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La presentación de la renta básica se embarra por los chispazos entre PSOE y Unidas Podemos

El ingreso para los sectores más vulnerables iba a ser presentado este jueves pero desavenencias entre el vicepresidente Pablo Iglesias y el ministro Escrivá lo dejan en el aire a la espera de más negociación. Recelos por la comunicación y el beneficio político.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una sesión plenaria durante el estado de alarma. (Mariscal / AFP)

Desde Unidas Podemos no ocultaban su alegría por estar cerca de lograr la concreción de una iniciativa que es marca registrada en su discurso y cuyo anuncio iba a significar una medalla para el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Esa iniciativa, la renta básica, mínima y vital para los sectores más vulnerables del Estado, era en los hechos también un guiño a la izquierda y una concesión del presidente Sánchez a su socio minoritario, especialmente tras el paquete de medidas para los inquilinos, el cual quedó muy lejos de los anhelos del grupo morado.

Sin embargo, no pudo ser. Si bien el Gobierno va a firmar un real decreto en mayo para establecerla –según ha confirmado este jueves la Moncloa–, no sólo no ha habido presentación formal en rueda de prensa con Iglesias y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, como habían filtrado en la víspera desde la vicepresidencia segunda, sino que el ministro del PSOE ha dicho por la mañana que se había enterado «por la prensa» del presunto anuncio y ha dejado en el aire la propuesta justificando que aún restan semanas para negociar «porque quedan flecos».

El eslabón perdido

Durante la mañana y hasta las primeras horas de la tarde, imperaba la sorpresa y la desazón entre los miembros de UP que forman parte del Ejecutivo. La reacción política de Iglesias ante el rifirrafe ha sido publicar una carta publica en sus redes sociales y brindar una entrevista televisiva en la que aceptaba que la comunicación podrían «haberla hecho mejor» y que hubiera deseado que los partidos de la coalición hubieran «salido a contar un acuerdo importante» como lo es la renta báscia.

Nadie podía explicar a ciencia cierta en UP el eslabón perdido: es decir, qué pasó entre las filtraciones anunciando una presentación formal de un vicepresidente y un ministro para el jueves, de una iniciativa tan importante y que implicará miles de millones de euros, y que el mismo día uno de ellos diga se había enterado por los medios.

Por su parte, la Secretaría de Comunicación de la Presidencia del Gobierno ha emitido una nota de prensa por la tarde en la que confirma la puesta en marcha «en mayo de un Ingreso Mínimo Vital permanente del que se beneficiarán más de un millón de hogares» y deja en claro que los equipos de Iglesias y Escrivá «están trabajando para acelerar» la medida.

Uno de los motivos que sí dicen públicamente desde el Gobierno que justifica la demora del pacto final sobre el ingreso mínimo es alcanzar un acuerdo con todas las comunidades autónomas, ya que en algunas de ellas ya existe un tipo de renta básica (la RGI en la CAV y la Renta Garantizada en Nafarroa), por lo que las ayudas no podrían superponerse y tendrían que darse de manera articulada. Por la urgencia de la situación, Podemos apoyaba un subsidio ya mismo y estatal que con el tiempo se ensamble con los autonómicos –de allí la palabra «puente» añadida al eslogan de renta mínima-, pero esa idea no cuajó en Seguridad Social.

Antecedentes de una disputa

«Nos la llevamos planteando desde que nacimos», decía Iglesias en la entrevista, en alusión a su formación y la propuesta de una renta mínima. Es verdad que su puesta en marcha era uno de los puntos del acuerdo de investidura de Sánchez. Pero el cataclismo económico derivado de la pandemia hizo que Unidas Podemos acelerara en su presión para impulsarla y en ello encontró la alianza táctica con Escrivá, un tecnócrata vinculado al BBVA que sorprendió al estar a favor de la iniciativa, en oposición al ala fiscalmente más conservadora del PSOE, que en el Consejo de Ministros lideran las ministras Nadia Calviño y María Jesús Montero.

A fines de marzo, cuando se había avanzado en un acuerdo sobre el ingreso mínimo tras una reunión de Iglesias, Escrivá y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, el PSOE decide posponerlo y acelerar las ayudas para pagar los alquileres, con un formato muy cercano a lo que impulsaba Calviño –lluvia de endeudamiento a tasa cero sin el Estado haciéndose cargo de ningún alquiler, protegiendo los intereses de los grandes propietarios–, a contramano de la propuesta de UP.

Pero mientras tanto, la renta básica seguía en los planes y comenzó el debate en el interior de la coalición si debía haber una urgente que sea puente hasta que se sancionara una permanente, o esperar un poco mas. Esa pugna se filtró a través de los medios e Iglesias y Escrivá explicaban las diferencias técnicas.

Según han explicado a NAIZ fuentes de la Vicepresidencia Segunda, los tiempos se aceleraron en el Consejo de Ministros del martes posterior a Pascua. En la reunión telemática, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, expuso detalladamente cuántos millones de ciudadanos quedaban sin ningún ingreso, es decir, quienes no se beneficiaban de ERTEs ni de paro. Tras la reunión, Sánchez dialogó privadamente con Iglesias y el presidente le pidió que se ponga de acuerdo con Escrivá para una renta básica permanente y que esté lista para mayo.

Fue por ello que el jueves de la semana pasada volvieron a reunirse Iglesias y Escrivá. En aquella reunión, el ministro del PSOE no se mostraba opuesto a una renta puente. Sin embargo, el fin de semana las cosas cambiaron y Escrivá se desmarcó y se puso a redactar una nueva medida diferente a la de Iglesias.

Fuentes de la coalición han asegurado que la secretaría de Derechos Sociales, a cargo del economista de Podemos, Nacho Alvarez, recibirá en las próximas horas un nuevo documento de Escrivá para analizarlo técnicamente y que sería la base del real decreto que se espera firmar a más tardar a mediados de mayo.

Alvarez –cercano a Iglesias– tenía una propuesta en la que se contemplaba realizar el trámite por el ingreso mínimo vía telefónica, considerando que muchos de los beneficiarios no cuentan con certificado digital o acceso a ordenadores, y también que la verificación de veracidad de los datos de los beneficiarios sea posterior al primer pago, para acelerar la ayuda debido a la urgencia.

Por ahora, eso ha quedado en el aire y una síntesis de ambos grupos deberá salir adelante en los próximos días.