Lo que creen los expertos es que el país que desarrolle la vacuna no la exportará hasta que su abastecimiento esté completo.

Eso es lo que pasó en Australia en 2009, durante la pandemia del H1N1, que fue uno de los primero países en desarrollar la vacuna pero no la exportó inmediatamente. Sin embargo, esta vez los países podrían llegar a acuerdos previos convirtiendo el mundo en una partida de ajedrez. Y aun así, es muy posible que para cuando la vacuna llegue, la mayoría de los habitantes se hayan contagiado con el nuevo coronavirus, a pesar de que incluso en ese caso muchos quieran potenciar su inmunidad con las vacunas.

En cualquier caso, los expertos creen que es vital continuar con las investigaciones para asegurar la suficiente manufactura en una futura epidemia.