Del Burgo y Gabilondo, cruz y cara de la quiebra del relato de la «transición» juancarlista
La escapada de Juan Carlos de Borbón contribuye a hacer trizas el relato oficial de la «transición» española... pero no para los 70 exministros y altos cargos que todavía salen a defenderle. Otros, bastantes menos de momento, abominan y además se sienten escaldados.
El expresidente de la Diputación navarra Jaime Ignacio del Burgo y el periodista donostiarra Iñaki Gabilondo reflejan las dos caras de la sima abierta por la fuga del rey emérito entre quienes siempre han elogiado la «transición» española en estas décadas.
Del Burgo es uno de los pocos firmantes en Euskal Herria del manifiesto en defensa de la figura de Juan Carlos de Borbón. Sí, pese a la evidencia cada vez más palpable de corrupción, 70 personas muy conocidas han salido públicamente a defender su presunción de inocencia y seguir alabando su figura en los mismos términos en que lo vienen haciendo desde que tomó el relevo a Franco.
En la lista aparece también Jaime Mayor Oreja, junto a nombres ligados al PP, a lo que fue UCD y a algunos del PSOE que no sorprenderán mucho a estas alturas: Alfonso Guerra, Juan Carlos Rodríguez Ibarra...
«Las numerosas informaciones que aparecen estos días sobre determinadas actividades del Rey Juan Carlos I han excitado una proliferación de condenas sin el debido respeto a la presunción de inocencia –indican–. Si sus acciones pudieran ser merecedoras de reprobación lo decidirán los tribunales de justicia, pero nunca se podrá borrar la labor del Rey Juan Carlos en beneficio de la democracia y de la Nación, so pena de una ingratitud social que nada bueno presagiaría del conjunto de la sociedad española», dice el texto.
La otra cara de la moneda la reflejan voces como la del periodista Iñaki Gabilondo, que ha dicho en ‘El País’ que «todo esto ha abierto un capítulo de vergüenza que ha degradado a mi generación públicamente. Se ha degradado él, ha degradado a la institución y con él nos hemos degradado los que acompañamos el proceso. Hemos sido desnudados y yo me siento avergonzado».
Para Gabilondo, «el asunto es de extraordinaria gravedad y la erosión colosal. Temo que esto inicie un proceso de deterioro muy agudo y que se aceleren las cosas. Veo a la institución muy tocada. Como en un final de etapa».