El modelo policial, en entredicho en Minneapolis y en todo EEUU
La muerte del afroamericano George Floyd y las protestas que se han extendido por EEUU han puesto en cuestión un modelo policial estructuralmente racista que facilita los casos de brutalidad, no solo en Minneapolis, que plantea desmantelar su Departamento de Policía para sustituirlo por otro modelo, sino en todo el país.
El consejo municipal de Minneapolis se ha comprometido a reformar a fondo una «Policía estructuralmente racista» tras la muerte de George Floyd que ha movilizado a miles de personas en todo EEUU y más allá de sus fronteras.
En una manifestación en un céntrico parque de la ciudad, el mismo día en que miles de personas salieron a la calle en el país, nueve de los trece concejales se comprometieron a suspender la financiación del Departamento de Policía y a establecer un modelo de seguridad pública basado en la comunidad. «Está claro que nuestro sistema de vigilancia no está manteniendo a nuestras comunidades seguras», señaló la presidenta del consejo municipal, Lisa Bender. El consejo aseguró que tomará «medidas intermedias para acabar con el actual» Departamento de Policía de Minneapolis «a través de decisiones presupuestarias y políticas en las próximas semanas y meses».
Bender señaló que «nos hemos comprometido a desmantelar los servicios de Policía tal y como los conocemos en Minnneapolis y a reconstruirlos con un modelo orientado a la prevención de la violencia y servir a la comunidad», en el que estarían también integrados trabajadores sociales o médicos. Bender precisó que quieren transferir los fondos destinados al actual Departamento de Policía a proyectos que se apoyen en la población. No obstante, advirtió de que no será un cambio inmediato ya que «la idea de no tener policía no es ciertamente un proyecto a corto plazo».
Además, se ha encontrado con la oposición del propio alcalde, el demócrata Jacob Frey, contrario a que se suspenda la financiación de ese cuerpo, y que prefiere una «amplia reforma para redefinir este sistema estructuralmente racista». La necesidad de reformas va más allá de la ciudad donde un policía blanco asfixió al afroamericano George Floyd hasta matarlo.
A escala local, en la propia Minneapolis se ha prohibido la técnica de estrangulamiento que se usó contra Floyd y en Seattle se ha prohibido usar gas lacrimógeno durante 30 días.
A escala nacional, varios electos demócratas presentaron ayer en el Congreso una ley para reformar la Policía en el conjunto de EEUU.«El momento del cambio es YA», anunció el Black Caucus, que aglutina a la mayoría de congresistas negros.
La normativa, que busca que la Policía rinda cuentas y acabar con la brutalidad policial, prevé la creación de una base nacional de «antecedentes policiales», prohibir las llaves de ahogamiento, acabar con la normativa que impide demandar a los cuerpos policiales, hacer obligatorio el uso de cámaras corporales para los agentes de todo el país y prohibir el uso de armamento militar para los policías.
Los activistas no confían ya en reformas como una mayor diversidad entre los agentes o imputaciones ocasionales.
«Defund the Police» («Quiten fondos a la Policía») ha sido uno de los lemas de las manifestaciones, y en el que caben desde una reorientación de los recursos públicos hasta el cierre de departamentos de Policía.
En las dos mayores ciudades de EEUU el llamamiento ha tenido un rápido efecto. El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, anunció la pasada semana un recorte al presupuesto policial de 150 millones de dólares, que se destinarán a comunidades afroamericanas y latinas.
En Nueva York, su homólogo, Bill de Blasio, adelantó su intención de quitar fondos al Departamento de Policía –que cuenta con 36.000 agentes y un presupuesto anual de unos 6.000 millones de dólares– y utilizarlos en programas para la juventud.
El presidente, Donald Trump, reaccionó rápidamente contra estos planteamientos. «Yo quiero unas fuerzas del orden buenas y bien pagadas. ¡Yo quiero ley y orden!», tuiteó.
Pero también desde el bando demócrata el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, defendió el papel de la Policía esgrimiendo los saqueos vividos unos días antes. «Eso es lo que pasa si no hay un trabajo de policía eficiente», aseguró.
Por otra parte, Trump ordenó la retirada de los 3.900 reservistas de la Guardia Nacional que habían sido enviados a Washington desde otros estados, no sin advertir de que «se irán a casa, pero pueden volver rápidamente si los necesitamos». Otros 1.200 reservistas de Washington DC por el momento seguirán en activo.
El rechazo al racismo llega a las estatuas de celebridades locales
De Madrid a Roma, pasando por Bristol, Budapest o Bruselas, decenas de miles de europeos se sumaron el domingo a las manifestaciones de rechazo a la violencia policial y en recuerdo de George Floyd, con el simbólico gesto del puño en alto con rodilla en tierra. En muchas de las ciudades europeas, las estatuas dedicadas a personajes históricos ligados al racismo o al esclavismo fueron objeto de la ira de las protestas. En Bristol fue derribada la estatua del esclavista y político Edward Colston, motivo de polémica durante años, durante la manifestación antirracista en la que participaron unas 10.000 personas.
Los manifestantes utilizaron cuerdas para rodear el cuello y tumbar la estatua de bronce de Colston, miembro de la Real Compañía Africana que llevó a 80.000 hombres, mujeres y niños como esclavos de África a América y al que la ciudad británica le dedicó el monumento por destinar parte de su fortuna a obras benéficas. Los manifestantes lo arrojaron al río Avon, un acto que la ministra del Interior británica, Priti Patel, calificó de «totalmente vergonzoso».
En la protesta de Londres –donde hubo 36 detenidos– en el pedestal de la estatua del primer ministro Winston Churchill se pintó la frase «era un racista» –recordando sus opiniones de nativos americanos o australianos, o la hambruna provocada en India– y se dejaron pequeñas pancartas con mensajes como «El colonialismo británico es el responsable», si bien en los vídeos difundidos en redes sociales se puede a un grupo de manifestantes parecía intentar proteger la estatua.
En Bruselas – donde la Policía detuvo a 239 personas acusadas de vandalismo tras la marcha de más de 10.000 manifestantes– la atención se ha fijado en la efigie del rey Leopoldo II. Los partidos mayoritarios del Parlamento de Bruselas pedirán crear un grupo de trabajo para descolonizar el espacio público a través de la eliminación de los nombres de calles y plazas que contengan referencias a la historia colonial del país, especialmente a Leopoldo II (1835-1909). En los últimos días varias estatuas han aparecido pintadas de color rojo, emulando sangre, y se ha puesto en marcha una iniciativa ciudadana que recoge firmas para retirar las efigies del monarca, que explotó los recursos naturales del Congo –su propiedad personal– durante años y fue responsable de entre 10 y 15 millones de muertos en ese país. Leopoldo II esclavizó a la población congoleña, sumiéndola en un ambiente de violencia extrema que redujo su población a la mitad por culpa de los asesinatos, el hambre, el agotamiento, las enfermedades y el desplome de la natalidad. Utilizó la fortuna amasada con la explotación y el comercio de los materiales congoleños para financiar toda una serie de obras públicas en su país.GARA
Biden se reúne con la familia de Floyd, mientras republicanos se alejan de Trump
El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, preveía reunirse ayer con la familia de George Floyd y grabar un mensaje para el funeral de hoy. Mientras, figuras destacadas del partido republicano se desmarcan del presidente. Colin Powell, secretario de Estado con George W. Bush, acusó a Trump de haberse apartado de la Constitución y anunció que votará por Biden, a la vez que reveló que en 2016 lo hizo por Hillary Clinton. También se especula con que George W. Bush pueda apoyar al demócrata. El senador Mit Romney ha llegado a participar en las protestas.GARA