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Elche y Alavés, dos puntos de apoyo para iniciar la remontada rojilla

Diciembre era un mes de calendario propicio para Osasuna, pero la cosecha de puntos ha sido paupérrima (dos de quince). Con todo, esos dos empates de fin de año han mostrado un equipo preparado para el reto, en lo ofensivo en Elche y en lo defensivo ante el Alavés.

Aunque en la imagen parezca gol, el tiro de Budimir se fue al palo. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

El 13 con que cierra Osasuna el casillero de puntos este año 2020 viene a coronar el gafe acumulado en la primera vuelta. Al nuevo K.O. de Chimy Avila en pretemporada le han sucedido lesiones constantes de sus principales puntales: Darko acaba de empezar, Torró está casi inédito, Aridane y Jony se rompieron cuando mejor estaban, Calleri nada más llegar... El VAR ha sido sagaz en su contra y ciego en su favor, en dos partidos de este mes ha tenido que jugar con diez casi desde el inicio y los palos también le han castigado. El derbi del jueves contra el Alavés fue un compendio de todo ello: bajas previas, las dos decisiones arbitrales claves en contra y dos postes. Las cuatro jugadas decisivas del partido se resolvieron por un centímetro y las cuatro fueron adversas.

Pese a todo, los de Arrasate arañaron un punto que denotó instinto de supervivencia. El equipo no se vino abajo ni con la expulsión de Rubén a los 10 minutos ni con el penalti dudoso de Oier cinco minutos después de adelantarse en el marcador (en la imagen en movimiento sigue pareciendo que la zancadilla fue fuera del área). Si ante el Elche, en otro punto muy escaso para el bagaje, se recuperó la verticalidad ofensiva, frente a los gasteiztarras se recobró el rigor defensivo. Osasuna estuvo inteligente tácticamente, apenas cometió errores y supo explotar sus opciones de ataque con salidas muy rápidas y acabando jugada.

La recuperación del estilo Arrasate en estos dos encuentros han sido evidente, pero el problema ahora estriba en que el calendario se empina, con tres partidos inmediatos en dos escenarios duros como Anoeta y Granada y la visita del Real Madrid entre medio. Arrancar alguna victoria parece muy difícil, pero Osasuna necesita un triple como el comer después de que el último fuera allá por octubre, ante el Athletic en el centenario.

Para Anoeta las tarjetas volverán a condicionar la alineación. Sergio Herrera seguirá bajo los palos por el expulsado Rubén y tras cumplir la sanción Iñigo Pérez puede volver al eje del que se cae Oier por quinta amarilla. Habrá que ver si llega a tiempo Roncaglia para oxigenar la defensa, lo mismo que Darko y Jony tras dos lesiones. La referencia para Osasuna será el primer partido post-confinamiento, en el que ya logró tutear a la Real en Anoeta y llevarse un 1-1.