Iturgaiz, eufórico con un escaño que se va a Ciudadanos con el peor resultado del PP
La coalición PP+Cs consiguió ayer su segundo escaño por Bizkaia a costa del séptimo de EH Bildu como consecuencia de la revisión de las impugnaciones de mesas con errores y del recuento del voto exterior.
La noche electoral y todavía al día siguiente, Carlos Iturgaiz se mostró satisfecho de haber «ganado a las encuestas», después de que su partido firmara un acuerdo de coalición con Ciudadanos para acabar bajando de los 9 escaños que tenía el PP en solitario a los 5 que sumaba con el partido naranja.
Ayer eso cambió. Las impugnaciones de errores en la mesa y el voto exterior hicieron que EH Bildu perdiera en Bizkaia su séptimo escaño para pasar a ser el segundo de PP+Cs. Y Carlos Iturgaiz volvió a comparecer eufórico ante la prensa, pasando por alto que el nuevo escaño que conquistan es para Luis Gordillo, portavoz de Ciudadanos en la CAV, y que con 60.650 votos, el suyo es el peor resultado del PP en las elecciones autonómicas desde que se empezó a presentar con esa sigla en 1990. Supone, asimismo, una caída del 53% de las papeletas sumadas en 2016, que ya fueron unos resultados pésimos.
En estos momentos cabría recordar que el PP obtuvo 251.743 votos en 1998, subió hasta los 326.933 en 2001 y bajó a los 210.614 en 2005.
Pese a todo, el candidato se mostró ayer contento por haber conseguido arrebatar un escaño a una formación «que lleva terroristas en sus filas» y «justifica y no condena la violencia». A esto añadió la alegría de evitar una mayoría de «la izquierda y la extrema izquierda» vascas. Con 6 de 75 parlamentarios declaró a su grupo «bastión de la Constitución».
Más comprensible es la satisfacción de Ciudadanos que gracias el negocio hecho con el PP consigue dos escaños en un Parlamento en el que nunca hubiera entrado en solitario.
PP y Ciudadanos formarán un mismo grupo parlamentario, puesto que aunque pudieran diferenciarse al ser una coalición, el partido naranja no llega a los tres escaños necesarios. Si se separaran, los dos parlamentarios de Cs deberían irse al Grupo Mixto, junto a Vox.
Pese a todo, viendo la evolución que se puede dar en la política del Estado español, donde Ciudadanos ha hecho movimientos de acercamiento al PSOE, habrá que ver cómo evoluciona ese grupo a lo largo de toda la legislatura.
Por unos cientos de votos
Finalmente al concluir el recuento de Bizkaia, EH Bildu subió de 112.443 a 112.619 votos (+176) y la coalición PP+Cs pasó de 32.018 a 32.248 (+230). Con todos los ajustes de la Ley D’Hont, eso supuso que la coalición independentista perdiera su séptimo escaño en favor del segundo de la derecha unionista.
En 2016 EH Bildu consiguió con apuros su quinto escaño, precisamente por la revisión de mesas. Esta vez, ha consolidado el quinto y el sexto y ha perdido por 249 papeletas el séptimo.
En Araba, la izquierda independentista se ha quedado también a 231 votos de poder sumar el séptimo parlamentario.
En este mismo territorio, Vox ha entrado en el Parlamento con tan solo 4.734 votos. Con 315 menos, se habría quedado sin representación.
En ámbitos internos de EH Bildu no gustó, evidentemente, perder un escaño, pero siguen considerando que los resultados son extraordinarios y valoran que todavía aventajan en once parlamentarios a la tercera fuerza de la Cámara.
Lamentan, eso sí, que con unos cientos de votos más podrían haber optado a sumar 23 representantes e incluso 24, teniendo en cuenta que han estado en la disputa de todos los últimos escaños. Por eso, vuelven a insistir en la importancia que tiene cada uno de los votantes.
El hartazgo pudo más que el covid como razón para no ir a votar
El desengaño con los políticos fue la razón del 23% de quienes no votaron el domingo, al que habría que sumar el 12% de a quienes no convence ningún partido y el 15% de quienes o estas elecciones no le interesaban o creen que no sirven para nada. El miedo al covid-19 retrajo al 20% de los abstencionistas, según un sondeo de Lehendakaritza.
La decisión de votar en las pasadas elecciones se tomó antes de la de abstenerse. Mientras el 83% de los que optaron por acudir a las urnas lo habían previsto ya antes de que comenzara la campaña electoral, solo el 56% de los abstencionistas habían fijado su posición para esa fecha. Según la encuesta, entre quienes no se acercaron a los colegios electorales, un 18% lo decidió ese mismo día, un 6% en la jornada de reflexión y un 16% durante la campaña.
Llamativamente, el grupo de edad que más justifica su abstención en la pandemia no es el de los mayores de 65 años (18%), sino el de edades comprendidas entre los 30 y los 45 años (24%). Entre quienes tienen entre 18 y 29 años, el 42% decidió no votar el día de las elecciones o la víspera. Y un 22% asegura que se abstiene porque «votar no sirve para nada».I.I.