Urkullu presenta al PNV como redistribuidor de riqueza: «Ya no hay derecha e izquierda»
Tres apuntes significativos en la primera entrevista de campaña de Iñigo Urkullu (PNV). Presenta a su partido como «redistribuidor de riqueza» aunque eludiendo una reforma fiscal en la crítica situación actual. Remarca la sima con EH Bildu, imputándole la fractura: «Solo busca que el PNV hinque la rodilla». Y se sacude cualquier responsabilidad en Zaldibar, diciendo que incluso podían haberse desentendido de la búsqueda.
Iñigo Urkullu, candidato a la reelección, ha sido entrevistado por Radio Euskadi en esta primera mañana de campaña, obviamente con la pandemia y la crisis económica paralela como tema principal. «Ofrezco ponernos en pie de manera sólida, como hemos tenido costumbre en las crisis anteriores. Tenemos que priorizar la garantía de los servicios públicos: salud, educación, protección social... No dejar a nadie atrás», ha afirmado.
Preguntado sobre si va a haber tijeretazos, el que es lehendakari de la CAV desde 2012 ha dicho que «en absoluto» y lo ha intentado apuntalar afirmando que los recortes que hubo hace una década fueron decididos en Madrid y no en Gasteiz.
Urkullu plantea compensar la caída de la recaudación por el covid-19 –hasta un 18%– con una petición de ampliación del déficit al Gobierno español, aunque admite que «habrá que negociarlo» y señala que la CAV ya está en el tope posible.
Pero, ¿acasp bastará eso para resolver una caída tal en los ingresos? «Tenemos vías», ha dicho Urkullu, aludiendo por ejemplo a remanentes existentes o fondos europeos. No ha citado entre ellas la posibilidad de una reforma fiscal en que las rentas más altas paguen más. Pero, sin embargo, acto seguido ha reivindicado al PNV como un partido que redistribuye riqueza.
«Hoy no hay un esquema de derechas e izquierdas, eso está obsoleto, no hay partidos que se escapen de la justicia social. Nadie le va a dar lecciones al PNV de compromiso con derechos sociales y redistribución de la riqueza», ha afirmado el candidato jeltzale. «No tenemos ningún complejo ante los partidos de izquierda, esos mensajes son injustos e irreales», añade.
Sobre la gestión de la pandemia por parte del Gobierno español, ha criticado la presencia de uniformes militares y policiales en las comparecencias de Madrid o las decisiones unilaterales de Pedro Sánchez, pero matizando que había que primar el consenso y por eso «solo he dedicado diez segundos a la crítica».
Si hay rebrotes, ha asumido, puede repetirse esa misma situación. Por lo demás, frente al virus ha dicho que «estamos trabajando en ello» intentado dotarse de más medios porque en estos meses «todos hemos tenido que comprar donde hemos podido. Ahora estamos en un proceso de compra centralizada de todas las administraciones vascas, en un intento de tener stockaje suficiente. Una lección que hemos aprendido es la necesidad de producción local. Hoy tenemos capacidad de producir 8.000 pruebas diarias».
«EH Bildu solo busca que el PNV hinque la rodilla»
Preguntado directamente sobre por qué nunca EH Bildu entra en las opciones de acuerdo del PNV, Iñigo Urkullu ha aludido a «principios éticos. Vengo observando que el único objetivo de la izquierda abertzale es suplantar al PNV, solo buscan que el PNV hinque la rodilla». Ha puesto como ejemplo el intento de acuerdo presupuestario para 2019, que finalmente no cuajó, según la interpretación de Urkullu porque «se desdicieron». Según su tesis, no es el PNV quien no quiere pactar con EH Bildu, sino EH Bildu quien no quiere pactar con el PNV.
Abundando en ese apunte «ético» sobre la violencia, ha dicho que no es una página pasada, citando tanto a ETA como «a lo que en su momento se identificó como terrorismo de Estado». Requerido directamente sobre si no le incomoda gobernar con el PSOE, ha apuntado que «me quiero quedar con algunos posicionamientos críticos», en posible alusión al del secretario general en Gipuzkoa, Eneko Andueza, que en realidad es el único que ha reclamado asumir responsabilidades por los GAL tras el documento de la CIA.
Zaldibar, «terreno privado y empresa privada»
Sobre otros asuntos, Urkullu no cree que la catástrofe de Zaldibar sea una mancha en la gestión del PNV: «Es un terreno privado gestionado por una empresa privada. La Administración vasca actúa ahí de manera subsidiaria», ha vuelto a alegar. Como en su día publicó GARA, esto es así porque en 2000 el Gobierno de Lakua renunció expresamente a esa tutela.
En una vuelta de tuerca al asunto, ha dicho que él no renunciará a exigir «responsabilidades políticas» a otras instituciones si se advierten negligencias en el control del vertedero. Y en un detalle significativo, ha dicho que, dadas las circunstancias de titularidad y demás, su Ejecutivo «podía haber desaparecido» de las labores de búsqueda, pero no lo ha hecho.
Sobre la OPE de Osakidetza, Urkullu se aferra a que está aún judicializada y a que su gobierno se ha empeñado en llevarla a buen término.