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Más ertzainas que simpatizantes de Vox en un acto donde antifascistas han vuelto a acallar a Abascal

Lo ha admitido el propio líder de Vox, Santiago Abascal: «No hace falta, en este contexto, desgranar nuestro programa. Hemos venido a defender la unidad de España». En un acto puramente provocativo, sin contenido político, Vox se ha encontrado en Irun con centenares de manifestantes antifascistas.

Santiago Abascal, en el acto celebrado en Irun. (M.T.)

La tensión que se ha vivido este sábado a la tarde en Irun era previsible. El partido fascista Vox sigue con su campaña itinerante por los pueblos y ciudades de la CAV, a la búsqueda de  provocación allí donde no consigue encontrar votos. El viernes la Ertzaintza cargó contra los manifestantes antifascistas que acudieron a rechazar el acto de Vox en Sestao y ha abierto diligencias sobre estos hechos, y su presidente, Santiago Abascal, acusó al PNV por permitir lo que llamó un «acto de hostigamiento mafioso y proterrorista».

Abascal ha visitado Irun este sábado, en el Kuadrila Eguna de las fiestas de San Marcial (este año limitadas). Un municipio en el que, pese a haber presentado candidatura para el Ayuntamiento las pasadas elecciones, Vox no consiguió ningún concejal. Cuando diversas asociaciones de Irun supieron del acto, convocaron una manifestación antifascista, que más tarde la Ertzaintza ha prohibido.

A pesar de ello, ha habido protesta, ruido y tensión. Santiago Abascal ha dado el mitin junto con María Pérez, la cabeza de lista de Vox por Gipuzkoa, un mitin prácticamente inaudible, porque los y las manifestantes antifascistas han pitado y gritado contra la irrupción de Vox en la plaza Pío XII de Irun.

Antes de que empezara el acto, decenas de furgonetas de la Ertzaintza han rodeado la plaza. Vigilaban a todo el que entraba, y si veían a alguien que no coincidía con el estereotipo de empatizar con Abascal y su partido, inmediatamente lo apartaban de la plaza. El despliegue policial ha sido considerable: el número de agentes de la Ertzaintza multiplicaba al número de simpatizantes de Vox.

La tensión ha empezado ya con las pruebas de sonido. Un hombre ha subido al escenario para gritar «¡fascistas!» a quienes que se han reunido en la plaza para escuchar al líder de Amurrio, y los agentes de la Ertzaintza lo han sacado a empujones rápidamente.

En todo momento ha habido tensión y empujones en contra de los manifestantes antifascistas, incluso en contra de algún periodista.

Para cuando ha empezado el mitin, todas las calles que daban acceso a Pío XII estaban cerradas por la Ertzaintza, aunque desde la plaza se escuchaban los gritos de repulsa hacia el fascismo.

Las pocas manifestantes que han conseguido entrar en la plaza se han visto acordonadas por los agentes de la Ertzaintza. Han pitado con todas sus fuerzas, mientras el público de Vox, escoltado por la Ertzaintza, sujetaba carteles en contra de «la imposición del euskera», de las «bienvenidas a los presos» y banderas españolas, mientras gritaba «¡viva España!»

Hasta María Pérez, tapada por el ruido de las protestas, ha suspirado en un momento un «es que así no puedo».

Una campaña electoral sin programa

El mismo Abascal, cuando ha subido al escenario, ha admitido que este mitin no era para «desgranar el programa» de Vox para las elecciones del 12J, sino para «defender la unidad de España». Su tono provocador ha estado acompañado de insultos como «canallas» o «energúmenos» dirigidos a los manifestantes antifascistas, e incluso se ha mostrado desafiante: «Vox ya tiene un pie en el Parlamento [de Gasteiz], para ponerles en su sitio. No os tenemos miedo».

En alusión a los hechos sucedidos en Sestao, Abascal ha reprochado al PNV aprovecharse del «ejercicio del terrorismo de esa mafia que hoy gobierna España», y ha advertido de que denunciarán al partido jeltzale por «delito electoral».

Al concluir el acto, la Ertzaintza ha sacado de la plaza a los simpatizantes de Vox, que no eran más que 50, en pequeños grupos y escoltados por varios agentes.