Una placa reconoce a Urroz como víctima del DRIL en Donostia 60 años después
«Begoña Urroz Ibarrola. Víctima de los DRIL», reza la placa colocada este sábado al mediodía por el Ayuntamiento de Donostia en la estación del tren del barrio de Amara. Allí hace 60 años, el 27 de junio de 1960, falleció a consecuencia de una bomba Begoña Urroz, de 22 meses. Su hermana, que lleva su mismo nombre, ha agradecido este reconocimiento y ha lamentado que su padre falleciera sin saber nada sobre el atentado ni su autoría –durante años atribuida a ETA–.
Begoña Urroz Ibarrola murió en la estación de tren del barrio donostiarra de Amara el 27 de junio de 1960, a los 22 meses, a consecuencia de una bomba colocada por el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL), compuesto por militantes comunistas, anarquistas y guevaristas, dirigidos aparentemente por militares portugueses exiliados, entre ellos el general Humberto Delgado, cuyo nombre lleva el aeropuerto de Lisboa desde 2016. Delgado fue secuestrado por la policía secreta portuguesa y ejecutado extrajudicialmente en el Estado español en 1965.
Durante décadas la muerte de pequeña fue atribuida oficialmente a ETA, presentándola como la «primera víctima» de la organización armada. La investigación llevada a cabo por el historiador Iñaki Egaña y publicada en GARA durante años señaló sin duda al DRIL como responsable de la bomba colocada en esta estación donostiarra y en otras.
En junio de 2019, el informe «Muerte en Amara. La violencia del DRIL a la luz de Begoña Urroz», impulsado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con sede en Gasteiz y adscrito el Ministerio español de Interior, acepta oficialmente al fin que Urroz es víctima del DRIL y no de ETA.
Este sábado, la hermana de Begoña Urroz, acompañada de su marido y de vecinos de Lasarte-Oria, ha agradecido la colocación de la placa en la que se puede leer «Begoña Urroz, víctima de los DRIL», y ha lamentado que su padre falleciera en 2011 «sin haber sido reconocido este atentado, sin saber quién fue y sin ningún tipo de reconocimiento. Mi padre falleció sin saber nada, nada, de esto».
Entre los medios de comunicación que han asistido al acto ha estado un periodista de la cadena de televisión portuguesa TVI y miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) quien, precisamente, está realizando un documental de investigación sobre el DRIL. A preguntas suyas, Begoña Urroz ha declinado hacer declaraciones sobre la organización: «Son ellos lo que se deberían de poner en contacto con la familia. Solo decir que no tengo a mi hermana conmigo», ha señalado.
No obstante, ha remarcado que «el perdón es posible, por supuesto. Si no, estaríamos amargados, no seríamos felices. El duelo es posible».
Una dinámica no exenta de polémica
En nombre del Ayuntamiento, el alcalde Eneko Goia ha recordado que la colocación de esta placa se enmarca dentro de la iniciativa impulsada desde la pasada legislatura para «dar visibilidad en el espacio público a las personas víctimas de violencia de motivación política que perdieron la vida en la ciudad».
«El significado de esta ceremonia es mantener el recuerdo de una persona a la que se le arrebató la vida de forma injusta. Una persona que tiene nombre y apellidos, que figura en esa placa», ha señalado a los periodistas.
Antes de este acto, la familia ha sido recibida en el Ayuntamiento, recepción a la que ha asistido la portavoz del grupo municipal de EH Bildu, Reyes Carrere, formación que posteriormente no ha asistido a la inauguración oficial de la oficial. En un comunicado, EH Bildu se ha mostrado muy crítico con la forma en la que el Ayuntamiento está llevando a cabo esta dinámica, de la que, subraya, «ha sido excluido el prinpal partido de la oposición».
«No se ha realizado el trabajo discreto necesario para no seguir ahondando en las diferencias de trato en tres las víctimas. Esta dinámica no responde a la necesaria construcción de la convivencia democrática y de una memoria inclusiva en la que tengan cabida todos los relatos».
Sobre el acto de hoy, ha expresado «todo nuestro reconocimiento y voluntad para un caso que, además del drama humano en sí mismo, ha estado sometido a una versión oficial falsa sobre su autoría, para establecer sobre él un relato político concreto. Otro caso utilizado en la denominada ‘batalla del relato’».