Trabajadoras del hogar podrán pedir subsidio a la muerte del empleador
La Asociación de Trabajadoras del Hogar (ATH-ELE) considera «una mejora» que se haya añadido el fallecimiento de la persona empleadora a consecuencia del coronavirus como motivo para percibir el subsidio en el procedimiento por el que las empleadas domésticas pueden solicitar la ayuda extraordinaria por reducción de jornada, suspensión de contrato o pérdida del empleo por la pandemia. Critican la «tardanza» en dictar esa medida de protección.
Con más de un mes de retraso, el Boletín Oficial del Estado publicó el lunes dos resoluciones que detallan cuándo y cómo las trabajadoras del hogar pueden solicitar un subsidio extraordinario por reducción de jornada, suspensión de contrato o pérdida del empleo por la pandemia. La Asociación de Trabajadoras del Hogar (ATH-ALE) saluda esta iniciativa, en especial que se haya añadido como motivo para pedir el subsidio que la persona empleadora haya fallecido a consecuencia del Covid-19.
Aunque aseguran que en muchos casos será difícil demostrar la conexión entre el óbito y el coronavirus, indican que «no parece que vayan a obligar a demostrarla», dado que, al menos, la exigencia no aparece en las instrucciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Por ello, la asociación cree que con una baja por fallecimiento de la persona empleadora en estas semanas de estado de alarma, «es probable», aunque no seguro que sea suficiente.
Este colectivo manifiesta que «la tardanza» en dictar medidas para proteger al sector mediante un subsidio, así como en establecer los mecanismos para solicitarlo, convertirá en «penoso» el esfuerzo para conseguir que una parte de las personas empleadoras colabore en el papeleo que se les va a exigir.
El acceso al domicilio particular «nunca es fácil» y más en el momento actual, advierten. Las trabajadoras, a su juicio, deberían haber tenido información y acceso a los papeles que iban a necesitar, para poder solicitarlos a sus empleadores en el momento de producirse las reducciones, suspensiones o ceses. Por ello, exigen que la Inspección de Trabajo intervenga frente a las personas empleadoras «que no cumplan con su deber» de facilitar la documentación para presentar la solicitud.
Junto a ello, apuntan a que la gestión de los servicios de la Seguridad Social y del SEPE se realiza «cada vez más por Internet», lo que, afirman, «no está al alcance de muchas de las futuras beneficiarias del subsidio».
La asociación alerta de que las trabajadoras, así como las personas mayores que les dan empleo, forman parte de esa población a la que, al menos hasta ahora, se le permitía realizar las gestiones de manera presencial en las oficinas de la Seguridad Social, y a la que el personal de atención al público ayudaba a gestionar las solicitudes.
No obstante, de acuerdo con el procedimiento del SEPE, en esta ocasión, se podrá solicitar el subsidio por correo ordinario, desde las oficinas de Correos, pero para poder rellenar las solicitudes, los usuarios deberán contar con un ordenador, conexión a Internet y una impresora. Aseguran que las trabajadoras necesitarán descargar unos impresos que, de acuerdo con las instrucciones del SEPE, podrían rellenar a mano, aunque «esto no resuelve el problema».
A falta de tecnología
Señalan también que lo mismo sucede con las personas empleadoras, que tendrán que rellenar impresos que no tendrán cómo descargar de la web del SEPE, porque es precisamente en las casas donde se cuidan personas donde es más frecuente que no haya llegado esa tecnología.
Para la asociación, el problema radica en la «externalización y privatización» de la gestión de la Seguridad Social y del SEPE. En su opinión, «se finge» que las personas serán capaces de hacer las gestiones que les demanda el sistema con los medios electrónicos y procedimientos que se establecen, pero en realidad, el usuario necesita contratar el servicio de gestorías que actúan en representación de la persona interesada, cumplimentan los impresos para solicitar las prestaciones, los rellenan y envían a su destino.
La externalización de los servicios de la Seguridad Social, denuncian, supone «un recorte», que «así hay que tratarlo» y que la gestión de este subsidio extraordinario vuelve a poner de manifiesto el problema. Defienden que las trabajadoras del hogar deberían contar con atención presencial de personal del SEPE, para recibir información sobre cómo presentar la solicitud, apoyo para rellenar los impresos y para conseguir que la parte empleadora colabore con su parte del papeleo.