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Entrevue
MADDALEN IRIARTE
CANDIDATA A LEHENDAKARI POR EH BILDU

«Hemos presentado cuatro planes en esta crisis, sin acuse de recibo»

Sigue echando de menos ser ella la entrevistadora, pero se nota que en una legislatura ha aprendido cómo funciona la política. Defiende que el modelo actual está agotado y que hace falta construir una alternativa en clave de país y desde la izquierda.

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Una campaña extraña, ¿no?

Pues sí. En una campaña electoral la fuerza y el cariño de la gente te aúpan, te elevan. En esta, la gente está lejos, con mascarilla. Pero estoy contenta, porque en todos los pueblos hemos reunido a mucha gente, eso indica que la gente está activada.

Si llegara a ser lehendakari, ¿qué medidas urgentes aplicaría y cuál sería su estrategia a medio-largo plazo?

Estamos ante una triple crisis: sanitaria, económica y social. Incluso diría sicosocial. Lo primero que haría sería reunirme con el resto de fuerzas e intentaría juntar la inteligencia de este país para tomar decisiones con las que la gente se sienta identificada y representada.

El tiempo del ordeno y mando ha acabado y así lo están haciendo en Europa.

Por supuesto, hace falta un plan serio para atender a un nuevo brote de la pandemia. Ordizia es un aviso muy serio.

También proponemos un pacto por el empleo de calidad. El Gobierno saliente prevé 68.000 nuevos parados, y hay 100.000 personas en ERTEs. No nos podemos conformar.

Hay que ampliar la mirada, ver cuáles son los grandes retos y decidir estratégicamente qué es lo que queremos para Euskal Herria en los próximos años.

Esas políticas implican recursos, ¿de dónde pueden salir?

Es urgente que hagamos una revisión de nuestro sistema fiscal. No puede ser que demos la misma respuesta que dimos tras 2008, que favorezcamos siempre a los que más tienen. Hay que empezar urgentemente, pero una reforma fiscal lleva tiempo. Por eso, nosotros hemos planteado la Tasa Covid, que sería una tasa temporal y con carácter finalista para elevar los impuestos a los tramos más altos del IRPF. Hemos hecho un estudio y podríamos obtener unos 350-400 millones de euros anuales extra.

Por otra parte, hay que plantear una moratoria respecto al TAV y a la variante Sur Ferroviaria. Estamos dilapidando una cantidad ingente de dinero, que además nos resta liquidez para dar respuesta a las necesidades urgentes. En algunas respuestas ya vamos tarde.

Ha habido medidas que en Nafarroa, digamos que con los mismos actores, se han llevado a cabo y que aquí este Gobierno se ha negado a hacerlas. Hasta nos han contraprogramado: cuando hemos llevado propuestas para apoyar a autónomos, pequeño comercio y hostelería, PNV y PSE se han negado a poner un euro, aunque luego prometían 30 millones, que son insuficientes.

El PNV pide mayoría absoluta con el PSE, pero ya la tiene con ustedes. ¿Por qué no se activa?

Porque el PNV no quiere ningún acuerdo con EH Bildu. El PNV y el señor Urkullu han perdido una oportunidad histórica para darle a este país otro horizonte, para avanzar en el derecho a decidir y en la soberanía, que necesitamos imprescindiblemente para cuidar a la gente.

Porque lo contrario ya lo conocemos, lo hemos visto en esta pandemia: la recentralización por parte del Estado español ha sido clara. Hemos visto que es una autonomía de quita y pon, pero el PNV no quiere ofender a España y prefiere mantenerse en una situación que para ese partido es cómoda. Cree que le permitirá perpetuarse durante más tiempo en el poder, que para él se ha convertido casi en un negocio. Porque si el PNV pierde el gobierno, en este país caen sus estructuras y cae una manera de hacer política muy unida a la privatización, a hacer negocios, lo cual impide que este pueblo pueda avanzar.

El PNV sabe que si acuerda algo con EH Bildu, probablemente EH Bildu pueda avanzar más, y no quiere dar ese paso para que EH Bildu no se pueda adelantar. Por la izquierda, claro.

En medio de la polémica por la impunidad de los GAL, Idoia Mendia resta legitimidad democrática a EH Bildu ¿Usted gobernaría con el PSE?

A Idoia Mendia le diría que no imposte. Porque EH Bildu está gobernando con el PSE en Irun. EH Bildu está sosteniendo el Gobierno de Nafarroa. EH Bildu fue quien permitió que Pedro Sánchez llegara a presidente y estamos acordando diferentes materias con su Gobierno, aunque parece ser que luego no las quiere cumplir. Tenemos una relación que no pueden negar.

Otra cosa es que Mendia piense que en este momento le irá mejor apuntalando en el poder al PNV. Pero me gustaría saber, si llegara el momento de que la única posibilidad de mantenerse en el poder fuera EH Bildu, qué diría Idoia Mendia.

Tras el fiasco de la pasada legislatura en torno al Estatus, ¿qué ocurrirá en esta?

Iñigo Urkullu metió en el cajón el Plan Ibarretxe y ha vuelto a meter en el cajón el acuerdo de bases y principios firmado entre PNV y EH Bildu. Pero existe un acuerdo mayoritario que nos pone en otra relación con el Estado español, un acuerdo que lleva el derecho a decidir a algo más que a un eslogan. Creo que es una solución para el problema territorial de Euskal Herria, incluso para el problema territorial de Catalunya.

En el tema de los presos, el vicepresidente español Pablo Iglesias pedía discreción y trabajo. ¿Qué pasos toca dar?

Está bien la discreción, pero el señor Pedro Sánchez dijo que debía acabarse con la excepcionalidad que viven los presos vascos. Creo que es hora de que las políticas penitenciarias de venganza lleguen a su fin.

Hay que hacer una apelación muy clara tanto a Pablo Iglesias como a Pedro Sánchez: en cualquier país que haya vivido un conflicto político similar al nuestro, se ha trabajado en materia de presos hacia una justicia transicional que ha permitido dar pasos y avanzar. Hace casi una década, en la Conferencia de Aiete, la inmensa mayoría de este país firmó un documento que marcaba una hoja de ruta muy concreta, y únicamente se ha cumplido el primer punto. ETA ya no existe y hace falta dar muchos pasos adelante para la pacificación.

Vemos que la reparación de todas las víctimas es muy importante. También que se investiguen las torturas. Se debe recuperar el informe que hizo el Gobierno, con más de 4.000 casos contrastados, ese que molestó tanto a Idoia Mendia, y que debe estar en el mismo cajón que el Plan Ibarretxe y el Estatus. Y, por supuesto, urge que los presos vuelvan a Euskal Herria. Son tres ejes fundamentales para avanzar hacia la paz y la convivencia.

Con Vox campando, se ha abierto un debate extraño: ¿cree que existen las izquierdas y las derechas?

Claro que existen. No dar respuesta a la gente mientras se invierte en cemento, que no se come, es una opción muy clara de izquierdas y derechas. No hacer caso a las 100.000 personas que están en el umbral de la pobreza en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y a las 200.000 que no pueden responder ante un gasto imprevisto, es permitir que se construya una sociedad a dos velocidades, que democráticamente es inaceptable. Además, creo que las izquierdas tenemos que hacer un análisis profundo respecto a Vox, de cómo llegar a la gente que está más abandonada o precarizada. Nos corresponde dar respuesta a esa gente, para que no ocurra como en otros países, donde ha sido la ultraderecha la que ha arrastrado ese voto.

Ante la crisis ustedes proponen cooperar. ¿Cree que va a ser la legislatura de la cooperación?

Pues no lo sé. Desde el comienzo de esta pandemia hemos tendido la mano en todos los sentidos. Hemos puesto encima de la mesa cuatro planes diferentes para poder trabajar entre partidos, agentes económicos, sociales, culturales. Cuatro planes que personalmente he entregado al lehendakari. Un plan de choque al inicio de la pandemia para dar respuesta a las necesidades sanitarias; un plan de desescalada infantil; un plan de desescalada general muy coordinado con los ayuntamientos; y un plan de choque económico y social. No ha habido acuse de recibo. Urkullu no ha contestado en ninguno de los casos.

Hicimos una pregunta en enero para que nos respondiera cuál era la situación y cómo estaban preparando la posible llegada del virus a Euskal Herria. Yo misma llamé a la consejera Murga para mostrar nuestra disposición a echar una mano, a ayudar en lo que pudiéramos. No se me ocurre qué más se puede hacer.

Pero este Gobierno está acostumbrado a acordar con quien no le plantea problemas, haciendo lo que él ha decidido hacer. Se reúne con agentes sociales no para intercambiar opiniones, sino para informarles, sin dar opción a una discusión que pueda aportar mejoras a su propuesta. Eso lo dicen absolutamente todos los agentes con los que me he reunido. Todos coinciden en que el Gobierno informa, pero no dialoga. Ese modelo de gobernanza tiene que cambiar.

Sería la primera mujer lehendakari, la primera feminista. ¿Qué supondría esto en medio de la revolución feminista?

Supondría que trabajaría para que se produzcan cambios profundos en esta sociedad. Lo que planteamos desde el feminismo es un cambio que va a la raíz de los problemas que tenemos las mujeres, que tiene toda la sociedad, e intentaría aplicar los cambios que defiende el feminismo en todas las áreas.