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El presidente israelí se encomienda al Parlamento tras el no acuerdo entre Netanyahu y Gantz

Ni con prórroga. La exigencia por parte del primer ministro en funciones y presunto corrupto, Benjamin Netanyahu, de mantener el control sobre los nombramientos judiciales –su rival, Benny Gantz, ya había «tragado» la anexión de las colonias judías de Cisjordania–, impidió un acuerdo de Gobierno de unidad. El presidente israelí, Reuvin Rivlin, ha encargado al Parlamento que proponga a un candidato.

Benny Gantz, rival de Benjamin Netanyahu. (Ahmad GHARABLI/AFP)

Tras un nuevo fracaso en las negociaciones entre el primer ministro en funciones, Benjamin Netanyahu, y su rival, Benny Gantz, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, ha encargado formalmente a la Knesset (Parlamento) que busque a un candidato para evitar las cuartas elecciones y sacar al Estado sionista de la crisis en la que lleva subsumido más de un año

Los líderes del Likud y Azul y Blanco negociaron contra el reloj tras la prórroga dada por el presidente, y que expiró en la medianoche de ayer sin acuerdo. No obstante, aseguraron que continuarán con las negociaciones.
 
Los tribunales

Las partes habían logrado en las últimas horas acuerdos en torno a asuntos espinosos, incluida la anexión de la Cisjordania en manos de las colonias judías, a la que Gantz se resistía hasta ahora. Sin embargo, el principal escollo es la exigencia del Likud de vetar los nombramientos judiciales y de nombrar al ministro de Justicia y la voluntad de Netanyahu de garantizar que el Tribunal Supremo no le pueda arrebatar el poder por las acusaciones de corrupción.

El partido que lidera Netanyahu exigía asimismo conservar el Ministerio de Exteriores, a lo que Azul y Blanco habría respondido pidiendo a cambio la titularidad de otra cartera de igual peso, como la de Defensa. No en vano Gantz es militar.

Netanyahu tiene tiempo

Así las cosas, Netanyahu, a quien sonríen las encuestas, podría limitarse a esperar hasta otra convocatoria electoral. O a que Gantz termine cediendo en todas sus líneas rojas. O, finalmente, tantear a tránsfugas para ser propuesto formalmente por el Parlamento.